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Rusia envía apoyo a las fuerzas del régimen

Mujeres sirias caen en manos de los yihadistas

Una habitante, víctima del conflicto, lleva a su hijo a un campamento temporal de refugiados en Ain Issa.
Una habitante, víctima del conflicto, lleva a su hijo a un campamento temporal de refugiados en Ain Issa.
Foto: AFP
15 de noviembre de 2016 - 00:00 - Agencia AFP

Ain Issa, Siria.-

Mujeres sirias que vivieron bajo el mando del grupo Estado islámico (EI) cuentan cómo fueron destrozadas las parejas en sus pueblos, donde los yihadistas impidieron a los maridos que trabajaban en el extranjero regresar a casa.

“Dáesh (acrónimo árabe del EI) destrozó a nuestras familias”, dijo una mujer que se presenta bajo el pseudónimo de Houda. Con su pequeña hija de cinco meses huyó de Al Hisha, pueblo que estaba hasta el miércoles pasado en manos de los yihadistas.

Ella hace parte de los miles de desplazados congregados cerca de camiones cargados con sus pertenencias en un campamento improvisado a la entrada de Ain Issa.

Esta ciudad está situada a unos 50 km de Raqa, ‘capital del EI’ que es objeto de una ofensiva de las Fuerzas democráticas sirias (FDS), alianza dominada por los kurdos.

“Mi marido trabaja en Líbano y solo vio a su hijo una sola vez en foto por WhatsApp. Luego, el EI prohibió cualquier comunicación entre nosotros”, dice esta mujer que lleva una falda amarilla. “Quería tanto que viera a su niño, pero Dáesh le prohibió regresar al pueblo. No estuvo a mi lado en los momentos más duros”, agregó Houda sin dar más explicaciones.

Este campamento improvisado tiene pocos hombres. Son en su mayoría mujeres, algunas encintas, y niños, que huyeron de los combates para refugiarse de lado de las FDS.

Maridos en el extranjero

Junto con Houda, en el suelo, mujeres amamantan a sus bebés. La resignación se lee en los rostros fatigados y empolvados.

La mayoría de los desplazados no han comido desde el miércoles y esperan ayuda, otros tienen algunas legumbres que tomaron antes de huir hacia Ain Issa. Pero para muchas mujeres el rencor es también en contra de sus esposos. “La mayoría de quienes se fueron a trabajar a otros países ya no regresan y abandonan a sus hijos”, afirma Houda.

Maram, de 35 años, como algunas desplazadas, lleva un manto que cubre su rostro salvo los ojos. “Tengo cinco niños, mi marido trabaja en el Líbano y se casó allá. Vivo en condiciones financieras difíciles y no puedo alimentar a mis hijos”, deplora. No lejos, menores con cabellos sucios y desordenados juegan tranquilos, como si no pasara nada.

Cuando se interroga a las mujeres sobre sus relaciones con el EI en el pueblo de Al-Hicha, mencionan las sumas de dinero que les proponían los yihadistas a algunas de ellas.

Dote de yihadistas

Junto a un auto cargado de cosas y madera, Fatima Abbas, de 38 años, asegura con frases entrecortadas que “la mayoría de las mujeres” del pueblo “se casaron con yihadistas del EI que las sedujeron con dinero”.

“Pagaban una dote de un millón de libras sirias ($ 2.000)”, asegura esta mujer, con su bebé dormido.

Temiendo que mujeres desplazadas tengan lazos estrechos con yihadistas, miembros de las Assayech (policía kurda) revisan sus pertenencias, en busca de armas, CD o documentos que puedan mostrar una pertenencia o inclinaciones al grupo ultraradical.

Rouqaya, de 25 años, también de al-Hicha, afirma que un extremista le pidió matrimonio a cambio de una suma de dinero. “Pero rechacé, los detesto”, dice, con el rostro oculto por un velo.

Llegan refuerzos

El portaaviones ruso ‘Admiral Kuznetsov’, que reforzará el dispositivo militar de Rusia en Siria, llegó el fin de semana frente a las costas del país árabe.  

“Los barcos del grupo del portaaviones ruso llegaron a la zona señalada (...) en el este del Mediterráneo. Están cumpliendo sus tareas de forma conjunta, navegando en las aguas al oeste de la costa siria”, declaró el capitán de la embarcación, Serguei Artamonov, al canal de televisión pública rusa Rossia 1.

Los aviones militares estacionados en el ‘Admiral Kuznetsov’ efectúan vuelos ‘casi a diario’, con el fin de practicar y cooperar con el puerto sirio más cercano, indicó.

El portaaviones llegó a Siria en un contexto de crecientes tensiones entre Rusia y Occidente sobre la crisis en el país árabe, donde una guerra entre grupos rebeldes y las fuerzas del presidente Bashar al Asad ha dejado 300.000 muertos desde 2011.

Rusia, que lleva más de un año bombardeando Siria en apoyo del régimen, anunció a mediados de octubre que su único portaaviones nuclear, el ‘Admiral Kuznetsov’ y su escolta se dirigían hacia Siria, con aeronaves y helicópteros de combate a bordo.

El despliegue de este portaaviones, del crucero ‘Piotr Veliki’, del destructor ‘Admiral Kulakov’ y de buques antisubmarinos permitirá ‘responder a toda nueva forma de amenaza contemporánea, como la piratería y el terrorismo internacional’, explicó entonces el ejército ruso. (I)

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