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Programa Erasmus, 30 años de un éxito europeo
El programa Erasmus, que permitió a más de 5 millones de estudiantes y profesores de unos 20 países realizar intercambios en otras naciones, celebra en 2017 sus 30 años de existencia, con nuevas e innovadoras iniciativas educativas y de formación profesional adaptadas al siglo XXI, aunque en una Unión Europea (UE) cada vez más en crisis.
El exitoso plan fue creado el 15 de junio de 1987 por iniciativa del italiano Domenico Lenarduzzi, por entonces encargado de educación de la Comisión Europea, quien buscaba potenciar las relaciones entre instituciones educativas del Viejo Continente.
En un principio, el plan captó el interés de profesores, aunque rápidamente se extendió a los estudiantes.
El acrónimo recibió el nombre en latín del filósofo, teólogo y humanista Erasmo de Rotterdam (1465-1536), uno de los precursores del Renacimiento y autor de obras como Elogio de la locura y Sobre el método de estudio.
Erasmo quería utilizar su formación universitaria y su capacidad para transmitir ideas, aclarar las doctrinas católicas y hacer que la Iglesia permitiera más libertad de pensamiento.
El programa Erasmus fue lanzado inicialmente entre 11 países: Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Holanda, Portugal y Reino Unido. Contó con el apoyo del entonces comisario europeo de Educación de la Comisión Delors, Manuel Marín, y con la aprobación del presidente de la República de Francia, François Mitterrand, y del jefe del Gobierno de España, Felipe González.
Estudiantes del programa Erasmus+ de diversas nacionalidades asisten a una capacitación.
Su lema inicial fue ‘mejorar la calidad y fortalecer la dimensión europea de la enseñanza superior fomentando la cooperación transnacional entre universidades, estimulando la movilidad en Europa y mejorando la transparencia y el pleno reconocimiento académico de los estudios y calificaciones en toda la Unión’.
El programa se integró al plan de mayor envergadura llamado Sócrates, extendiéndose más tarde a 33 países participantes y otros 169 países socios en todo el mundo, como Suiza o Turquía.
En 1987-1988, año universitario del lanzamiento del programa, 3.244 estudiantes pudieron beneficiarse de la iniciativa.
Treinta años después de su creación, se estima que 5 millones de personas han participado en este programa, incluyendo 3,3 millones de estudiantes universitarios.
A partir de 2014 y hasta 2020, el programa pasó a llamarse Erasmus+, con el fin de elevar el nivel de formación universitaria dentro de Europa del 32% al 40%, y reducir la proporción de deserción escolar del 14% al 10% dentro del bloque comunitario.
Erasmus+, que cuenta con un presupuesto total de cerca de 16.400 millones de euros ($ 17.656 millones), busca en los próximos 4 años ayudar al desarrollo de unos 2 millones de estudiantes universitarios, y entregar becas a otros 135.000 alumnos más de países socios del programa.
Además, actualmente pueden participar también estudiantes de primaria, secundaria, de institutos profesionales, solicitantes de empleo, entre otros.
El programa, que según sus autoridades tiene a España como destino más popular entre los estudiantes extranjeros, siendo esa la nación que más estudiantes envía en intercambio a otros países europeos, busca ayudar a 300.000 profesores universitarios, planea entregar 200.000 becas para estudiantes de maestría, y 25.000 para estudiantes que realicen dobles maestrías.
“Para mí fue como si ese año fuera el más importante de todos mis estudios, no necesariamente en términos de contenido, sino porque era mi primera experiencia en el extranjero sola”, dijo la francesa Roxane Revon, que partió a Italia a hacer un Erasmus en filosofía.
Erasmus+ destinará fondos hasta 2020 para vínculos estratégicos entre 125.000 instituciones educativas y empresas, promoviendo el intercambio y experiencias entre alumnos con el fin de ayudarlos a insertarse en el mercado laboral.
Según las autoridades del plan, 1 de cada 3 estudiantes en prácticas consigue un puesto de trabajo en la empresa en la que realizó sus prácticas Erasmus+.
Además, el programa ayudará a 500.000 jóvenes a realizar tareas de voluntariado en el extranjero o participar de intercambios juveniles. Asimismo, como parte del programa, 800.000 monitores juveniles, profesores, educadores, y personal de educación enseñarán o serán entrenados en el extranjero.
“Después de una experiencia Erasmus+, los participantes se sienten más motivados para viajar al extranjero, para estudiar, realizar prácticas, voluntariado o para trabajar, y las empresas en todo el mundo aprecian esta experiencia internacional”, destacó la organización, dependiente de la Comisión Europea.
Sin embargo, el plan está siendo renegociado, en vistas a la preparación del período posterior a 2020, que tendrá que aportar respuestas tras el Brexit, el voto británico a favor de salir de la Unión Europea.
Además, el futuro de este programa despierta interrogantes en momentos en que el proyecto de la Unión Europea está en crisis por el aumento de movimientos políticos euroescépticos, antiinmigración y contra el libre movimiento de personas dentro del bloque.
Para Loren Griffith, director de la estrategia internacional de la prestigiosa universidad británica de Oxford, “perder Erasmus sería un shock para las universidades de Reino Unido”. En tanto que para el director de asuntos estudiantiles de Oxford, Den Moore, la institución académica tiene como intención “seguir acogiendo a una comunidad cosmopolita y el resultado del referendo británico no cambiará esto”.
En octubre, el ministro británico de Universidades, Jo Johnson, anunció que no se modificarán las reglas para los estudiantes de la UE para 2017-2018, sobre todo en lo que concierne a los costos de inscripción.
“Sabemos que el resultado del referéndum (por el Brexit) trajo consigo ciertas incertidumbres para el sector de la educación superior”, afirmó el funcionario conservador.
“Los estudiantes internacionales hacen una contribución importante a nuestras universidades de nivel mundial y queremos que esto continúe”, dijo Johnson.
Pero sin una fecha exacta de salida de Reino Unido de la UE la situación es incierta, y más cuando la primera ministra británica, Theresa May, admitió que no descarta ninguna opción a la hora de negociar con Bruselas el ‘divorcio’ británico.
Lo cierto es que los efectos del Brexit ya se están sintiendo en varias universidades del Reino Unido, como ocurrió con la famosa universidad de Cambridge, que en diciembre pasado registró una caída de 14,1% de solicitudes de inscripción de países de la UE para 2017, pasando de 2.651 a 2.277.
“La gente de mi generación espera que Europa sea una verdadera democracia. Creo que estamos a mitad de camino, está esa generación de antes, que claramente en Inglaterra tomó como rehenes a la nueva generación llevándolos al Brexit”, afirma Roxane Revon, quien desde que finalizó su beca Erasmus decidió involucrarse en el proyecto político de las primarias ciudadanas en Francia. (I)
El filme Piso compartido cuenta vivencias de los estudiantes
El programa Erasmus no solo benefició a más de 5 millones de estudiantes europeos, sino que además fue llevado a la pantalla grande en 2002 con el filme hispano-francés de Cédric Klapisch L’auberge espagnol (traducido como Piso compartido o El albergue español).
La película, producida por Studio Canal y que contó con un presupuesto de 5 millones de euros ($ 5.383 millones) cuenta las aventuras, sobre todo sentimentales, de un joven francés llamado Xavier (Romain Duris), que va a estudiar a Barcelona gracias al programa Erasmus y vive junto con estudiantes de diferentes nacionalidades.
Alejado de su novia Martine (Audrey Tautou), el protagonista hace frente a muchos desafíos, incluyendo la añoranza, el choque cultural y social, y las típicas dificultades de idioma.
El albergue español incluso obtuvo un premio César a la mejor actriz revelación, galardón que recibió Cécile de France.
La película refleja las experiencias de miles de estudiantes que participan en el Erasmus, una suerte de Torre de Babel moderna.
Lo cierto es que, según un estudio publicado en 2014, desde el lanzamiento de Erasmus, más de un millón de bebés nacieron de parejas formadas durante este programa de intercambio.
El informe, elaborado por la Comisión europea de Educación, concluyó que uno de cada 4 estudiantes ha encontrado a su pareja durante la beca Erasmus, fuera de su país.
La comisaria europea de Educación, Androulla Vassiliou, afirmó que al participar en el programa Erasmus, “los jóvenes aumentan sus posibilidades de encontrar un empleo”.
“Los estudiantes Erasmus no corren el riesgo de quedarse en el paro mucho tiempo. Encuentran trabajo en un plazo de 6 meses, después de haber finalizado su formación”, subrayó la comisaria.
Según este estudio, los beneficiarios de estas becas tienen más confianza, son más tolerantes hacia otras culturas, son más curiosos, resuelven mejor los problemas y se adaptan fácilmente a nuevas situaciones, algo que valoran mucho los empresarios. (I)
Las capitales europeas conmemoran y promocionan el programa estudiantil
El aniversario del programa Erasmus será celebrado a lo largo de 2017 en varias capitales europeas, con el fin de conmemorar y promocionar la labor de dicha iniciativa de intercambios estudiantiles y profesionales.
El lunes 9 de enero, París abrió el calendario de festejos, con una ceremonia especial en el Teatro del Odéon en el que participaron autoridades del país. La agenda pasó el 24 de enero a Bruselas, donde se realizará el lanzamiento por parte de la Comisión Europea de la campaña anual: ‘De Erasmus a Erasmus+. 30 años de historia’.
Entre el 25 y 27 de enero, la ciudad española de Zaragoza ofició un seminario de contacto de formación profesional, destinado a contactar a participantes del programa Erasmus con el sector laboral. En la capital belga se realizó un taller. (I)