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Los Familiares de inmigrantes llevan años buscando a sus parientes

Madres de desaparecidos claman justicia en México

Las mujeres caminan acompañadas de niños, algunos son hijos, sobrinos y hermanos de los desaparecidos.
Las mujeres caminan acompañadas de niños, algunos son hijos, sobrinos y hermanos de los desaparecidos.
Cortesía
12 de mayo de 2016 - 00:00 - Paula Mónaco, corresponsal en México

“No son solo 43, son miles. Este país está en guerra”, grita Yolanda Morán con una foto en sus manos, la de su hijo desaparecido en el estado de Coahuila. En la capital mexicana, camina entre otras mujeres que llevan camisetas, carteles y mantas con rostros de sus seres queridos. Son las madres de desaparecidos durante los últimos años, en hechos que involucran tanto al narcotráfico como a fuerzas de seguridad.

“¡Hijo, escucha: tu madre está en la lucha!”, gritan, mientras avanzan en la Marcha de la Dignidad, una emotiva protesta que realizan quienes no pueden celebrar el 10 de Mayo, día de las madres en México. Mientras otros corren a restaurantes o a comprar regalos, unas mil personas se manifiestan en el Paseo de la Reforma.

Son en su mayoría mujeres y provienen de distintos lugares del país: Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Chihuahua, Veracruz, Guerrero, Jalisco, Querétaro, Estado de México y la capital. También participan familiares de inmigrantes de Honduras, Guatemala y El Salvador, e integrantes de grupos que llevan décadas en la misma búsqueda, como la Asociación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos de México (Afadem) e Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S.).

La de este 2016 es la quinta edición de la protesta que año a año crece numéricamente en una situación que evidencia la gravedad del problema. “Nuestro panorama no puede ser más desolador: es peor aún que en el 10 de mayo de 2015”, declaran en su discurso los integrantes de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos de México (Fundem), organización que nuclea a grupos de varias provincias. Detalla además que según sus estimaciones, la cifra oficial de 27 mil desaparecidos es menor a la realidad; los familiares estiman que de 2007 al presente han sido desaparecidas más de 40 mil personas en el país, “una tasa diaria de al menos 9 a 11 desapariciones que atormentan a nuestras familias”.

“¿A cuántos han encontrado las autoridades mexicanas? Hemos sido las familias las que hemos tenido que salir a buscar”, reclama Fundem y pide la intervención de Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE): “Que reconozcan que México vive una crisis humanitaria. Una suerte de conflicto armado interno en el cual estamos atrapados millones de personas. Que escuchen nuestro clamor”.

Al pie del Ángel de la Independencia, escultura icónica de la capital mexicana, los familiares toman el micrófono uno a uno. El sol es implacable, pero se mantienen firmes para escuchar palabras cargadas de dolor, amor y esperanza.

Una madre de Chihuahua relata incontables visitas a edificios de gobierno e instituciones de justicia. Dice que nunca les abren las puertas, más bien se las cierran en la cara (y a algunos incluso los han asesinado en su reclamo, como a la activista Marisela Escobedo, de su misma provincia). Un familiar de migrante salvadoreño denuncia que las autoridades toman sus casos “y los meten en un cajón”.

Fundem exige a las autoridades mexicanas “búsqueda en campo, no en papeles. Búsqueda de seres humanos que amamos y necesitamos”. El obispo Raúl Vera y el jurista Santiago Corcuera son algunos de los pocos líderes sociales que les acompañan. Corcuera resalta que los familiares de desaparecidos en México “necesitan un marco legal adecuado que permita conducir las investigaciones y que tenga una definición de desaparición forzada. Verdad primero, donde están, y después justicia, castigar a los responsables”. Sus palabras remiten a las discusiones sobre una ley al respecto, actualmente en manos del Congreso.

Yolanda Morán envía un mensaje a las autoridades: “Vean nuestro dolor. Señor presidente, ¿por qué no nos recibe? Le hemos pedido audiencia y no nos ha recibido”. “Estamos exigiendo que nos volteen a ver y al pueblo de México que nos acompañe”.

Caminan las madres y de sus manos van algunos niños. Son hijos, sobrinos y hermanos de los miles de desaparecidos y tampoco festejan hoy. Valentina tiene 5 años y desde que nació acompaña a su abuela; buscan a su tío Antonio Mena Contreras, desaparecido el 29 de junio de 2010 en Torreón, Coahuila. (I)

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