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El número de detenidos en la frontera entre Serbia y Hungría aumentó 2.500% desde 2010
Los refugiados y migrantes sufren abusos y extorsión en los Balcanes
Miles de personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes en los Balcanes, entre ellos menores de edad, mujeres embarazadas y ancianos, sufren abusos violentos y extorsión a manos de las autoridades y bandas criminales, defraudados por un sistema deficiente de asilo y migración de la Unión Europea (UE).
En un documento elaborado por la ONG británica Amnistía Internacional (AI) y titulado “Las fronteras de Europa: Violaciones contra migrantes y refugiados en Macedonia, Serbia y Hungría”, el grupo concluyó que un número cada vez mayor de personas vulnerables está atrapado en un limbo legal en los Balcanes.
“La situación se ve exacerbada por devoluciones ‘en caliente’ o expulsiones en cada frontera, el acceso limitado al asilo durante la travesía y la inexistencia de rutas seguras y legales para entrar en la UE”, destacó el informe presentado en Londres.
La investigación se basa en las visitas de inspección que realizó Amnistía entre julio de 2014 y marzo de 2015 a Serbia, Hungría, Grecia y Macedonia, así como en entrevistas con más de 100 personas refugiadas y migrantes.
Los testimonios de esas personas revelan condiciones terribles que afrontan quienes recorren la ruta de los Balcanes occidentales, “que ha superado a la del Mediterráneo para convertirse en el punto de entrada irregular en la UE más transitado”, destacó el documento.
Según el reporte, solamente el número de personas aprehendidas cuando cruzaban la frontera entre Serbia y Hungría ha aumentado más del 2.500% desde 2010 (de 2.370 a 60.602).
“La ruta que lleva a refugiados y migrantes por mar desde Turquía hasta Grecia y luego por tierra a través de Macedonia hasta Serbia para entrar en Hungría es menos mortal que la travesía marítima desde Libia, pero sigue estando llena de peligros y obstáculos”, indicó.
Desde enero de 2014 unas 123 personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes han perdido la vida en el mar tratando de cruzar el Mediterráneo para llegar a Grecia y 24 murieron en líneas férreas.
Gauri van Gulik, directora adjunta del Programa Regional para Europa y Asia Central de AI, sostuvo que las personas refugiadas que huyen de la guerra y la persecución “emprenden este viaje por los Balcanes con la esperanza de encontrar seguridad en Europa y se convierten en cambio en víctimas de abusos y de explotación, a merced de unos sistemas de asilo deficientes”.
“Serbia y Macedonia se han convertido en el vertedero donde va a parar el exceso de refugiados y migrantes que nadie de la UE parece dispuesto a recibir”, destacó la experta.
La investigación concluyó que las personas que llegan a las islas griegas, entre ellos menores de edad, mujeres embarazadas y ancianos, enfrentan condiciones de recepción “terribles” y la mayoría viaja a Atenas antes de tratar de entrar en Macedonia para dirigirse desde allí a otros países de la UE.
“En la frontera de Macedonia con Grecia, y en la frontera de Serbia con Macedonia, refugiados y migrantes son habitualmente objeto de devoluciones ‘en caliente’ ilegales y de malos tratos a manos de la policía de fronteras. Muchos se ven obligados a pagar sobornos”, denunció el documento.
Entre los abusos que sufrieron los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo por parte de la policía serbia se denunciaron empujones, bofetadas, patadas y golpes cerca de la frontera con Hungría.
Un refugiado serbio incluso le contó a Amnistía que “pegaron a una mujer embarazada de cinco meses”.
El reporte destaca que las autoridades detienen arbitrariamente a muchos refugiados y migrantes, familias, mujeres embarazadas y menores no acompañados incluidos, que permanecen detenidos durante períodos prolongados en el Centro de Recepción para Extranjeros de Macedonia -conocido como Gazi Baba- “sin ninguna salvaguardia legal ni oportunidad de pedir asilo”.
“En Gazi Baba había unas 400 o 450 personas cuando entramos… Había gente durmiendo incluso en las escaleras, el hacinamiento era terrible. Había colchones en el suelo y en el pasillo”, contó un refugiado sirio a AI.
Para la ONG británica, el número cada vez mayor de personas migrantes y refugiadas que emprenden la ruta de los Balcanes “es consecuencia del fracaso en general de la política de migración y asilo de la UE, sobre la que Serbia y Macedonia no tienen ningún control”.
“Hacer recaer la responsabilidad principal de tramitar las solicitudes de asilo en el primer país de entrada de la UE y limitar las vías de entrada seguras y legales han impuesto una presión insostenible en los márgenes externos de la Unión y en los Estados vecinos”, agregó el documento.
En ese sentido, destacó que en lugar de dar prioridad a la mejora de los sistemas de asilo de los países de la ruta de los Balcanes, “la UE ha invertido gran parte de sus esfuerzos en reforzar sus sistemas de ‘gestión de fronteras’”.
“Serbia y Macedonia tienen que adoptar muchas más medidas para respetar los derechos de las personas migrantes y refugiadas. Pero es imposible separar las violaciones de derechos humanos que se cometen allí de las presiones generales del flujo de migrantes y refugiados que entran en la UE y la atraviesan, y de un sistema de migración de la UE fallido”, indicó Van Gulik.
“A medida que aumenta el número de refugiados, solicitantes de asilo y migrantes vulnerables atrapados en tierra de nadie en los Balcanes, crecen las presiones sobre Serbia y Macedonia. Estas tensiones, como las que sufren Italia y Grecia, solo pueden resolverse con un replanteamiento mucho más amplio de las políticas de migración y asilo de la UE”, concluyó. (I)