Unidos Podemos se acerca al PP en las encuestas

El abrazo con el que los líderes de Podemos, Pablo Iglesias, y Unidad Popular, Alberto Garzón, sellaron el acuerdo para concurrir juntos en las elecciones del próximo 26 de junio ha trastocado el escenario político español. Las últimas encuestas apuntan que la intención de voto de la coalición de izquierda supera ya ampliamente al PSOE y se aproxima a la primera fuerza, el Partido Popular (PP).

El nacimiento de la nueva opción de izquierda, bautizada con el nombre de Unidos Podemos, era esperado por amplios sectores de la ciudadanía, críticos con la vieja división que truncó, en buena parte, la posibilidad de obtener mejores resultados en las elecciones de diciembre. Entonces, Podemos logró 69 diputados y Unidad Popular únicamente dos, en parte por la controvertida ley electoral vigente en España que premia el voto rural, verdadero caladero de sufragios para el bipartidismo tradicional, y en parte por la fractura que produjo la dispersión del electorado conjunto en dos opciones debilitadas.  

De haber concurrido en coalición, como sucederá el 26 de junio, Unidos Podemos había logrado 84 asientos en el Congreso de los diputados y, probablemente, el resultado de las eternas negociaciones para la formación de gobierno que caracterizaron los primeros 4 meses del año habrían discurrido por otros derroteros.

Un sondeo realizado esta misma semana por la empresa Metroscopia adelanta que la coalición izquierdista con el 23% de los votos estimados se encuentra a 5 escasos puntos de alcanzar al PP superando por primera vez a los socialistas, que con el 20,2% dejaría de ser el primer partido de la oposición para convertirse en una formación con escaso poder de maniobra.

Ciudadanos, la fuerza naranja del ultraliberal Albert Rivera, bajaría casi 4 puntos con respecto a las elecciones de diciembre, de 19,4% a 15,5% actual. A su meteórica carrera, apoyada gratamente por la mayor parte de los medios de comunicación nacionales, no le ha resultado rentable la campaña iniciada en Venezuela junto a varios líderes de la oposición. La gente comienza a rechazar su opción de atizar al Gobierno bolivariano para ganar apoyos entre los indecisos.

Quien comienza a ver las patas al lobo es el candidato del PSOE, Pedro Sánchez, vigilado con lupa por una pléyade de dirigentes que no renuncian a derrocarlo como líder del partido si los resultados de junio no son los esperados. “Y solo le salvaría el triunfo”, comenta un miembro destacado del partido. Por el momento ha logrado prorrogar la paz interna de los últimos meses, donde se incluye un congreso ordinario que, finalmente, se celebrará semanas después de las elecciones.

Si Unidos Podemos adelanta al PSOE, como indica la mayoría de los sondeos, Sánchez será sometido a un juicio sumarísimo que concluirá con el fin de su carrera política. Por eso, ha comenzado a multiplicar sus esfuerzos para trasladar a la opinión pública que su deseo es liderar un cambio integral en la conservadora España del PP. Y lo hace, ciudad por ciudad, calle por calle, ciudadano a ciudadano. Ayer mismo, en la céntrica Puerta del Sol madrileña, un numeroso grupo de jóvenes militantes socialistas inauguró una mesa informativa para explicar a quien lo pedía las líneas esencial de su programa electoral.

“Negociaciones con Europa para rebajar los recortes, ayudas sociales, aceptación de refugiados, medidas implacables contra la corrupción, reforma constitucional y diálogo, mucho diálogo”, comentaba uno de los informadores.

Un directivo de Unidos Podemos señaló ayer a EL TELÉGRAFO que, de superar en las urnas a los socialistas, el primer partido al que se dirigirán para intentar formar un gobierno estable en España será el PSOE. “Nuestro objetivo no es ganarles, sino cambiar este país y ellos son imprescindibles”, señalaba.

En el otro lado de la balanza está el PP, de Mariano Rajoy, que sigue mostrando su perfil bajo en esta precampaña electoral. Los casos de corrupción que afectan a altos cargos de este partido siguen brotando un día sí y otro también, como un volcán en erupción.

El último se destapó ayer en Murcia y afecta directamente al presidente de la comunidad, Pedro Antonio Sánchez, quien, al parecer, destinó dinero público para que un grupo ilícito ya desarticulado por la Policía se dedicara a mejorar su imagen ante la ciudadanía. La respuesta del candidato derechista es que nunca supo de esa trama de corrupción. (I)