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El 10% del total de chilenos que se sube en cada parada rehúye el pago
Transantiago, una promesa incumplida (Infografía)
Que Santiago tuviera un sistema de transporte público acorde al crecimiento de su población (6,5 millones), pero también para reemplazar a los viejos autobuses de largos y desordenados recorridos, era algo que no estaba en discusión. Por eso, cuando el Transantiago fue presentado el 10 de febrero de 2007 por la entonces presidenta Michelle Bachelet muchos celebraron. La idea era buena: por un dólar y con una tarjeta especial se podría tomar un microbús y luego el Metro, con un intervalo permitido de dos horas.
Pero lo que parecía un gran proyecto, terminó en un rotundo fracaso, algo que en su minuto le valió severas críticas a Bachelet, que recién comenzaba su primer gobierno. Si bien se trataba del proyecto estrella de Ricardo Lagos (2000-2006), fue Bachelet la que debió ponerlo en marcha. Tras la partida del Transantiago, que tomó su modelo del sistema de transporte de Bogotá y Curitiba (Brasil), se suponía que se terminarían las largas esperas en los paraderos, los viajes de más de dos horas, todo estaría integrado a la red del Metro y además se contaminaría menos.
Nada de esto ocurrió. El principal problema fue que se acortaron los recorridos, salieron a la calle menos autobuses y las personas no terminaron de entender el nuevo sistema. Además, la mayoría optó por tomar el Metro subterráneo, lo que colapsó el transporte de la superficie. Hoy, a ocho años de su implementación, la deuda sigue abierta.
De hecho, en su momento, la misma Bachelet reconoció errores en la ejecución del programa, aduciendo falta de información. “Tenía el presentimiento de que el Transantiago no funcionaría, pero no tenía la información necesaria”, aseguró en 2007. Por esta declaración, la Presidenta suele recibir duras críticas.
A nivel de infraestructura, de acuerdo con cifras oficiales, solo un 23% de las vías únicas para los recorridos de microbuses planificadas originalmente se concretaron, totalizando apenas 68,8 kilómetros. Además, solo hay 13 vías exclusivas y 31 pistas rotuladas como ‘Solo Bus’. Entre ambas suman 139 kilómetros.
Esta cifra representa poco más de un 55% que lo estimado por las compañías operadoras como necesario para un correcto funcionamiento del transporte público en la ciudad.
Por ello, y como una forma de remediar estas falencias e incrementar la velocidad en los desplazamientos, el gobierno anunció que ejecutará un plan maestro, el cual construirá durante la actual administración 40 kilómetros de corredores y otros 60 kilómetros de nuevas vías exclusivas y ‘Solo Bus’.
Por evasión en el pasaje se pierden $ 425 millones al año
Dada su compleja puesta en marcha, el Estado ha debido inyectar recursos de manera anual para su subsistencia e implementar medidas para controlar la evasión en el pago del pasaje. Este último punto ha cobrado especial relevancia, pues según un informe elaborado por petición de una de las mayores empresas operadoras, únicamente en este concepto se pierden alrededor de $ 415 millones al año, más de la mitad del subsidio entregado por el Ejecutivo para su funcionamiento ($ 750 millones).
Adicionalmente, se estima que un 10% del total de pasajeros que sube en cada parada rehuye el pago, pudiendo llegar hasta un 65% en los más demandados, de acuerdo con el estudio.
Desde el Ministerio de Transportes aseguran que la cifra es más baja (23,5%) y que más de 70 mil evasores descubiertos han llegado a tribunales, lo que representa alrededor de 82,7% de los pasajeros sorprendidos sin pagar.
Reconocen este problema como una importante falencia, por lo que para contrarrestarlo se anunció la instalación de nuevas zonas pagas móviles y se expandirá la red de carga de la tarjeta BIP (medio de pago del servicio) a algunas tiendas de retail y supermercados.