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México anuncia captura de líder narco y nuevas pistas para dar con 43 estudiantes
México anunció la captura del líder del cártel Guerreros Unidos, que puede proporcionar pistas clave para encontrar a 43 estudiantes desaparecidos hace tres semanas, un crimen que motivó una nueva marcha de la indignación en la turística Acapulco (sur).
Sidronio Casarrubias Salgado, el "líder máximo" de los Guerreros Unidos, fue detenido el jueves en compañía de uno de sus operadores más cercanos, informó Tomás Zerón, director de la Agencia de Investigación Criminal de la fiscalía general.
Casarrubias fue capturado en un retén policial en la autopista entre Ciudad de México y la cercana Toluca (centro) después de presentar una identificación falsa, explicó.
El detenido es hermano de Mario "El Sapo Guapo" Casarrubias, fundador y anterior líder de los Guerreros Unidos, el cártel acusado de aliarse con policías de la ciudad de Iguala (sur) para balear a los estudiantes la noche del 26 de septiembre, cuando los jóvenes desaparecieron.
El comisionado nacional de seguridad, Monte Alejandro Rubido, dijo hace diez días a medios extranjeros que los Guerreros Unidos no tenían un jefe claro y que su jerarquía estaba fragmentada desde la captura de "El Sapo Guapo" en mayo, sin mencionar a su hermano Sidronio.
Jesús Murillo Karam, el fiscal general al mando de la investigación, dijo que Casarrubias negó haber ordenado el ataque contra los jóvenes.
Sin embargo, el fiscal aseguró que su captura "es el principio de una nueva ruta de investigación que nos puede acercar más pronto y más fácilmente a la verdad".
La fiscalía cree que, tras ser víctimas de la balacera que dejó seis muertos, los 43 jóvenes fueron raptados por policías de Iguala y la vecina localidad de Cocula y entregados a sicarios de Guerreros Unidos que los habrían ejecutado y enterrado.
Según algunos de los 17 presuntos miembros de Guerreros Unidos detenidos, la orden de asesinar a los jóvenes fue lanzada por un jefe del cártel del que sólo se conoce el apodado de Chucky.
Protesta en Acapulco
El gobierno de México afronta una creciente presión interna y del exterior para el esclarecimiento de este enigmático caso, que volvió a exhibir la connivencia entre autoridades locales y narcotráfico.
El presidente Enrique Peña Nieto insiste prácticamente cada día en que los casi 2.000 policías y militares que desplegó en Iguala hacen todo lo posible para encontrar a los jóvenes.
Ninguno de ellos fue identificado en los primeros 28 cadáveres encontrados en fosas en Iguala pero todavía queda por analizar un número sin determinar de cuerpos hallados en otros tres entierros clandestinos, señaló el fiscal.
Hay más de 50 detenidos por este caso, incluidos 36 policías municipales de Iguala y Cocula, pero la fiscalía sigue reforzando la búsqueda de José Luis Abarca, quien entonces era alcalde de Iguala pero que al que se acaba de revocar del cargo, y su esposa, hermana de tres narcotraficantes.
Al cumplirse tres semanas sin noticias de estos estudiantes de una escuela rural de Ayotzinapa (Guerrero), miles de manifestantes indignados inundaron este viernes las calles del balneario de Acapulco (Guerrero).
"Vivos se los llevaron, vivos los queremos", clamaron estudiantes, maestros y campesinos durante la marcha que desfiló cerca de cuatro horas ante las miradas curiosas de turistas, muchos de ellos extranjeros.
La marcha transcurrió pacíficamente pero en un clima de profunda rabia.
"Queremos que las autoridades dejen de simular, ellos ya saben si están vivos o muertos", exigió Jesús González, un profesor vestido con una camiseta del Che Guevara y sombrero de paja para protegerse del sol.
Los manifestantes también reclamaron la renuncia del gobernador de Guerrero Ángel Aguirre, elegido a nombre de la izquierda, por la forma como ha manejado este caso.
Pese al temor de las autoridades la manifestación de Acapulco no afectó al turismo, principal actividad económica de la región. La embajada de Estados Unidos en México incluso llegó advertir en un "mensaje de emergencia" a sus ciudadanos que se mantuvieran alejados de las protestas.
Redoblar la presión
La protesta es parte de una estrategia de presión acordada por los compañeros de los desaparecidos, sindicatos de maestros y medio centenar de organizaciones sociales de izquierda, que dijeron se proponen tomar las sedes de 81 ayuntamientos de Guerrero, entre otras acciones.
Hasta ahora sólo se apropiaron de cuatro alcaldías: tres el jueves y otra este viernes, además de la de Chilpancingo, capital de Guerrero, que mantienen en su poder desde el lunes, cuando también quemaron parcialmente el complejo de la gobernación.
El gobernador Aguirre, que se niega a dimitir, destituyó el jueves a Lázaro Mazón, secretario de Salud de Guerrero y mentor político del alcalde y que fue llamado a declarar por la procuraduría federal.