Las fuerzas árabes y kurdas, apoyadas por Estados Unidos, que arrebataron la ciudad siria de Raqa a los yihadistas de Estado Islámico (EI) se preparan para entregar la localidad a autoridades civiles.

Tras una ofensiva de cuatro meses, este martes las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) anunciaron el fin de los combates e iniciaron las operaciones de limpieza de explosivos y la búsqueda de eventuales células extremistas.

“Algunas de las fuerzas fueron retiradas, otras permanecerán hasta que terminemos las operaciones de desminado, entonces la ciudad será entregada a un Consejo Civil de Raqa”, un cuerpo de responsables locales creado hace seis meses, precisó la comandante Rojda Felat.

La entrega oficial de la ciudad podría producirse hoy, pero el Consejo ya trabaja en planes de reconstrucción. Tomarán el control de una ciudad fantasma sin servicios básicos ni infraestructura.

La emblemática intersección Al-Naim, donde los yihadistas llevaban a cabo sus ejecuciones, estaba ayer repleta de combatientes de las FDS festejando la victoria.

A su alrededor, el paisaje era desolador: edificios en ruinas, calles repletas de escombros de todo tipo y carcasas de coches, una ciudad destrozada tras cuatro meses de combates y bombardeos. La ONU estima que el 80% de la ciudad está inhabitable.

Durante la operación 3.250 personas murieron, de estas 1.130 eran civiles y 2.120 combatientes, según la oenegé Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

“Las operaciones militares en la que fuera ‘capital’ del EI en Siria terminaron (...) la ciudad está bajo el control de las Fuerzas Democráticas Sirias”, indicó un portavoz de esta alianza, Talo Silo.

Las FDS lanzaron su ofensiva en noviembre de 2016. Se emplearon primero en reconquistar los territorios alrededor de Raqa, para aislar la ciudad y cortar los principales ejes de comunicación con el exterior.

En junio los combatientes ingresaron a la ciudad, con el apoyo de los bombardeos de la coalición internacional liderada por EE.UU.

Raqa se convirtió en símbolo de las atrocidades de la organización yihadista, desde donde se habrían planificado atentados contra varios países, principalmente en Europa.

Para Um Abdalá, que huyó de su ciudad natal hace tres años, “la alegría es indescriptible”.

“Cuando mi hermana me anunció la liberación, empezó a llorar y yo también”, indicó el hombre, de 40 años, instalado en Kobane, un centenar de kilómetros al norte de Raqa.

Las dudas sobre los yihadistas

El diario The Washington Post reveló que aún no está claro si hay células del Estado Islámico alrededor, aunque el FDS dio la batalla como terminada y ganada.

En los últimos días trascendió que los responsables locales y representantes tribales llegaron a un acuerdo para que los últimos civiles atrapados en la ciudad evacúen. Con esto los yihadistas sirios también fueron autorizados a dejar la ciudad.

En cifras, 275 radicales sirios y sus familias fueron evacuados. Pero no se conoce si los yihadistas que salieron de allí fueron autorizados para que vayan a otras regiones en manos de EI.

La coalición liderada por Washington repitió que los combatientes extranjeros no serían autorizados a dejar Raqa.

“Lo último que queremos es que los combatientes extranjeros sean liberados para poder regresar a sus países de origen y causar más terror”, declaró el domingo el portavoz de la coalición, el coronel estadounidense Ryan Dillon.

Hace meses la organización ultrarradical retrocede en Siria e Irak, frente al poder de fuego de las diferentes fuerzas en el terreno apoyadas por Rusia o EE.UU.

En Siria, los yihadistas de EI ya solo controlan algunos sectores del centro del país, en la provincia de Hama o en el desierto de Homs. Y están presentes, aunque en número reducido en la periferia sur de Damasco. Su último bastión es ahora la provincia de Deir Ezzor, en el este, donde perdió la mitad de su superficie en menos de dos meses.

Pero allí también estos combatientes deben hacer frente a dos ofensivas simultáneas: por un lado, a las fuerzas del régimen sirio apoyadas por Rusia y por el otro, a las de las FDS.

La guerra en Siria comenzó en 2011 con la Primavera Árabe. Con los años se convirtió en un conflicto con múltiples actores. Hasta ahora dejó más de 330.000 muertos y millones de desplazados y refugiados. (I)

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Fuerzas iraquíes retoman campos de petróleo

Las tropas iraquíes recuperaron ayer casi la totalidad de los campos de petróleo de la provincia de Kirkuk, tras la retirada de las fuerzas kurdas, arruinando las esperanzas de independencia de un Kurdistán iraquí en pleno marasmo económico.

Desde el inicio de la operación dos días antes, los convoyes blindados iraquíes avanzaban para restaurar la autoridad del poder central en la provincia del noreste de Irak, donde los combatientes kurdos peshmergas se instalaron en 2014 aprovechando el caos provocado por una ofensiva del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Miembros de las fuerzas iraquíes ayer retiraron las banderas kurdas, colocadas en los edificios y puestos de control de los campos de Bay Hasan y Havana, para sustituirlas por las banderas iraquíes.

Para el coronel Ahmed Modhi, de la policía federal, el hecho de que las fuerzas iraquíes retomen el control de los campos petroleros es totalmente lógico. “Es una riqueza nacional, pertenece a Irak, igual que las riquezas naturales del conjunto de las regiones del país”.

En efecto, cinco de los seis campos de la rica provincia de Kirkuk están nuevamente bajo el control de las autoridades de Bagdad, que recuperarán una producción de más de 400.000 barriles de crudo por día (b/d), en cuanto retomen la actividad.

Solamente un campo menor, el de Jurmala, está en manos de los kurdos desde 2008, y que produce unos 10.000 b/d de petróleo, de inferior calidad. (I)