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Las comunidades aborígenes de colombia abogan por su libertad

Líder indígena pagará condena en resguardo

Feliciano Valencia, líder indígena, fue detenido el pasado 15 de septiembre en Santander de Quilichao. Foto: Colprensa
Feliciano Valencia, líder indígena, fue detenido el pasado 15 de septiembre en Santander de Quilichao. Foto: Colprensa
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Un tribunal superior de Popayán, capital del departamento del Cauca, a 600 kilómetros de Bogotá, dispuso que el líder indígena Feliciano Valencia pague su condena de 18 años en un resguardo.

Valencia, quien es consejero de  la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), fue condenado por los delitos de secuestro simple agravado y lesiones personales, junto a otros miembros de su comunidad indígena.
El gobernador indígena José Valencia, dijo a EL TELÉGRAFO que “este es un caso que jurídicamente nunca se había dado”.

La comunidad indígena celebró el fallo y expresó que así podrían estudiar y presentar los recursos de casación, además de denunciar los abusos cometidos.

“De resultar inocente, que así lo es, nosotros acudiremos ante las altas cortes a denunciar porque aquí hay una violación clara a los derechos internacionales humanitarios, y más a las leyes indígenas colombianas”, declaró el líder Aldemar Díaz.

Los delegados del Instituto Nacional Penitenciario de Colombia (Inpec) ya visitaron el resguardo Los Tigres, en el departamento del Cauca, donde será llevado Feliciano Valencia, para comprobar las condiciones en las que estará el líder indígena.

Un representante de los cabildos indígenas

Valencia fue acusado de secuestro simple agravado y lesiones personales por la retención del cabo tercero del ejército colombiano Jairo Danielo Chaparral Santiago, en una ‘minga’ -manifestación- en 2008.

Según las autoridades, el militar fue retenido y maltratado por comunidades indígenas de Piendamó, tras determinar que se había infiltrado en las manifestaciones contra el Gobierno.

El cabo fue sometido a un castigo de 20 latigazos, por lo que se consideró un agravio. El líder indígena Feliciano Valencia habría sido el encargado de ordenar estas acciones en contra del cabo, quien luego de ser liberado presentó la denuncia ante sus superiores y las autoridades judiciales.

Ante esta denuncia, Valencia fue detenido el pasado 15 de septiembre en Santander de Quilichao, cuando regresaba de una sesión del programa de educación en Popayán.

Valencia es uno de los más importantes representantes de los cabildos indígenas. No en vano fue precandidato a la Presidencia de la República de Colombia en 2012, y su detención generó revuelo en el movimiento nacional de estas comunidades por dos razones: porque fue sentenciado a 18 años de prisión en segunda instancia y porque el hecho que castiga la justicia ordinaria sucedió en la minga de resistencia de 2008, cuando el enfrentamiento entre los indígenas y el gobierno del expresidente Álvaro Uribe estuvo en su punto más alto. En varias ocasiones las comunidades aborígenes se declararon en asamblea permanente para solicitar la libertad inmediata de Valencia.

De acuerdo con Aída Quilcué, consejera del Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric, dijo que cuando fue retenido el cabo Chaparral Santiago, portaba elementos militares vestido de civil dentro de la asamblea que se desarrollaba en la hacienda La María.

“Tras ser detectado como infiltrado, las autoridades tradicionales decidieron aplicar el remedio en el marco de la jurisdicción especial indígena y después fue entregado a la Defensoría del Pueblo. Consideramos que ese procedimiento fue en el territorio, además porque él siempre se consideró indígena hasta que fue retenido”, explicó Quilcué.

Después del suceso, la Fiscalía decidió iniciar la investigación e individualizar a los responsables del hecho, aun cuando, según el abogado del Cric, Miller Hormiga, la Fiscalía nunca tuvo material probatorio para acusar a Feliciano de haber privado de la libertad al cabo Chaparral. (I)

Santos quiere la paz antes del 23 de marzo de 2016

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dio la orden a los delegados de su gobierno de acelerar las negociaciones de paz en La Habana para concretar un acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El mandatario reconoció que el acuerdo sobre justicia transicional con las FARC se debe destrabar para seguir adelante con la firma. “Hoy hay un cronograma para terminar la guerra y si lo logramos es porque desatamos el nudo gordiano de la justicia”, dijo a medios colombianos.

El mandatario pidió a los negociadores pisar el acelerador y traerle buenas noticias al país, para que antes del 23 de marzo de 2016 todo el hemisferio esté libre de guerra. “Las instrucciones que he dado al equipo negociador del Gobierno es que hagan todo lo posible para que sea mucho antes y dar un adiós definitivo a la última y más larga guerra, no solo de Colombia, sino de todo el hemisferio occidental”, sostuvo el gobernante.

Santos aclaró que la firma final del acuerdo de paz es apenas el comienzo de otro proceso de recuperación, de verdad y reparación para las víctimas.

El máximo jefe de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverry, alias Timochenko, por su parte, aseveró que las aspiraciones de esa guerrilla van más allá de un sillón en el Congreso, en respuesta a la polémica surgida sobre la posibilidad de incluir en la comisión legislativa para la paz a miembros no electos. “El debate en el Congreso sobre curules a las FARC es una ‘perdedera’ de tiempo frente a un tema que no ha sido acordado en la mesa” de La Habana, expresó Timochenko en su cuenta de Twitter. (I)

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