María Eugenia Vidal, el nuevo rostro de la derecha argentina

María Eugenia Vidal es la “cara bonita” de la nueva derecha argentina. Es linda, alta, cabello lacio y castaño, de amplia y perfecta sonrisa. Habla pausado y sube en las encuestas. Hoy, a casi 45 días de las elecciones del 25 de octubre, esta mujer a quien sus detractores comparan con ‘Heidi’ amenaza arrebatarle al oficialista Frente para la Victoria la estratégica provincia de Buenos Aires, el estado más rico de Argentina y donde vota el 37% del padrón electoral.

Vidal tiene 41 años y es de Flores, el mismo barrio de clase media porteña donde nació el papa Francisco. Su padre votaba a Juan Domingo Perón, pero ella eligió otro camino. Puso el guiño a la derecha y giró hacia la Propuesta Republicana (PRO), el partido fundado por su jefe político y candidato presidencial por la alianza Cambiemos, el alcalde porteño Mauricio Macri. Primero fue legisladora y actualmente su vicejefa de Gobierno de Buenos Aires.

El nuevo rostro de la derecha argentina, por artilugios de la política, es actualmente candidata a gobernadora bonaerense. Pasó de la ciudad a la provincia sin tapujos porque nació en la capital pero tiene domicilio en el conurbano. Hizo una excelente elección de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 9 de agosto, cuando fue la postulante más votada con el 30,7%. El candidato a gobernador “kirchnerista”, actual jefe de gabinete Aníbal Fernández, obtuvo el 21,16%, aunque el oficialismo obtuvo el 40,6% sumando los votos del otro contrincante en la interna, Julián Domínguez.

Pero las encuestas hoy le sonríen a Vidal. La consultora Rouvier y Asociados la coloca primera de frente a las elecciones en la provincia de Buenos Aires con el 35,7%, seguida de Aníbal Fernández con el 34,8%. La mínima diferencia, de menos de 1%, se ubica dentro del margen de error de cualquier sondeo. En este distrito gana el candidato más votado, aunque sea con uno de diferencia.

Estos guarismos comienzan a preocupar en las filas del “kirchnerismo”. No solo porque constituye una amenaza en el camino de Aníbal Fernández a la Gobernación, administrada por el peronismo desde 1987 de manera ininterrumpida, sino porque además Vidal arrastraría votos hacia Macri en un distrito que decide toda elección nacional.

El candidato presidencial oficialista, Daniel Scioli, necesita del voto bonaerense para ganar en primera vuelta y evitar el balotaje y una eventual unión de todo el arco opositor en una hipotética segunda vuelta.

En Argentina se requiere el 45% de los comicios o el 40% con 10 puntos de diferencia sobre el rival más votado para ser electo presidente. Y los sondeos lo muestran hoy a Scioli arañando el 40% con 8 puntos de luz sobre Macri. (I)