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El presidente de ecuador asistirá a la ceremonia

Roma se blinda y se moviliza para la doble canonización (GALERÍA)

Postales con las fotografías de los dos pontífices son vendidas en la plaza de San Pedro en El Vaticano, entre muchos otros souvenirs. Foto: API
Postales con las fotografías de los dos pontífices son vendidas en la plaza de San Pedro en El Vaticano, entre muchos otros souvenirs. Foto: API
26 de abril de 2014 - 00:00 - Agencia AFP

Ciudad del Vaticano.- Francisco canonizará mañana al polaco Juan Pablo II y al italiano Juan XXIII, en una ceremonia en el Vaticano durante la cual elevará a la gloria de los altares a dos papas muy diferentes, que cambiaron el rostro de la Iglesia en el siglo XX.

Cientos de miles de personas, jefes de gobierno y de Estado, entre ellos los reyes de España y el presidente de Ecuador, Rafael Correa; así como los mandatarios de Honduras y el Salvador, además de miles de polacos, asistirán a la ceremonia solemne en la plaza de San Pedro para santificar a los dos pontífices: uno humilde y cercano a la gente, otro carismático y capaz de seducir a las multitudes.

Junto con Pío X, canonizado el 3 de septiembre de 1954, tres pontífices han sido proclamados santos en los últimos cien años.

Juan Pablo II, el primer papa polaco de la historia, que reinó de 1978 al 2005, conservador y a la vez moderno, muy popular en los más de 100 países que visitó, será canonizado tan solo nueve años después de su muerte, la santificación más rápida de la historia.

El papa emérito Benedicto XVI prefirió no tener en cuenta el plazo obligatorio de cinco años para abrir la causa de beatificación y de canonización de su predecesor, quien fue beatificado en mayo de 2011.

Francisco, por su parte, innovó para canonizar a Juan XXIII (1958-1963), sin esperar a que se le atribuya un milagro.

El “día de los cuatro papas”

La decisión de Francisco de canonizar a Juan XXIII (Angelo Giusepe Roncalli) sin milagro, aun cuando no ha sido adoptada con frecuencia, es una prerrogativa del jefe de la iglesia católica, que ha querido valorizar el ejemplo del llamado “papa bueno”, autor de la encíclica “Pacem in terris” y evitar al mismo tiempo el culto de la personalidad que genera el polaco Karol Wojtyla.

Juan XXIII, quien convocó el gran Concilio Vaticano II (1962-1965) que abrió la Iglesia al mundo para modernizarla, fue una persona simple y de buen humor, actitud parecida a la que mantiene el argentino Francisco actualmente.

Es muy posible que el papa emérito Benedicto XVI, de 87 años, asista a la santificación del pontífice polaco, con el que colaboró por casi 25 años.

La idea de dos papas santos y dos papas vivos suscita muchas expectativas ya que se convertiría en el “día de los cuatro papas”, un momento inédito para la milenaria institución.

La ceremonia en la plaza de San Pedro, que congregará a unos 800 mil peregrinos, será concelebrada por 150 cardenales, mil obispos y 6.000 sacerdotes del mundo entero. Asistirán también representantes de todas las religiones, entre ellos una importante delegación judía, para rendir homenaje a dos papas que lucharon contra los prejuicios hacia los hebreos.

En la lista de personalidades figuran el presidente polaco Bronislaw Komorowski, el fundador del sindicato polaco Solidarnosc, Lech Walesa; el primer ministro francés Manuel Valls, así como representantes y delegaciones de todos los países de América Latina, además de los presidentes ecuatoriano Rafael Correa, hondureño Juan Orlando Hernández y el mandatario electo salvadoreño Salvador Sánchez Cerén. También la costarricense Floribeth Mora, cuya curación inexplicable permitirá elevar a los altares a Juan Pablo II, estará presente en la inmensa explanada.

Las celebraciones iniciarán hoy con una “noche blanca” de oraciones en quince iglesias del casco histórico de Roma.

En total 19 pantallas gigantes serán instaladas en toda la ciudad, además de la Plaza de San Pedro, así como en lugares claves, entre ellos la Plaza del Pueblo y el Foro Imperial. La ceremonia podrá ser seguida en diferentes idiomas, entre ellos español, portugués, árabe y francés, tanto en directo como por televisión.

La basílica de San Pedro permanecerá abierta hasta la una de la mañana para que los peregrinos de todo el mundo puedan orar en el mayor templo de la cristiandad.

Unos 2.400 agentes especiales reforzarán la seguridad de la ciudad. La ceremonia, que será transmitida en directo por televisión a numerosos países del mundo, será seguida por unos 2.000 millones de personas de los cinco continentes, según cálculos del Centro de Televisión Vaticano (CTV).

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