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La guerra civil se remonta a los años de la ‘primavera árabe’

Los países árabes y potencias occidentales se han implicado en el conflicto sirio

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Las fuerzas leales al presidente Bashar al Asad, el Estado Islámico (EI), los kurdos y otros grupos rebeldes actualmente dividen a Siria, país que cumplió  cuatro años y medio de guerra civil. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) el conflicto ha dejado más de 250.000 muertos y millones de desplazados que son los que ahora  buscan refugio en Europa.

El caos inició con la denominada ‘Primavera Árabe’ (una serie de alzamientos en los países árabes acontecidos desde 2010 hasta la actualidad y que al inicio eran vistos como un despertar democrático de la región). En Damasco surgieron ‘protestas opositoras’, pero el movimiento creció sistemáticamente y concluyó en el alzamiento terrorista que actualmente es el gran protagonista de la contienda.

La ‘Primavera Árabe’ tuvo como objetivo derrocar gobiernos autocráticos y lo logró en países como Túnez y en Egipto. Pero en países como Libia o Siria, el gobierno local respondió y se negó a abandonar el poder, lo que llevó al nacimiento de los grupos terroristas.

Para el cónsul honorario sirio en Mendoza (Argentina), Mustafá Saada, el Gobierno se ha mantenido porque el pueblo ha defendido y apoyado incondicionalmente al presidente Al Asad. “El terrorismo mercenario que está alrededor de otros países  de Siria preparó una invasión con una tecnología y armamentos de punta. La única explicación de por qué no han derrocado al presidente sirio es porque él cuenta con el respaldo de su pueblo”, manifestó a EL TELÉGRAFO.

En Libia, los rebeldes insurgentes derrocaron a las fuerzas gubernamentales 6 meses después del inicio de la revolución con ayuda de la OTAN. En Siria, la guerra se ha prolongado y la brutalidad del conflicto ha tocado cotas extremas.

Curiosamente, los dos países donde intervino Occidente, porque en Siria han armad  a una facción de la oposición, se desangran en conflictos internos. En Libia, tras el régimen de Muamar Gadafi, conviven dos gobiernos.

Los países que lo rodean

Irak, antes de la segunda invasión norteamericana en 2003, era un país laico con uno de los mejores sistemas de salud y de enseñanza. Libia en 2011, antes de la intervención de la OTAN, tenía uno de los más altos ingresos per cápita del mundo islámico.

Egipto, Marruecos y los demás protagonistas de la ‘Primavera Árabe’ perdieron suculentos ingresos por concepto de turismo -fundamentalmente europeo- y los consiguientes puestos de trabajo.

Para el portal mexicano La Tercera, esto tiene a la región sumida en una terrible crisis económica y su población -literalmente- se muere de hambre, motivo por el que se genera la migración y no porque huyan del presidente sirio, como se ha expuesto en los medios.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dejó en claro la raíz de la crisis migratoria de Europa. “En lo que consiste la política migratoria de la Unión Europea es en la imposición de sus estándares sin tomar en cuenta peculiaridades históricas, religiosas, nacionales y culturales; es principalmente la política de nuestros socios estadounidenses. Europa lo sigue ciegamente en el marco de los compromisos de aliados y después ella misma soporta esta carga. El éxodo de sirios se debe a la presencia del Estado Islámico y no al gobierno de Al Asad”.

Para el diplomático Mustafá Saada, el interés de derrocar al Gobierno sirio tiene su origen en el hecho de que es un país independiente que nunca fue aliado de Estados Unidos. Este país ha mantenido un banco central que ha manejado permanentemente su moneda y no es negociada. Es decir, no tuvo ni tiene relación con el Fondo Monetario Internacional, ni le debe, pone como ejemplo.

“Tiene un gobierno totalmente independiente y esto es un pase de factura del mundo imperialista. Pero no es solo por su política que atrae nuestro país, sino que también por sus riquezas, que no solo se compone por el petróleo, ya que también tenemos los cuencas gasíferas más importantes del mundo”.

Hay otro factor. “En la región está Arabia Saudita, que es el primer inversor en el terrorismo. Somos su objetivo, ya que nuestro país tiene un gobierno laico en el que viven y han vivido en concordia y respeto todas las corrientes internas de las distintas religiones; además, los ciudadanos expresan libremente sus creencias. Esto significa que no es un país teocrático como algunos que lo rodean”.

Arabia Saudí es una monarquía absolutista, aliada de EE.UU., donde rige la sharia (ley islámica). Allá, por ejemplo, las mujeres no pueden votar o manejar. En Siria ocurría todo lo contrario, aparte de que Damasco es cercano a Irán, archienemigo de los saudíes.

“Los que tienen más doble conducta es la OTAN, que por un lado dice que quiere abrirle las puertas a los refugiados mientras que por otro lado bombardea a la nación”, mencionó el funcionario de Mendoza en relación a que Francia y Reino Unido ejecutan operaciones en su territorio.

Hace pocos días el presidente de Siria, Bashar al Asad, en una entrevista concedida a RT, indicó algo similar: “Con respecto al problema de los refugiados, quiero decir que la postura de Occidente y de la campaña de información que están llevando a cabo, sobre todo la última semana, supone que estas personas huyen del Gobierno sirio, al que los medios de comunicación occidentales tachan de régimen. Sin embargo, los países occidentales lloran por los refugiados con un solo ojo, mientras que con el otro los observan por la mira de pistola”.

Mercenarios

En agosto, el primer ministro de Siria, Wael al-Halqi, denunció que el apoyo de los grupos extremistas que operan en su país llega desde EE.UU., Israel y Turquía.

“Estados Unidos, Israel y Turquía, junto a varios regímenes árabes que ejecutan las políticas occidentales en la región, apoyan armamentística y financieramente a los terroristas en Siria e Irak”.

El funcionario aprovechó su encuentro en Damasco con el ministro iraquí de Recursos Hídricos, Mohsen al-Shammari, para denunciar las “ambiciones neo-otomanas” del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien busca imponer su dominio económico a los países vecinos.

Hace dos meses la prensa turca divulgó que el Gobierno de Ankara desde el inicio de la crisis en Siria, en 2011, brinda apoyos armamentísticos y logísticos a los grupos extremistas con el fin de allanar el camino para el derrocamiento del presidente sirio, Bashar al Asad.

El cónsul honorario de Mendoza, Mustafá Saada, dice que, a su juicio, los mercenarios están conformados por una gran cantidad de europeos, pues una parte muy importante de estos ciudadanos conforman el EI.

“No son todos, pero es una cifra muy elevada. El resto -de integrantes- son personas de distintas naciones que luchan por dinero, pero no por convicción”.

Por eso, también expone su creencia de que atacar al EI por medio de los bombardeos de la coalición árabe es un pretexto de los mercenarios  para invadir puntos importantes en Siria.

Desde 2014, Estados Unidos anunció que más de 40 países participarán, de una manera u otra, en la coalición contra los terroristas del Estado Islámico.  

La posible solución  

Para Mustafá Saada, como este conflicto es una cuestión de interés, la  solución visible sería que los políticos externos decidan postergar su idea de diseñar un nuevo mapa político en la zona.  

“La única manera de terminar con este conflicto es que los países árabes que están sostenidos por Estados Unidos y algunas naciones europeos desistan de continuar con los ataques. Esto ayudará a que nosotros podamos no solo terminar el mandato de Al Asad, sino que también podamos convocar a elecciones transparentes, como ha sido siempre. Lo mejor será dejar que el pueblo sirio resuelva sus propios conflictos”. (I)

Estados Unidos reconoce fracaso en su estrategia

El jefe militar de las fuerzas estadounidenses en Medio Oriente reconoció ante el Senado en Washington la incapacidad de formar una fuerza militar rebelde siria creíble y numerosa contra el Estado Islámico (EI).

“Los que están efectivamente en combate... estamos hablando de cuatro o cinco”, dijo el general Lloyd Austin, bajo interrogatorio de la Comisión de las Fuerzas Armadas del Senado, presidido por el republicano John McCain.

“Es una broma”, comentó la senadora republicana Kelly Ayotte ante esa información. “Un fracaso total” fue más allá su colega republicano Jeff Sessions.

La cifra acarrea agua hacia el molino de los que en EE.UU. lanzan críticas  a la ineficacia de la administración Obama contra el EI, mientras decenas de miles de refugiados intentan llegar a Europa.

“El problema no es que no hacemos nada contra el grupo Estado Islámico. Es que no hay ninguna razón obvia para creer que todo lo que estamos haciendo será suficiente”, sentenció McCain.

En cuanto a Siria, el Pentágono anunció un programa a principios de año con el objetivo de formar a unos 5.000 combatientes en el primer año, con un costo estimado de $ 500 millones.

Pero apenas 54 combatientes resultaron entrenados hasta ahora y la mayoría de ellos fueron atacados por un grupo vinculado a Al Qaeda a su llegada a Siria. Una centena está actualmente apenas en cursos de formación.

McCain es partidario, por ejemplo, de enviar fuerzas especiales estadounidenses al terreno para guiar los ataques aéreos de la coalición internacional. Pero el gobierno de Obama rechaza esta opción para no meter a su país en otra guerra. (I)

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