El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva calificó a Fidel Castro como “el más grande de todos los latinoamericanos” al que considera como “un hermano mayor”, durante sus palabras de despedida al líder de la revolución cubana. La destituida presidenta Dilma Rousseff dijo que el sábado amaneció “triste” por la noticia de la muerte de Castro.

En tanto, el presidente Michel Temer, a quien el gobierno cubano calificó de “usurpador” y no lo reconoce, divulgó un comunicado personal, no en las redes oficiales, en el que afirma: “Fidel Castro fue un líder de convicciones. Marcó la segunda mitad del siglo XX con la defensa firma de las ideas en las cuales creía”.

Pero los referentes de la izquierda brasileña, sobre todo el líder del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, tuvieron palabras de elogio a la figura de Castro, a quien dijo haber conocido en 1980 en Nicaragua, durante la celebración del primer año de la victoria de la revolución sandinista.

“Para los pueblos de nuestro continente y los trabajadores de los países más pobres, especialmente para hombres y mujeres de mi generación, Fidel siempre fue una voz de lucha y esperanza. En los peores momentos, cuando las dictaduras dominaban las principales naciones de nuestra región, la bravura de Fidel y el ejemplo de la revolución inspiraban a los que resistían a las tiranías”, dijo Lula. “Siento su muerte como la pérdida de un hermano mayor, de un compañero insustituible, del cual jamás me olvidaré”.

Por su parte, Rousseff, también del Partido de los Trabajadores que destituida bajo un proceso de juicio poítico al que califica de golpe parlamentario encabezado por aliados de Temer, sostuvo que Fidel fue “un hombre que supo unir acción y pensamiento, movilizando fuerzas populares contra la explotación de su pueblo, un ícono para millones en el mundo”.

“Soñadores y militantes progresistas, todos los que luchamos por la justicia social y por un mundo menos desigual nos despertamos tristes este sábado”, dijo Rousseff en Facebook, al destacar la lucha del líder cubano “por una América Latina unida y fuerte” por una sociedad fraterna, justa, sin hambre ni explotación. (I)