Los sindicatos argentinos salen a las calles contra las medidas de Macri

El movimiento obrero argentino dio una histórica demostración de fuerza y unidad en su pulseada contra el ajuste aplicado por el gobierno de Mauricio Macri. Decenas de miles de trabajadores se movilizaron este viernes ante el Monumento del Trabajo, a 10 cuadras de la Casa Rosada, sede de gobierno, como parte de la conmemoración por el 1 de Mayo.

“Es una convocatoria histórica y estamos preparados para pelear hasta las últimas consecuencias”, dijo el líder camionero, Hugo Moyano.

Los gremios, en un comunicado conjunto, advirtieron que las medidas económicas en marcha “solo representan el regreso a históricas recetas con tristes consecuencias” para los trabajadores y pidieron que las soluciones a la crisis "no se dejen libradas al mercado". Los organizadores estimaron la concurrencia en 350.000 personas.

Las cinco centrales obreras (tres de extracción peronista y dos de izquierda) se unieron por primera vez en más de 12 años para repudiar la política económica de neto corte neoliberal en marcha, en medio de una oleada de despidos en la administración pública y en el sector privado que en 4 meses dejó a más de 142.000 personas en la calle, según el Centro de Economía Política (CEPA).

Desde el mediodía de este viernes, miles de trabajadores se fueron concentrando en distintos puntos del centro de la capital argentina hasta converger en la plaza que rodea el monumento al Trabajo, frente a la facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires.

“Paro nacional activo ya”, decía una enorme pancarta que un grupo de trabajadoras portaba por la avenida Belgrano. Las cinco centrales obreras vienen analizando la posibilidad de convocar a una huelga general para mayo.

“No podemos más. Basta de aumentos de tarifas. Tenemos una inflación de 40 por ciento anual, gente despedida injustamente en el Estado y los empresarios que aprovechan esta situación para echar gente de las fábricas. Queremos un paro nacional”, dijo a EL TELEGRAFO Estela, una trabajadora textil que llegó desde la periferia sur de la ciudad.

Otra columna de trabadores avanzaba por la avenida Independencia bajo una enorme pancarta con la leyenda que reclamaba “por una coordinadora contra el ajuste y los despidos”.

El acto se realizó en medio del debate legislativo sobre una ley anti-despidos reclamada por la oposición y los distintos gremios y que suspendería los despidos por 6 meses. El proyecto ya tuvo media sanción en el Senado, pero Macri avisó que lo vetará en caso de que sea aprobado también en Diputados. Los distintos oradores reclamaron la aprobación de esta ley y advirtieron que su eventual veto generará reacciones gremiales.

Un comunicado conjunto consensuado por las cinco centrales sindicales, afirmó que “el pueblo argentino sigue con suma preocupación las medidas económicas aplicadas” por el nuevo gobierno y advirtió que “se ha resuelto trasladar el costo de estas políticas sobre las espaldas del trabajador”.

Estas medidas “solo representan el regreso a históricas recetas con tristes consecuencias”, agregó.

El comunicado pidió que “las soluciones no se dejen libradas al mercado” y se preguntó “¿quien se beneficia con las últimas medidas económicas? ... acaso las (empresas) del sector financiero?.

Además, reiteró “el reclamo para declarar emergencia ocupacional” en el país porque “el salario no es ganancia”, y lanzó un “llamado de atención al gobierno y un llamado al fortalecimiento de la unidad sindical ante la gravedad de la situación”.

La movilización fue convocada por las cinco centrales obreras: las peronistas Confederación General del Trabajo (CGT) rama Azopardo, por el nombre de la calle en que se encuentra su sede y es liderada por el dirigente camionero Hugo Moyano, quien respaldó a Macri en las últimas elecciones; la CGT Azul y Blanca, del gastronómino Luis Barrionuevo, cercano al excandidato presidencial renovador Sergio Massa, y la CGT del metalúrgico Antonio Caló, que apoya a la exmandataria Cristiona Fernández de Kirchner.

Las otras dos centrales sindicales que se unieron a la protesta son de izquierda y se dividieron de un mismo tronco: la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), del maestro Hugo Yasky, abiertamente “kirchnerista” , y la CTA-Autónoma, de Pablo Micheli, que se opuso al anterior gobierno. 

A la protesta adhirieron partidos de izquierda y el Justicialismo (peronismo), que se movilizó en todas sus vertientes, incluido el Frente para la Victoria fundado por el expresidente Néstor Kirchner. Esto motivó el enojo del dirigente Luis Barrionuevo, quien se ausentó a último momento descontento con la participación de “los mariscales de la derrota”, en una implícita crítica al “kirchnerismo”. Sin embargo, los trabajadores que responden a su central obrera asistieron al acto en forma masiva.

El líder camionero, Hugo Moyano, cerró el acto afirmando que “esta es una convocatoria histórica que han hecho cinco centrales en las que está dividido el movimiento obrero”.

“Hemos entendido que los intereses de los trabajadores están encima de los dirigentes. En esta gran asamblea participan trabajadores y sectores sociales y políticos. Lo importante es que estemos juntos todos quienes están dispuestos a defender los intereses de los trabajadores”, aseguró.

Añadió que “los problemas no se resuelve atacando o desconociendo la representación de los trabajadores” y precisó que “el gobierno debe entender que debe pensar en el sector más débil de la sociedad”.

“Así como en la decada del 90 se impuso la flexibilización laboral para poder explotar a los trabajadores (...), nosotros no lo permitimos. Ahora cambiaron de palabra. La precarización laboral quieren poner en práctica y ya la están haciendo en muchas actividades”, sostuvo.

Y agregó: “es un momento muy particular de nuestro país. Entiendo humildemente que el gobierno toma medidas para un sector de la sociedad en forma inmediata y tarda demasiado para proteger a los sectores laborales y de menores recursos. Este es el llamado de atención que queremos hacerle al gobierno”.

Moyano recordó que el gobierno de Macri sacó impuestos y retenciones al campo y a la minería, pero “no se acuerda de los trabajadores y los jubilados. Esto es lo que venimos a reclamar”, pidiendo el fin del impuesto a las ganancias sobre el salario.

“Es necesario un aumento de emergencia para nuestros abuelos y los trabajadores”, manifestó.

Además, se preguntó “cuáles son las medidas para detener la inflación desbordante” en estos cuatro meses de gobierno y que está “alrededor o más del 40 por ciento”.

“Esto no es contra de nadie, sino a favor de los trabajadores. Siempre he preferido estar al lado del olor de la transpiración de los trabajadores que del perfume del funcionario de turno”, siguió.

Luego, fustigó las especulaciones empresariales y dijo que “los aumentos de los servicios” básicos de luz, agua y gas rondan entre entre el 300 a 500 por ciento, además de los aumentos del transporte que rondan el 90 por ciento. ¿Cómo es posible que no den una respuesta concreta? No tardan nada en dar respuesta a otros sectores de la sociedad como las retenciones (al campo). Señor presidente, entienda que esto no es capricho de la dirigencia. A lo mejor cree que exageramos porque nunca les faltó un plato de comida. Todo esto que lleva adelante son platos de comida que le faltan a las familias más humildes. No se deje llevar por los asesores y los números. No es un número el trabajador. No son números las familias. Son vidas humanas”.

Finalmente dijo que “esto que hoy se inicia” con la unidad del gremialismo argentino “vamos a seguir trabajando para la unidad de los trabajadores. Para defender a los trabajadores. No para hacer política. Para hacer política no estoy dispuesto a hacerlo. Nadie más que los trabajadores quieren que tengamos una Patria que nos contenga a todos y nos permita vivir con dignidad”.

“Estamos prepárados para pelear hasta las últimas consecuencias”,concluyó. (I)