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Oposición y sociedad civil rechazan reforma educativa en España
La oposición española fustigó ayer la reforma educativa aprobada por el gobierno conservador de Mariano Rajoy que, entre otras medidas, devuelve el valor académico a la asignatura de religión, computándola en la media de calificaciones y para la obtención de becas.
“¿Qué tiene que ver la calidad de nuestra educación con que la educación religiosa, la religión católica, puntúe para tener becas o para entrar en Medicina? ¿Qué tiene que ver?”, dijo el líder de la oposición socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, en un acto de su partido.
Bajo el nombre de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), el ejecutivo de Rajoy aprobó el pasado viernes un proyecto del ministro de Educación, José Wert.
El texto debe ahora ser debatido en el Parlamento, donde el Partido Popular de Rajoy tiene mayoría absoluta. “Si se aprueba, la Lomce será la primera ley que derogue el próximo gobierno socialista”, aseguró Rubalcaba en Twitter.
El propósito de la reforma es reducir el elevado nivel de abandono escolar (25%) en un país donde el 57% de los jóvenes no encuentra trabajo. Wert expresó que la reforma era “inaplazable” y advirtió que los 500.000 alumnos repetidores de curso de la educación obligatoria (de seis a 16 años) tienen un coste de 2.500 millones de euros.
Sin embargo, la reforma incluye otras medidas como la enseñanza en castellano en regiones bilingües, entre estas Cataluña, o el regreso de la religión al cómputo académico.
Considerando que “la reforma educativa de Wert cede a las exigencias de la Iglesia”, el diario de centro-izquierda El País recordaba que “la evaluación de la materia confesional dejó de computar con la ley (educativa) de 1990”, aprobada bajo un gobierno socialista.
“Al margen de que nos parezca un exceso decir que el texto supone una vuelta al nacional-catolicismo, como pretenden los partidos de izquierdas, lo cierto es que la enseñanza religiosa que se imparte en España es doctrinaria, por lo que no debería contar para la nota”, consideraba por su parte en un editorial el diario de centro-derecha El Mundo.
“Yo cada vez entiendo menos el lenguaje del Partido Popular, habla de modernización cuando se trata de una marcha atrás de 30 años y habla de consenso cuando se trata de una imposición a la comunidad educativa”, comentó Gaspar Llamazares, de la coalición comunista-ecologista Izquierda Unida.
Por su parte, el presidente regional de Cataluña, el nacionalista Artur Mas, anunció que su ejecutivo recurrirá al Tribunal Constitucional si no se modifica el proyecto.
Mas también anunció que la próxima semana convocará a representantes de partidos políticos catalanes y agentes del sector educativo para expresar su oposición a la ley.
Por su parte, la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Catalunya (Fapac) consideró un “retroceso” para el modelo de escuela pública y la inmersión la aprobación del proyecto Lomce.
La Fapac rechazó la reforma que estima innecesaria y “ajena a criterios democráticos, ya que ha sido tramitada sin ningún tipo de consenso y totalmente de espaldas a la comunidad educativa”. La federación considera que la Lomce “no mejora el funcionamiento de la escuela pública, sino que es contrario a su espíritu, además de suponer un ataque a la inmersión lingüística”.