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El director del Banco de Argentina renuncia en medio del paro nacional

Argentina vive tiempos turbulentos. Mientras el presidente Mauricio Macri intentaba en Nueva York convencer a Wall Street de la fortaleza de su gobierno, el director del Banco Central, Luis Caputo, presentó su renuncia sorpresiva ayer en medio de una huelga general que paralizó el país.
Macri busca a cada paso por la Gran Manzana dejar atrás las imágenes de un país en crisis, pero la realidad lo golpea con fuerza. Pasó de improvisar la noche del lunes un baile con Adrianne Arsht, vicedirectora de la fundación Atlantic Council, al recibir el premio “Ciudadano Global 2018”, a sufrir pocas horas después un cachetazo con la renuncia de uno de sus hombres de confianza.
La dimisión de Caputo, que asumió el cargo el 14 de junio, no pudo llegar en peor momento. Si bien voceros oficiales se empeñaron en aclarar que fue consensuada y que se basó en problemas personales, el día elegido, en medio de una huelga contundente, dio paso a todo tipo de conjeturas.
¿Por qué se fue? La respuesta es concreta: es un secreto a voces que Caputo se marcha por cortocircuitos con el todopoderoso ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Además la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, le bajó el pulgar descontenta por la política cambiaria.
El ministro negocia en Nueva York la ampliación del acuerdo por $ 50.000 millones firmado con el FMI y -trascendió- que hoy será anunciado.
Dujovne no perdió el tiempo y tomó enseguida las riendas del Banco Central a través de su vice, Guido Sandleris. Pero la jugada no dio sus frutos: el dólar trepaba de 38 a más de 39 pesos y el riesgo país subía cinco unidades a 617 puntos.
Caputo era uno de los hombres de mayor confianza del presidente y estaba en el equipo de gobierno desde la asunción de Macri en diciembre de 2015, primero como secretario de Finanzas, después como ministro de Finanzas y finalmente como titular del Banco Central, el cargo que ocupó con la misión inequívoca de frenar la escalada del dólar que ya llega a 100% el último año.
Pero Caputo no duró 100 días en un cargo estratégico y en el que reemplazó a Federico Sturzenegger en medio de una fuerte corrida cambiaria e internas cada vez más palpables en la mesa chica del presidente.
El paro nacional
La huelga nacional convocada por la poderosa Confederación General de Trabajo (CGT, peronista), secundada desde el mediodía del lunes por las dos vertientes en que está dividida la Central de Trabajadores de Argentina (CTA, de izquierda), paralizó el país austral.
No hubo transporte público (ómnibus, trenes, metro ni vuelos nacionales e internacionales) y tampoco clases en todos los niveles de enseñanza pública. Las gasolineras permanecieron cerradas, al igual que un gran porcentaje de comercios.
En los hospitales públicos se suspendieron estudios y turnos y solo se atendieron emergencias. Y todos aquellos que decidieron ir a trabajar en sus automóviles particulares se toparon en varios accesos a la ciudad de Buenos Aires, y en otras partes del país, con cortes y movilizaciones de sectores sociales y agrupaciones de izquierda. La CGT peronista no convocó a actos ni movilizaciones.
Macri sigue empeñado en ganarse la confianza de los mercados internacionales en su minigira por Nueva York que incluye su discurso en las Naciones Unidas y la ampliación del acuerdo con el FMI. Pero la realidad le sigue ganando la batalla al presidente.
“Si el rumbo es este, el conflicto social va a seguir”, advirtió uno de los tres líderes de la CGT, Juan Carlos Schmid. (I)