Miedo

El reto de los habitantes de París es sobreponerse al miedo, que es el objetivo del terrorismo al matar con crueldad. Un viejo proverbio ya lo advierte, mata a uno y atemorizarás a mil.

El miedo produce venganza, amedrentamiento, confusión. Salir a la calle en París, en estos días, es una terapia para no dejarse doblegar por el miedo. En cambio declarar la guerra a los terroristas no deja ser otra victoria para los asesinos, que logran que se los reconozca como guerreros.

Todos tenemos nuestra escala de miedos: al futuro, a la muerte, a perder lo que tenemos. A nuestros miedos no les faltará nunca el trabajo.

El miedo está en cada uno de nosotros, porque somos seres emocionales, diseñados por una larga evolución, y cuando el miedo nos hace retroceder a nuestro ser más primitivo y el temor se fermenta consigue arrastrarnos hasta el profundo vacío y a la inseguridad permanente. Si no podemos abandonar al miedo que nos habita a lo largo de la vida, al menos hay que evitar que nos controle.

Al miedo hay que mirarlo y reconocerlo, y que la experiencia miedosa nos aporte algo de advertencia, pero que no nos paralice. Hay que salir a la calle como lo intentan en París para crear una realidad de convivencia, superando el tenebroso dictado terrorista, y responder a los retos de la vida. Y no debemos confundir valor con temeridad. La inconsciencia nunca es valerosa, es estupidez. Los terroristas de París, que se han detonado con sus bombas, son la prueba de la más perversa y degenerada estupidez.

El valor es la vacuna del pánico. Se necesita un esfuerzo para superar el aturdimiento de los tiros y las bombas, en estos momentos de horror. Y es valeroso evitar la ofuscación, para no confundir víctimas con verdugos, musulmanes con fanáticos, traidores con patriotas, seguridad con paranoia. Porque el miedo y la manipulación señalan al vecino, al diferente, al migrante, al pobre, al de otra religión. Cuántas barbaridades se han hecho por temor.

La capacidad de procesar el miedo es la verdadera valía de las personas y de las sociedades. (O)