Publicidad
No hay un sucesor visible
El gran problema que tiene hoy el “kirchnerismo” es la falta de un sucesor visible para las elecciones de 2015. Ya sin Néstor Kirchner y con Cristina Fernández imposibilitada de buscar una nueva reelección, el oficialismo carece de una figura carismática capaz de movilizar al electorado como sus grandes líderes.
Cristina pensó en el vicepresidente Amado Boudou como su sucesor cuando lo eligió como compañero de fórmula en las elecciones de 2011. Joven, rockero y descontracturado, el ex ministro de Economía pronto fue blanco preferido de la prensa opositora, comandada por el grupo Clarín. Había que destruirlo y le dispararon munición gruesa con denuncias de tráfico de influencias y corrupción que se ventilan en la justicia.
Si bien no está siquiera procesado, su imagen quedó deteriorada. Sin embargo, la diputada oficialista Diana Conti, con llegada directa a la mandataria, reflotó a Boudou como presidenciable. El guante fue recogido por otros referentes del kirchnerismo, como el sindicalista Omar Viviani y el legislador Edgardo Depetri. Pero en un sondeo digital del portal Infobae solo el 10,79% dijo que estaba dispuesto a votar al vicepresidente.
El objetivo de máxima sigue siendo, para muchos, el sueño de re-reelección de Cristina a través de una reforma constitucional que le permita volver a ser candidata. Pero para ello el oficialismo debería obtener una victoria en las elecciones legislativas de octubre próximo. Y además, la propia Cristina invitó a “no hacerse los rulos” a quienes impulsan una iniciativa de esa naturaleza.