Un nuevo ataque en las zonas más vulnerables de la ciudad siria de Alepo ocurrió ayer con el estallido de una bomba en el hospital Al-Dabbeet de la ciudad, esta vez una zona que aparentemente estaba controlada por el régimen de Bashar al Asad. Según los primeros informes, al menos 19 personas murieron y otras 17 resultaron heridas, informó la agencia oficial Sana.

Más de 200 civiles perdieron la vida en la ciudad siria Alepo, la semana pasada, bajo los combates y municiones de artillería pesada.

El ataque más significativo fue el de la semana pasada en el hospital Al Quds, administrado por Médicos sin Fronteras (MSF), donde murieron decenas de personas, incluido el último pediatra que quedaba en la ciudad. Una clínica también fue bombardeada.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó ayer por unanimidad una resolución que reafirma que el personal y las instalaciones médicas deben ser protegidos absolutamente durante los conflictos armados.

La resolución no significa ningún cambio del derecho internacional pero el embajador británico, Matthew Rycroft, insistió en que estaba “echando luz” sobre el aumento de ataques y sirve como recordatorio. (I)