Podemos y PSOE, al borde de la mayoría absoluta
Con el shock del ‘Brexit’ (salida de Reino Unido de la Unión Europea), España cerró ayer la campaña electoral más convulsa y accidentada de su historia reciente. Los líderes de los principales partidos políticos apuraron hasta el último segundo para espolear a sus seguidores sobre las causas que han empujado a los británicos a decidirse por abandonar el barco europeo y cuáles son fórmulas para evitar que este Titanic, pilotado a distancia desde Berlín, se hunda de manera irreversible en un túnel de tinieblas.
La inquietante visita realizada ayer por la Policía a las instalaciones del diario Público para confiscar sin orden judicial las grabaciones de las conversaciones privadas entre el ministro del Interior y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña quedó ayer en un segundo plano. Para el gobernante Partido Popular (PP) fue algo más que un balón de oxígeno ante el amargo cariz de los acontecimientos.
Desde primera hora del día, el presidente del gobierno en funciones, Mariano Rajoy, orilló su agenda electoral para apaciguar a un mercado de valores que, pese a todo, sufrió un descalabro de magnitudes colosales. El Ibex 35 se desplomó un 12%, la mayor caída de su historia, provocando el pánico en cientos de inversores que vivieron la jornada de ayer con la sangre congelada y el corazón en un puño. “Quiero tranquilizar a todos los ciudadanos españoles y a los que por su residencia o actividades en Reino Unido se puedan sentir particularmente afectados por esta decisión. España tiene ahora una economía con sólidos fundamentos y un sistema financiero saneado que nos permitirá soportar las turbulencias financieras que pudieran producirse”, señaló Rajoy en tono solemne a escasas 24 horas de enfrentarse a las urnas sin ninguna garantía de que volverá a gobernar.
Un sondeo realizado desde el vecino Principado de Andorra por el diario El Periòdic le otorgaba ayer un máximo de 118 escaños, lo que indica que las revelaciones sobre el ministro del Interior pueden pasarle factura al partido conservador español. Además, la encuesta refleja por primera vez que la suma de Unidos Podemos y PSOE podría quedarse a un solo escaño de alcanzar la mayoría absoluta. Pero en esta estadística no está reflejada la conmoción causada por el ‘Brexit’ ni tampoco los efectos de los catastrofistas mensajes lanzados ayer por algunos analistas y políticos retirados sobre las consecuencias para España de un triunfo de la izquierda en semejante circunstancias.
Uno de ellos fue Felipe González. En su única aparición en campaña, el expresidente español se encargó de cerrar la puerta a la posibilidad de alcanzar cualquier acuerdo de gobernabilidad con la formación de Pablo Iglesias. Lo hizo en Madrid ante miles de enfervorizados seguidores.
Para González, es imposible que el PSOE pueda pactar con un partido “populista, rupturista, una pseudoizquierda que quiere romper la solidaridad entre los españoles”. Y, aunque no lo explicó, eso vale si los socialistas quedan como tercera fuerza, por detrás de Unidos Podemos, como pronostican los sondeos, y juntos se acerquen a la mayoría absoluta.
Sobre el tema del día, tanto Felipe González, como el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, consideraron “pésimo” el resultado del referéndum británico y apelaron a la autocrítica para determinar las causas exactas de una derrota que deja la arquitectura política europea “muy tocada”. En este sentido, el candidato de la coalición progresista consideró en su discurso antes del cierre de la campaña que el fracaso es “el de un modelo concreto que funcionaba de espaldas a la gente, un modelo neoliberal que ha vaciado el Estado del Bienestar, basado en recortes y de pérdidas de derechos colectivos”. Precisamente, esa defensa de una Europa social y equitativa se transformó en el telón de fondo en el fin de campaña de Unidos Podemos. “Hay que revertir las cosas que no funcionan. Y en la UE se ve que la política de Schäuble y Merkel ha fracasado. Ha llegado el momento de cambiar las cosas”, afirmó Iglesias.
Ya solo queda esperar. El domingo será el turno de los 36,5 millones de ciudadanos con derecho al voto y de los que casi dos millones se encuentran en el extranjero para decidir la renovación de 558 de los 616 escaños que conforman las cortes generales: 350 del Congreso de los Diputados y 208 del Senado. La experiencia de elecciones pasadas indica que si la abstención es alta, el gran beneficiado será el PP. Hasta el domingo, España dormirá con un ojo abierto. (I)
