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Entrevista / Antonio Bracho / Historiador y Diputado del Parlamento Andino

"Queda demostrado que en las 20 elecciones no existió jamás fraude"

La Asamblea saliente, dominada por el chavismo, funcionará hasta los primeros días de enero de 2016. Foto: AFP
La Asamblea saliente, dominada por el chavismo, funcionará hasta los primeros días de enero de 2016. Foto: AFP
14 de diciembre de 2015 - 00:00 - Maximiliano Pedranzini. Ensayista argentino

Venezuela deja atrás las elecciones legislativas del pasado 6 de diciembre con un nuevo escenario político que se irá configurando a partir de la derrota del oficialismo en manos de la oposición, lo que abre en principio un marco para la reflexión en un año peliagudo, tanto para Venezuela, por todo lo que viene atravesando social y políticamente, como para el Cono Sur en términos electorales.

Ahora se cierra un año con derrotas de los gobiernos populares, comenzando a darse un giro político a priori inesperado para toda la región en lo que respecta a la continuidad del proceso de unidad continental y la profundización de las transformaciones iniciadas a partir de 1999 con el triunfo de Hugo Chávez.

Las razones que llevaron a la derrota de la Revolución Bolivariana son muchas en un presente complejo, cuya trama preanunciaba cambios y alteraciones dentro del proceso sociopolítico y donde estas elecciones serían el corolario que terminó mostrando las contradicciones y desgastes después de 17 años de gobierno bolivariano.

Para tener una perspectiva más precisa sobre esta cuestión, dialogamos con Antonio Bracho, historiador venezolano por la Universidad Central de Venezuela (UCV) y diputado del Parlamento Andino.

“Una vez más queda demostrado que en las 20 elecciones realizadas en Venezuela no existió jamás fraude electoral”, sostiene el historiador, quien hace una reflexión de lo que significaron estas elecciones y el resultado adverso obtenido por el gobierno del presidente Nicolás Maduro. En este sentido, se muestra optimista y considera: “A pesar de estos acontecimientos, nos lleva a preparar a la población, más unida en la conciencia, donde los grandes protagonistas tienen que ser nuestros medios de comunicación, para combatir las guerras psicológicas que se preparan en el imperio para derrocar a nuestras democracias progresistas”.

¿Qué análisis hace del resultado electoral del 6-D en Venezuela? ¿A qué reflexión debe llevarnos lo acontecido?

El proceso bolivariano, desde su comienzo, con el comandante Hugo Chávez a la cabeza, ha sido sometido a una conspiración constante, interna e internacionalmente. Con el fallecimiento del comandante, la derecha transnacional vio la oportunidad de salir del proceso bolivariano y eso la llevó a crear una crisis al gobierno del presidente Maduro, que partía desde el acaparamiento de productos de primera necesidad, hasta crear una guerra económica, en donde la población solo conseguía productos a un elevado costo, lo cual ha creado una hiperinflación con un proceso de especulación, en donde el dólar que maneja el Estado se encuentra por debajo del 500% del que manejan las empresas privadas. Todo este descontento se fue acumulando dentro de las diversas capas de la población, a un nivel que, a un mes de realizarse las elecciones, no se conseguían los alimentos y los altos precios de la cesta básica para mantener una familia se habían comido el salario del venezolano, que hasta hace año y medio era uno de los más altos de la región, esto, por supuesto, condujo a que un sector de las capas medias y algunos factores populares, confundidos, buscaran una alternativa con la campaña realizada por la oposición. Ahora, queda demostrado el talante democrático de la Revolución Bolivariana, sus dirigentes y su presidente, al conocerse los resultados por parte del Consejo Nacional Electoral, inmediatamente se reconoce el resultado. Esto afirma lo confiable de nuestro sistema electoral y se desmonta la matriz en contra del mismo, no solo por actores nacionales, sino por factores internacionales, incluyendo el Departamento de Estado de EE.UU. Una vez más queda demostrado que en las 20 elecciones realizadas en Venezuela no existió jamás fraude electoral. A pesar de estos acontecimientos, nos lleva a preparar a la población, más unida en la conciencia, en donde los grandes protagonistas tienen que ser nuestros medios de comunicación, para combatir las guerras psicológicas que se preparan en el imperio para derrocar a nuestras democracias progresistas. Los ejemplos son muchos, sin embargo, podemos mencionar Chile en 1973 y, más reciente, la campaña que realizaron en Irak, Libia y la que mantienen contra el pueblo sirio.

¿Este éxito de la oposición le da nuevas esperanzas a la derecha venezolana de cara al futuro?

Se podría decir que sí, esperanza, pero el problema es que la derecha nacional e internacional no tiene proyectos país; que solo presentan los proyectos de las transnacionales, que los grandes dueños de estos consorcios políticos, que son el imperio norteamericano y europeo, les imponen, más acuciante ahora ante la  grave crisis que atraviesa, para ellos el proyecto es apropiarse de las grandes riquezas que alberga nuestro suelo y subsuelo.

¿Cómo impactó el triunfo en Argentina del conservador Mauricio Macri en estas elecciones?

Pareciera que los ataques a la presidenta Cristina Kirchner por parte de la derecha internacional y sus aliados nacionales surtieron algún efecto, sobre todo en las capas media de la población; y mi gran impresión es que en las grandes ciudades, como sucede aquí en Venezuela, lo mediático ha logrado hacer mella en la conciencia de muchos jóvenes, que son los que en última instancia representan la fuerza del voto.

¿Cómo observa al gobierno de Nicolás Maduro frente a este escenario a priori complejo por los acontecimientos que se han suscitado en el país?

Yo pienso que el gobierno del presidente Nicolás Maduro mantiene intacta la posición y el mensaje del comandante eterno Hugo Chávez, siempre bajo el lema de “unidad, lucha, batalla y victoria”,  y ello lo demuestra la fuerza que ha adquirido la alianza con el Gran Polo Patriótico (alianza de partidos y movimientos sociales que apoyan a la Revolución Bolivariana).

¿Qué evaluación hace de la oposición después del 6-D? ¿Registra algún crecimiento ante al desgaste del gobierno bolivariano?

El desgaste realmente no ha sido del gobierno bolivariano, que ha redoblado esfuerzos en llegar cada día con más fuerza a todas las clases populares, por medio de extensos programas sociales que van desde la Gran Misión Vivienda Venezuela, que entregó la casa número un millón, en una población de 30 millones de habitantes; se ha llegado a la meta de dos millones y medio de pensionados y jubilados, en un país donde el promedio de la población no es mayor de 60 años; se ha entregado computadoras portátiles a toda la población escolarizada, desde los niveles iniciales hasta los universitarios; entonces, yo creo que el desgaste va dirigido a las clases medias de la población, que evidentemente es un sector que se ha fortalecido en los últimos años como producto de esta bonanza, de la buena administración del gobierno bolivariano.

¿Considera que después de este revés electoral estamos ante un escenario abierto de cara a lo que se vendrá de ahora en adelante?

Sí, por supuesto, claro que lo estamos. Nosotros sabemos que aquí nos estamos jugando el futuro de patria grande y la esperanza de muchos pueblos del mundo que creen que un mundo socialista, donde el presupuesto nacional sea dirigido, fundamentalmente, a satisfacer las necesidades sociales de la población: salud, vivienda, educación, sí es posible.

Por lo que pudimos advertir en el balotaje en Argentina, ¿los sectores populares se sienten cada vez menos representados por los gobiernos progresistas?

Yo creo que en Venezuela no se ve ese escenario; no es así, aquí sí hay un sector que se siente representado por el gobierno bolivariano, ya que nunca se sintió incluido por la derecha, y es el pueblo llano, hoy en nuestro país, en todos los sectores populares existen comunas y consejos comunales, esto quiere decir que ellos se están creando los gobiernos de base, es decir, el pueblo pobre empoderado.

Las elecciones en este último año se constituyeron en el cristal donde se observan las fisuras de los gobiernos populares, ¿cómo lo ve usted?

Durante 17 años, desde el triunfo de la Revolución Bolivariana, no ha habido un solo día en el que la derecha nacional e internacional no haya intentado derrocar a nuestros gobiernos progresistas, por ejemplo, en Venezuela: el golpe de Estado de 2002 contra el comandante Chávez, paro petrolero de 2003, la guerra económica continuada que le han hecho al presidente Nicolás Maduro y, lo más grave, el asesinato al comandante Chávez. Si eso no produce fisuras dentro de unos procesos tan jóvenes, ¿qué lo podría producir?; sin embargo, en el caso nuestro, del gobierno bolivariano, estos golpes solo demuestran la coraza y el temple de la patria de Bolívar, la fibra de un pueblo libertario. Venezuela es pueblo de libertadores, como dice un viejo dicho del siglo XIX: “Venezuela es como un cuero seco, si la pisan por un lado por el otro se levanta”.

¿Estamos ante el resurgir de la derechización como fenómeno en toda la región? ¿Qué apreciación puede hacer al respecto?

Creo que el ataque que se le ha hecho, no solo a Venezuela, sino a Argentina, Bolivia, Ecuador y al proceso brasileño, demuestra la sed que tiene la derecha internacional de cambiar el rumbo a estos procesos, pero sigo sosteniendo que esa derecha capitalista, imperialista, no va a parar, ya que está pasando por un proceso de crisis muy profunda, y ellos lo saben, su única esperanza de recuperación es expoliando los inmensos recursos de nuestra América. El tiempo nos dará la razón a nosotros, los bolivarianos, que siempre hemos pensado que, más tarde que nunca, el capitalismo se derrumbará. (I)

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