Profesionales de belleza confirman trucos ‘old school’ para la piel, cabello y maquillaje

Las tendencias de moda y maquillaje están en constante evolución e innovación. Sin embargo, algunos de los más efectivos se han mantenido con los años, a pesar de no tener un aval científico… hasta ahora.

Secretos para el cabello, la piel y un maquillaje que resalte tus atributos finalmente fueron comprobados por expertos y expuestos por la revista Vogue España:

-Agua fría para piel firme y cabello sano:

Utilizar agua fría para finalizar la ducha o el lavado de rostro es una práctica que se realiza desde hace muchos años por sus beneficios. La temperatura activa la circulación sanguínea y favorece la tonificación en  piernas, pies y caderas.

Algo parecido ocurre con la melena. “Hacer el último aclarado con agua fría sella las cutículas abiertas y hace que queden alineadas, por eso la melena tiene más brillo. Y al activar el riego sanguíneo del cuero cabelludo, se tonifica y oxigena”, señala la estilista María Baras, directora de Cheska.

En cambio, el calor durante el lavado genera el efecto contrario porque “las cutículas se abren como escamas de pez, sobre todo cuando la fibra capilar está dañada”. Como norma general, añade el peluquero Moncho Moreno, mejor lavar a una temperatura media para que el cabello quede más limpio y bonito.

-Cepillar el cabello y la piel:

“Cepillar bien el pelo es una regla legendaria. Se han encontrado cepillos y peines de civilizaciones antiguas que lo constantan”, cuenta Baras. Unas cuantas son suficientes para que el cabello esté más brillante y se rompa menos.

Bea Guerrero, CEO del salón Ángela Navarro, añade otra bondad: “Se consigue lubricar la fibra del cabello con la propia secreción del cuero cabelludo”. La elección de la herramienta es importante y el modus operandi, recalca Moreno, también: “Siempre empezando por las puntas y siguiendo por medios y raíces”.

La versión corporal del cepillado –lo llaman Dry Brushing, se hace con cepillo tipo sauna y es lo más parecido a utilizar en seco el guante de crin que usaban nuestras madres– también tiene beneficios: elimina células muertas de la piel, estimula la circulación sanguínea y el drenaje linfático.

-Peinar con secador y cepillo:

La altas temperaturas de panchas y encrespadores actuales aceleran el debilitamiento del cabello. Hoy, los expertos alaban el retorno del brushing de siempre con cepillo redondo y secador a temperatura media. “Las supermelenas de los 90 con volumen y brillo se conseguían con este método y poniendo un rulo en la raíz”, recuerda Baras.

-Los productos tienen más de un uso:

Seguro escuchaste a tu madre, alguna tía o incluso abuela hablar sobre el labial como un perfecto rubor. Pues esto está totalmente avalado por maquilladores profesionales. “Para replicar este truco es importante usar fórmulas labiales duraderas, pigmentadas y cremosas que tengan un acabado fundente en las mejillas”, sugiere Baltasar González Pinel, director artístico de M·A·C Cosmetics para EMEA.

En cuestiones capilares, lo de usar polvos de talco entre lavados puede ser una opción (pero solo de emergencia). Solo cuando no se tiene un champú en seco a mano.

-Cuidados nocturnos para el cabello:

Usar fundas de almohada de seda es la versión 2023 de unos cuantos secretos vintage como el uso de redecilla por la noche. “Puede minimizar el efecto despeinado al levantase. También ayuda a que el pelo se enrede menos, sobre todo en el caso de cabellos finos”, explica Sánchez.

No obstante, si se tiene tendencia al encrespamiento, se puede sustituir por un pañuelo de seda natural o un turbante de raso, “para evitar que el cabello tenga fricción por los movimientos que hacemos mientras dormimos”, señala Guerrero.

Otro gran tip es el trenzado de cabello para reducir el frizz. Y, si lo que se busca es hidratar el cabello, se puede aplicar aceite de oliva de medios a puntas.

-Cubitos de hielo:

Sí, el frío favorece una mejor circulación sanguínea, pero el dermatólogo Eduardo López Bran, director de Clínica IMEMA, cuestiona el secreto de pasarse hielo por la cara. “Es preferible sumergir un apósito en agua fría y aplicarlo en la piel o guardar una mascarilla de gel en la nevera y colocarla en el contorno de los ojos. Hay que tener cuidado con el hielo para que no entre en contacto con la piel porque podría provocar quemaduras. Es preferible envolverlo en un paño de lana”, aconseja el experto.