Una elección clave para América Latina

Venezuela acude este domingo 6 de diciembre a las urnas, para renovar la Asamblea Nacional eligiendo 167 diputados, es decir, la totalidad del cuerpo legislativo. Los ojos de la región se posan por ello en Caracas, tras el sorpresivo triunfo de Mauricio Macri en Argentina que dio un reimpulso a la derecha continental. Hay una explicación concreta a esto: los partidos conservadores de la región esperan una derrota del PSUV, al menos en votos totales, para salir a anunciar el ‘fin de ciclo’ de los gobiernos progresistas, nacional-populares y de la izquierda continental, justo en la semana en que avanza el pedido de impeachment a la presidenta Dilma Rousseff en Brasil.

Es sabido que, tras el inicio de normalización de las relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Cuba, el blanco de la derecha continental pasó a ser la Venezuela Bolivariana, que asimismo transita un complejo momento económico producto de un desabastecimiento inducido por el gran empresariado local que busca maximizar sus ganancias a costa de la especulación y el aumento indiscriminado de precios. Esto no contradice -ni un ápice- la alta aceptación popular que gozan las misiones sociales implementadas por el chavismo a lo largo de los últimos dieciséis años: Venezuela es el país que mayor porcentaje del PBI -por encima del 40%- destina a políticas sociales en la región. Además, goza de una alta tradición democrática: realizó 19 elecciones desde la llegada de Chávez al gobierno, ganando sus fuerzas -Movimiento V República primero, y PSUV después- 18 elecciones.

En ese marco, en las últimas horas hubo declaraciones preocupantes de parte de la dirigente opositora Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, quien permanece en prisión tras las ‘guarimbas’ de 2014 que provocaron la muerte de 43 venezolanos. Tintori afirmó ante la agencia AFP que “dos cosas pueden pasar el 6 de diciembre: o gana la oposición, o hay fraude”. Tintori se adelanta a hechos que no sucedieron, dejando a mano una excusa ante una nueva (hipotética) derrota de las fuerzas conservadoras. ¿Y los 130 observadores internacionales que, invitados tanto por el CNE, PSUV y MUD, están llegando en estas horas a Caracas? Aquellas declaraciones no contribuyen a una situación favorable de cara al domingo, y muestran las cartas que intentará mostrar la derecha venezolana en caso de no ganar la elección.

Al momento de escribir estas líneas, tanto el chavismo como la oposición cerraban sus campañas en las calles del país caribeño, en una elección que será voto a voto, cerrada, tal como sucedió con el arribo de Nicolás Maduro a Miraflores, y en las propias parlamentarias de 2010 (donde el chavismo triunfo por 1% de diferencia). ¿Logrará la oposición conservadora vencer el domingo, cambiando la correlación de fuerzas de la Asamblea Nacional? ¿Existirá algún vencedor en votos totales y bancas, visto y considerando que aun teniendo la mayoría de votos a nivel nacional se puede ser minoría en el Parlamento por las circunscripciones electorales? Esas son las dudas que, a esta hora, se hacen buena parte de los periodistas llegados a Caracas. Sea como sea, asistimos a una elección que, pese a ser parlamentaria, es decisiva para Venezuela y la región en su conjunto. (O)