La Contraloría de Perú se queda sin su titular

Cinco semanas de agitación alrededor de la figura del contralor de Perú, Édgar Alarcón, llegaron a su fin la tarde del lunes cuando la Comisión Permanente del Congreso decidió, por una aplastante mayoría, removerlo de sus funciones. Ayer, la resolución oficializó la vacancia de ese puesto.

Hace unos días, esta comisión recibió el informe legislativo en el que se confirma, al menos, cuatro faltas graves en las funciones desempeñadas por Alarcón. El pago desproporcionado a una trabajadora de Contraloría por servicios prestados, las persuasiones que el exfuncionario realizó a un auditor financiero que investigaba la razón de esos pagos, una relación poco clara con un proveedor de automóviles de lujo y el ocultamiento de información sobre su patrimonio son las irregularidades detectadas.

El funcionario fue removido del cargo de contralor con 22 votos a favor, cero en contra y una abstención.

A pesar de que esas faltas se evidenciaron hace cinco semanas cuando la Contraloría emitió un informe final negativo sobre el proyecto aeroportuario de Chinchero, liderado por el Ejecutivo, Alarcón, ni siquiera al ser destituido, pronunció la palabra ‘renuncia’.

Aun cuando la Comisión del parlamento declaró vacante la Contraloría, Alarcón intenta unos manotazos de ahogado y apelará la decisión. Dice que todo es una cortina de humo del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (PPK).

Pero esos argumentos, frente a las pruebas en su contra son, por decirlo menos, debatibles. A lo largo de estas semanas y a medida que las cosas se complicaban para el excontralor, aparecieron una serie de audios en los que se escuchan conversaciones sostenidas por él y los ministros de Economía, Alfredo Thorne y del Interior,

Fernando Zavala. Son diálogos en los que se esgrimía una negociación frente al proyecto Chinchero: una suerte de apoyo gubernamental a la Contraloría se comprometía solo si el informe final era positivo.

Hoy, con Thorne fuera del gobierno, luego de ser juzgado por esos audios como un ‘chantajista’ y con Zavala a punto de seguir la misma ruta, la de Alarcón parece una figura que, antes de encontrar la muerte política, quiere llevarse consigo lo que más pueda.

Apoyo no le faltan. Si bien bancadas como el Apra, Fuerza popular, Peruanos por el Kambio, Alianza para el progreso y Acción popular, aportaron votos para su destitución, el fujimorismo en pleno se opuso a que el caso pasara a instancias de investigación en la fiscalía. Quedará entonces un precedente simbólico, pero no se dará paso a ninguna iniciativa legal capaz de establecer sanciones judiciales sobre Alarcón.

Choque político

Esta última decisión del legislativo revela la tensión de poder que se vive, desde hace un año entre el Ejecutivo y el Congreso, más precisamente, entre PPK y Keiko Fujimori. La cabeza de Alarcón no podía ser sostenida más tiempo en funciones, sin embargo, su judicialización no era algo con lo que el fujimorismo quería transar.

Esa ha sido la tónica que ha llevado al Congreso a convertirse en un ‘decapitador’ de los ministros de PPK y, de forma amplia, en una institución desde la que se gobierna de forma paralela.

Llevados por esa tensión el presidente peruano y Keiko Fujimori, quien perdió las elecciones pasadas por un estrecho margen, se reunirán el próximo martes a propósito de buscarle una salida a esta situación. El fujimorismo domina el Congreso peruano.

Una nueva Contraloría

El gran reto ahora del Poder Ejecutivo será proponer a un candidato para llenar la vacante en la Contraloría. Será el Congreso quien aprueba la postulación, que además pretende una profunda reforma y limpieza en el ente de control. Es que se trata de la entidad puntal en la lucha contra la corrupción, destacó Iván Slocovich, columnista en el diario El Correo.

“Que el Poder Ejecutivo actuó de una manera por lo menos ‘sospechosa’, debido a su excesivo interés en sacar adelante el proyecto del aeropuerto de Chinchero, no queda la menor duda y es algo que en su momento tendrá que ser aclarado. Pero eso no quita que Alarcón esté bien destituido por el Congreso, sobre todo para permitir, con un nuevo titular, un cambio total en una entidad clave para un país que tiene como principal problema la corrupción”, destacó Slocovich.

Durante su comparecencia Alarcón añadió que quien quiera que sea su reemplazante, no va a combatir la corrupción.

Se espera que desde hoy en el Ejecutivo se mocionen nombres para suceder su función. Nelson Shark, exfuncionario de la cartera de Economía en tiempos de Alberto Fujimori y actual asesor del Poder Judicial suena fuerte para el cargo, que  tendría la aprobación de la oposición. (I)