La Haya.-

La Corte Internacional de Justicia (CIJ) rechazó ayer las mutuas acusaciones de genocidio por parte de Croacia y Serbia durante la guerra de los Balcanes (1991 y 1995) y a ambos les remarcó su responsabilidad en las muertes de civiles.

El presidente del alto tribunal de la ONU, Peter Tomka (foto), leyó ayer la sentencia para ambos casos. En primer lugar, señaló que “Serbia no cometió genocidio en Croacia durante la guerra” de los Balcanes, lo mismo que repitió poco después respecto a los croatas durante la ‘Operación Tormenta’ que Zagreb desplegó en el verano de 1995, y en la que las víctimas fueron serbios y serbocroatas en su territorio.

La CIJ sí subrayó, en cambio, que hubo asesinatos, violaciones, maltrato y desplazamientos forzosos de civiles en ambos territorios, ya fuera a manos de tropas serbias o bien croatas, y que tanto Belgrado como Zagreb son responsables de no haber prevenido el genocidio.

Tomka indicó que para formalizar una acusación por genocidio “es necesaria la intención deliberada de acabar con los miembros de un grupo, ya sea física o sicológicamente”.

Añadió que “la corte no reconoce pruebas suficientes para demostrar estas evidencias”.