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Padres de normalistas protestan frente a la casa presidencial
"Aquí vamos a plantarnos y no importa que el gobierno nos reprima, aquí vamos a estar", aseguró Cristina Bautista Salvador, madre del desaparecido Benjamín Ascencio Bautista, al iniciar el campamento que los padres de los 43 normalistas desaparecidos iniciaron en la capital de México por tiempo indefinido.
"Amas de casa, maestros y estudiantes, los invitamos a venir porque realmente necesitamos el apoyo de todo México", completó la mujer menuda, cabello negro, que habla español poco fluido. A un lado del Paseo de la Reforma, una de las avenidas más importantes de la capital, sin más infraestructura que una carpa se instalaron padres, madres, hermanos y primos de los estudiantes secuestrados y desaparecidos por la policía mexicana el pasado 26 de septiembre de 2014 en Iguala, estado de Guerrero.
Después de marchar durante una hora y media junto a unas 3.000 personas, al cumplirse 14 meses de los hechos, el objetivo de los familiares era instalar el plantón en la puerta de la residencia presidencial de Los Pinos, donde vive el presidente de México, Enrique Peña Nieto. Pero se los impidió un gran operativo de seguridad; sin embargo, sin desistir, avanzaron 100 metros y optaron por quedarse en Paseo de la Reforma.
"Si estos uniformados estuvieran buscando a nuestros 43 muchachos y no reprimiéndonos a nosotros, sería distinto", cuestionó Felipe de la Cruz, tío de uno de los desaparecidos, quien añadió que "ellos no lo van a hacer porque son los mismos que los secuestraron en Iguala".
Los familiares de los normalistas aseguraron que permanecerán instalados en protesta "hasta que se reinicie la búsqueda", suspendida por las autoridades desde diciembre del año pasado.
Enfermos y debilitados en su salud muchos de ellos, duermen ahora en el suelo y prácticamente a la intemperie. No tienen garantizada la alimentación para los días que sigan, pero se arriesgan "porque no se nos olvidan nuestros hijos", dijo Bernardo Flores, padre de Bernardo Flores Alcaraz.
A más de un año de los hechos, sin verdad ni justicia, llevan su propia integridad al límite porque "no nos podemos ir a casa, no sabemos dónde están nuestros hijos", exclamó con voz aguda y enojada María de Jesús Tlatempa, madre del desaparecido Eduardo Rodríguez Tlatempa. (I)