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Entrevista / Carlos Velandia / exguerrillero del Ejército de Liberación Nacional
"Para el ELN es muy importante el diálogo con sus bases..."
Carlos Velandia conoce en su entraña al Ejército de Liberación Nacional (ELN). A esa guerrilla perteneció 24 años de su vida. En ella fue comandante de los frentes ‘Camilo Torres’ y ‘Compañero Tomás’ y fue miembro de la Dirección Nacional. En junio de 1994 fue capturado por el Ejército en Bogotá mientras organizaba los comandos urbanos del grupo armado en la capital del país. En esa época su nombre de guerra era ‘Felipe Torres’.
En octubre de 2003, al recobrar la libertad, se declaró “un revolucionario comprometido con la paz de Colombia”, dejó las armas y se dedicó desde entonces a promover desde la sociedad civil el fin del conflicto armado interno en este país. El 21 de junio pasado fue recapturado bajo cargos de participar en un secuestro masivo ocurrido cuando estaba en prisión.
El presidente Juan Manuel Santos lo nombró gestor de paz y suspendió todos los procesos judiciales en su contra, con lo que volvió a salir libre el 1 de agosto. Si algún civil en Colombia conoce a fondo al ELN es Carlos Velandia, quien ha pasado las últimas semanas impulsando el inicio de los diálogos formales entre esa organización insurgente y el gobierno de Santos.
Los coloquios se instalarán mañana en Quito y el excomandante guerrillero es “muy optimista” de que las negociaciones culminarán con un acuerdo que permitirá lograr “la paz completa en el país” tras los pactos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En una entrevista con diario EL TELÉGRAFO, Velandia señaló que le parece muy importante que los jefes de los equipos de negociadores del Gobierno, Juan Camilo Restrepo, y del ELN, Pablo Beltrán, sean “personas dialogantes y conciliadoras que, por lo mismo, harán un gran trabajo en la mesa de negociaciones”.
¿Qué expectativas tiene de la mesa de paz con el ELN que se instalará en Quito este jueves?
Muy positivas. Las partes van a empezar discutiendo el punto de participación de la sociedad en la construcción de la paz, que es el primero de la agenda, y los gestos humanitarios que pueden dar para generar confianza. Esto puede incluir la liberación de todos los secuestrados en manos del ELN y aliviar las condiciones de reclusión de los guerrilleros del ELN que están presos. En esto podemos tener acuerdos muy pronto.
¿Y en el punto de participación de la sociedad?
Ahí no vamos a tener noticias en el corto plazo. Hay que tener paciencia en el desarrollo de este punto. Tiene una gran complejidad, creo que es el más difícil de los seis de la agenda. Y creo también que se ha venido haciendo un mito sobre las grandes dificultades que hay para el diálogo con el ELN y no me parece que vaya a ser así. Es cuestión de que las partes establezcan un método que permita consultar a la sociedad sobre los acuerdos, y eso se puede hacer sin necesidad de eternizar este proceso. Para el ELN es muy importante el diálogo con sus bases, con las comunidades, y eso hay que respetarlo.
¿El hecho de que el ELN tenga una estructura más horizontal que las FARC, con bloques de guerra con mucha autonomía, con una cultura política más deliberativa para la toma de decisiones, dificultará las negociaciones con el Gobierno?
Sí. Eso hace parte de lo que es el ELN y con esa realidad hay que salir adelante. Las decisiones se toman de manera más colegiada, escuchando a las bases y a las comunidades, y esto puede hacerlas más tardadas. Sin embargo, el ELN, si bien tiene esa particularidad, tiene una vocería única, un mando único y una sola representación en la mesa.
¿Qué le pareció el nombramiento del exministro Juan Camilo Restrepo como jefe de los negociadores del Gobierno ante el ELN?
Yo aplaudo esta designación que ha hecho el presidente Santos. El doctor Restrepo (un militante del Partido Conservador con posturas muy liberales en lo social) es una persona sumamente calificada para este tipo de responsabilidades. Tiene toda la preparación, la experiencia y el reconocimiento de muy amplios sectores en el país como para hacer un gran papel, principalmente porque ha sido muy abierto al diálogo y al entendimiento.
Usted conoce muy bien a Pablo Beltrán, el jefe de la delegación de negociadores del ELN. ¿Qué ventajas puede tener el hecho de que él esté en esa posición?
Pablo tiene un talante muy sosegado comparativamente con otros líderes del ELN, no se exalta, cuida las formas, y es muy correcto y cordial en el trato y en la palabra. Esto va a facilitar mucho el diálogo con el Gobierno y un buen ambiente en la mesa.
Es también un dirigente de principios muy sólidos y hará una defensa firme de los puntos de vista que tiene el ELN. Tanto él como los otros comandantes que estarán en la mesa tienen todo el mandato de esa guerrilla para defender sus posiciones. Pero sí va a ayudar el temperamento de Pablo.
¿Cómo gravitará el acuerdo con las FARC y el rechazo de él en el plebiscito del 2 de octubre en la negociación con el ELN?
La firma del acuerdo con las FARC le pone un elemento de presión al ELN. Aunque esté en revisión ese acuerdo, por el triunfo del No en el plebiscito del 2 de octubre, es claro que la sociedad colombiana quiere la paz y que es necesario superar la guerra. Los del Sí y los del No a los acuerdos con las FARC coinciden en algo: en que todos quieren la paz. Entonces esto genera una influencia positiva. Con el ELN en la mesa, vamos hacia el fin de la guerra en Colombia. La guerra ya se agotó para el ELN y el Estado. También para las FARC.
¿Los acuerdos con las FARC tendrán que ser una base para la negociación con el ELN?
Son una base y un punto de partida en esa negociación. No se parte de cero, como con las FARC. En los acuerdos pactados en La Habana (con las FARC) hay puntos como el de justicia que tienen que servir también para el ELN.
¿Qué papel van a jugar en el proceso con el ELN los países garantes (Ecuador, Noruega, Cuba, Venezuela, Chile y Brasil), en especial Ecuador, donde iniciarán los diálogos?
Un papel importantísimo. Ecuador ha interpuesto sus buenos oficios para que esta fase pública de negociaciones pueda comenzar este jueves en Quito y eso es muy positivo. Hay un interés y una gran disposición de Ecuador para contribuir a la paz de Colombia y esto va a ser muy útil para el proceso. Sin duda, todos los países garantes van a desempeñar una función muy constructiva. (I)
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La primera mesa durará 45 días
La Capilla del Hombre está lista para negociaciones
En la Capilla del Hombre de la Casa-Museo Guayasamín, en Quito, todo está listo para que mañana se efectúe la sesión inaugural de los diálogos de paz entre el Gobierno de Colombia y el ELN.
Alfredo Vera, encargado de Asuntos Internacionales de la fundación creada por el fallecido pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, confirmó a EL TELÉGRAFO que la apertura se efectuará a las 17:00. Posteriormente, las delegaciones se trasladarán a una hacienda jesuita en las afueras de la capital.
El lunes, el canciller de Ecuador, Guillaume Long, detalló que la primera mesa de negociaciones durará 45 días y mencionó a Venezuela y Noruega como las naciones que actuarán como países garantes. Asimismo, Chile y Brasil serán los países acompañantes en las negociaciones de paz. Para el 3 de noviembre se programó la primera ronda de diálogo en Cashapamba, una casa cedida por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador en el (vecino) Valle de los Chillos.
Por su parte, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, designó a Juan Camilo Restrepo como el jefe negociador del Gobierno. Del lado de la guerrilla será Pablo Beltrán.
Long resaltó que fueron tres años de negociación exploratoria entre el Gobierno de Colombia y el ELN, y hay puntos específicos que se van a tratar. No obstante, ocho presidentes colombianos intentaron sellar la paz con el movimiento rebelde fundado en 1964, pero ninguno tuvo éxito.
El ELN aglutina a cerca de 2.000 guerrilleros que mezclan marxismo, catolicismo y nacionalismo. El grupo se autocalifica como “portavoz de la población campesina oprimida”. (I)