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Líderes mundiales firman pacto para salvar la Tierra
Representantes de 175 países, algunos de ellos jefes de Estado o de Gobierno, firmaron ayer en la sede de Naciones Unidas en Nueva York el acuerdo sobre clima alcanzado en la cumbre en París en diciembre del año pasado.
El texto, que fue aprobado por casi 200 países en la COP21 el 12 de diciembre pasado en París, es la primera acción universal que busca reducir el impacto del cambio climático sobre el planeta y limitar el aumento de la temperatura media a menos de 2 grados centígrados en comparación con los niveles anteriores a la revolución industrial.
Más de 60 jefes de Estado y de gobierno participaron en la ceremonia que se realizó en Nueva York. “Nunca antes un número tan grande de países había firmando un acuerdo internacional en un solo día”, dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
El presidente francés, François Hollande, y el actor Leonardo DiCaprio, embajador de la ONU sobre temas de cambio climático, se unieron a numerosos líderes, como también la presidenta Dilma Rousseff, en la ceremonia de rubricación del llamado Acuerdo de París.
Hollande, anfitrión de la COP21, fue precisamente el primero en firmar el documento. El anterior récord de países firmantes de un tratado internacional en un día databa de 1982, cuando 119 países suscribieron la Convención de la ONU sobre derecho marítimo.
También firmaron el acuerdo Estados Unidos y China, los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero y reacios a firmar el Protocolo de Kioto, que fracasó en su intento de reducir un 5% de las emisiones contaminantes entre 2008 y 2012.
La firma del Acuerdo de París, que se realizó en coincidencia con la celebración del Día Mundial de la Tierra, es solo un primer paso, ya que luego será el momento de la ratificación en función de las reglas nacionales de cada país (votación por el Parlamento, decreto, etc.)
Además, y para entrar formalmente en vigencia, el acuerdo de París tiene que ser ratificado por 55 países que representen el 55% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
En ese sentido, Hollande instó ayer a los miembros de la Unión Europa (UE) a ratificar este año el acuerdo. “La Unión Europea debe dar el ejemplo”, dijo.
Hasta el momento, 15 países, la mayoría de ellos pequeñas islas, ratificaron el texto, según la ONU.
En un discurso ante el pleno, el actor y activista Leonardo DiCaprio afirmó que “llegó la hora de una acción audaz y sin precedentes” para promover las energías renovables.
“Nuestro planeta no podrá ser salvado si no abandonamos las energías fósiles”, sostuvo el actor ganador del premio Oscar, levantando una ola de aplausos.
Rousseff fue la octava oradora y dedicó casi todo su discurso a la cuestión climática, manifestando el “orgullo por el trabajo hecho” por su gobierno en las negociaciones y recordando la necesidad de “resultados concretos” para los “inmensos desafíos” que existen.
Planes en cada país
Dentro del pacto, los países tienen que elaborar planes climáticos, llamados “contribuciones determinadas a nivel nacional”. Los desarrollados están llamados a encabezar los esfuerzos en la reducción de emisiones de gases contaminantes y a los países en desarrollo se les alienta a que lo hagan “con el tiempo”. En 2018 habrá una evaluación de cuál será la situación en ese momento y en 2020 habrá una actualización de esos compromisos nacionales.
Para alcanzar los objetivos recogidos en el Acuerdo de París, los países desarrollados se comprometen a movilizar $ 100.000 millones anuales a partir de 2020 a través de fuentes públicas y privadas, compromiso que se revisará al alza antes de 2025.
Respecto de los países en desarrollo, se establece la posibilidad de que participen voluntariamente en materia de financiación, aumentando así por primera vez la base de donantes en la lucha contra el cambio climático. (I)
Datos
Mantener la temperatura media mundial “muy por debajo” de dos grados centígrados respecto a los niveles preindustriales, y continuar con los esfuerzos para que no rebase los 1,5 grados, a fin de evitar efectos catastróficos en los países más vulnerables.
Reconoce la responsabilidad histórica de los países desarrollados, que tendrán una obligación clara de proveer apoyo financiero a los países en desarrollo en mitigación y adaptación. La meta es alcanzar los 100.000 millones anuales como mínimo a partir del 2020.
El acuerdo tiene el carácter de tratado internacional vinculante pero no la decisión que lo acompaña ni los objetivos nacionales de reducción de emisiones. No establece sanciones para los países que no cumplen los acuerdos, pero sí mecanismo transparente de seguimiento.