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Los ciudadanos podrán elegir entre 15 candidatos presidenciales
Los partidos políticos argentinos definen sus candidatos para comicios de octubre
Los argentinos elegirán hoy en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) a sus candidatos presidenciales y las distintas gobernaciones, municipios y cargos legislativos de frente a las elecciones generales del 25 de octubre próximo. Los comicios auguran un resultado sin grandes sorpresas con el postulante único del oficialista Frente para la Victoria, Daniel Scioli, como el candidato más votado, con el 36% al 41% de los votos totales, según los sondeos.
En la interna más importante de la oposición, la alianza Cambiemos tiene como favorito al alcalde derechista de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, que reúne entre el 25% y 30% de los sufragios totales.
El expresidente del club Boca Juniors supera por amplio margen en su interna a sus rivales Ernesto Sanz, del ala conservadora de la Unión Cívica Radical (UCR), y la diputada Elisa Lilita Carrió, de la Coalición Cívica, quienes en conjunto no llegan al 5% de los votos, según proyecciones de las encuestas.
En el otro gran polo opositor, que reúne al llamado peronismo renovador en el frente por Una Nueva Argentina (UNA), el favorito es el diputado y exjefe de gabinete, Sergio Massa sobre el gobernador de la provincia de Córdoba (centro), José Manuel de la Sota. Entre ambos arañan el 20% de los votos totales, según las encuestas. También habrá internas en otros partidos menores de la izquierda radical, la centroizquierda y alianzas peronistas pero sin mayor peso en las encuestas. En total se podrá elegir entre 15 candidatos presidenciales, divididos en 11 agrupaciones, de las que solo tres tendrán más de un postulante. El resto irá con un candidato.
Las primarias argentinas son abiertas y obligatorias. El método es simple: cada elector elige en qué interna votar. Solo puede emitir su voto en la elección de un solo partido o coalición. En la práctica sirve para hacer más democrática la elección ya que hasta antes de la reforma política de 2011 solo podían sufragar los afiliados de cada agrupación.
Además depuran el número de partidos participantes porque deben superar un piso del 1,5% para ir a las elecciones generales. Están habilitadas 32 millones de personas que elegirán a los candidatos a presidente, a senadores y diputados, a gobernadores (en aquellas provincias que todavía no se han realizado comicios regionales) y a representantes ante el Parlasur.
El 25 de octubre será electo presidente el candidato que obtenga el 45% de los votos o el 40% y 10 puntos de ventaja sobre su rival más inmediato, según la Constitución, caso contrario habrá balotaje.
Las primarias actuarán como un gran sondeo público -sin margen de error- que mostrará el humor político de los argentinos tras 12 años de gestión “kirchnerista”, primero de la mano del fallecido Néstor Kirchner y luego con su esposa y sucesora, Cristina Fernández de Kirchner, quien llega al final de su mandato con niveles de aprobación que superan el 50%.
Para la analista Graciela Romer, el electorado rechaza el antagonismo “continuidad o cambio” presente en gran parte de la campaña electoral entre el “kirchnerismo” y las distintas propuestas de oposición.
“Cuando ya no se sabe dónde va el mundo, aferrarse a lo conocido aun teniendo que negociar con ello es preferible al agujero negro que ofrecen los discursos alternativos”, sostuvo la directora de la consultora Graciela Romer y Asociados.
Agregó que “por eso, más que la medida del cambio o la continuidad, lo que está en juego hoy es la medida de la confianza y la seguridad que pueden transmitir las propuestas y el carácter de los candidatos”.
Los discursos de campaña abandonaron así la radicalización. De hecho Scioli se muestra más desideologizado -lejos de la prédica dura del núcleo más “cristinista”- con frecuentes llamados al diálogo y al consenso, aunque con una defensa férrea de la gestión presidencial y el rol activo del Estado.
Macri, a su vez, dio un giro radical a su discurso neoliberal después de la escueta victoria por solo tres puntos de su delfín Horacio Rodríguez Larreta en las elecciones del pasado 19 de julio en la ciudad de Buenos Aires, su bastión electoral.
En un inesperado discurso tras la victoria pírrica de su heredero, dijo que si llega a la presidencia mantendrá las nacionalizadas empresas Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y Aerolíneas Argentinas en la órbita estatal, al igual que las jubilaciones que estuvieron en manos privadas hasta el año 2008 y realizó una defensa de la Asignación Universal por Hijo, “alma mater” del “kirchnerismo”.
Macri se había opuesto a todas estas políticas lanzando fuertes críticas, incluso con el voto contrario de sus legisladores en el Congreso.
Ahora, un “cristinizado” Macri, apuesta a seducir el amplio sector de la población que respalda estas políticas pero mantiene cuestionamientos al gobierno por casos de corrupción, alta inflación y cierto estilo “confrontativo”.
“Las contradicciones y los cambios bruscos alimentan la sospecha generalizada sobre la clase política”, resumió Romer. (I)