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La campaña electoral de Brasil estuvo matizada por la lucha de clases (GALERÍA)
La elección de Brasil promete ser la más disputada desde el fin de la dictadura militar en 1985. Elegirá al nuevo presidente que surgirá de una campaña que mostró por primera vez en la historia democrática una cruda realidad de lucha de clases, el odio racista y de puja ideológica. Además, la segunda vuelta electoral entre la presidenta Dilma Rousseff y Aécio Neves será determinante para Sudamérica y sobre todo para el Mercosur.
El Partido de los Trabajadores (PT), de la presidenta Dilma Rousseff , jugará la consolidación de su proyecto progresista con inclusión social, mientras que el rival opositor, Aécio Neves, un liberal del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), promete una apertura económica reivindicando la era de las privatizaciones de la década del 90 y la lucha contra la corrupción.
Unos 140 millones de brasileños están convocados a las urnas, pero el gran acertijo de hoy es adónde irán los 28 millones de votos blancos, anulados y los que no sufragaron en la primera vuelta del 5 de octubre, considerados clave para inclinar la balanza para uno u otro lado, según Mauro Paulino, de la encuestadora Datafolha.
En las encuestas de Datafolha e Ibope Rousseff ha recuperado la delantera en la última semana, con 52% contra 48% de Neves, pero siempre en situación de empate técnico. Y el jueves recibió un espaldarazo con sondeos que demuestran el empuje que en los últimos días le dio a la campaña el popular expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, líder del PT y padrino político de la mandataria. Ibope le dio el 54% a Rousseff contra el 46% de Neves, mientras que Datafolha acortó la diferencia de 53% a 47%, siempre a favor de la jefa de Estado.
Nunca antes -desde que Lula da Silva llegó al gobierno en 2003- el PT ve tan amenazado su proyecto. Lula fue reelegido en 2006 y su sucesora venció en 2010. Siempre triunfaron en balotaje y la estadística juega a su favor: nunca un segundo en la primera vuelta logró revertir el resultado.
Rousseff logró el primer lugar con el 41,59% de los votos contra el 33,5% de Neves y el 21,3% de Marina Silva, la ecologista que fue un mes favorita y que ahora se pasó a la oposición, luego de haber sido ministra de Lula da Silva. Selló una inédita alianza con Neves de cara al balotaje, lo que convirtió a ambos en el principal polo anti-PT del país.
El foco fue la "honestidad" y la "nueva política". Eso porque el PT está salpicado por escándalos de corrupción y el más reciente, en la estatal Petrobras, donde un exdirector, Paulo Costa, que cambia su declaración por libertada vigilada, acusó a varios partidos oficalistas de recibir sobornos en contratos.
Rousseff, si bien su gobierno se encuentra en recesión técnica y el PIB podría crecer apenas 0,3%, ha mantenido durante su gestión la marcha de la creación de empleos e inclusión social de los gobiernos de Lula da Silva y, sin dudas, eso la puede catapultar a un segundo mandato. El Plan Bolsa Familia -que reciben unos 50 millones de personas en uno de los países más desiguales del mundo- estuvo en el eje de las discusiones. El PSDB lo llamó Bolsa dádiva, pero Neves dijo que los ampliará para intentar revertir el favoritismo de Rousseff en las regiones más pobres del país, como el noreste. Lo mismo que los programas educativos mayoristas, con 8 millones de jóvenes en escuelas técnicas gratuitas y otros 2 millones, la mayoría negros de las barriadas pobres, beneficiarios de becas para la universidad.
Neves, exgobernador de Minas Gerais, adonde se impuso el PT en el primer turno, dice que dará un choque de gestión y de "honestidad" en la función pública. Para ganar está apoyado en los votos del estado de Sao Paulo, gobernado por el PSDB desde 1998 y hoy bastión opositor. El mayor colegio electoral del país contrasta con el noreste más pobre que cuenta con mayoría a favor de Lula da Silva y Rousseff.
Apenas comenzó la campaña de la primera vuelta, una ola de odio recorrió las redes sociales y las calles, un debate incendiado por el expresidente Fernando Henrique Cardoso, del PSDB, que atribuyó a los "desinformados" el éxito del PT en el país.
Ante la ola de repudio y frente a unas 50.000 personas en Pernambuco, Lula da Silva salió al ruedo con su popularidad a cuestas y calificó de "nazis" a las élites que desprecian a la mayoría negra y pobre del noreste, ahora convertida en nueva clase media, un contingente de 100 millones de personas que abandonó la clase más baja en los años del PT.
La campaña televisiva también fue violenta. Neves comparó al PT con el ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels. El PT buscó la vida privada de Neves como plato fuerte para sus electores.
Hijo de un aliado de la dictadura y nieto de Tancredo Neves, el presidente electo por un congreso tutelado por la dictadura en 1985 que falleció por una enfermedad antes de asumir, Aécio es conocido como un playboy que gusta de fiestas y que desde chico se afincó en Río de Janeiro, pese a que sus trabajos siempre estuvieron en Brasilia o Belo Horizonte, capital de Minas Gerais.
Rousseff en un debate recordó que en Río de Janeiro en 2011 Neves se negó a hacer un test policial de alcoholemia. El perfil de niño rico pero con virtudes en la política como haber administrado Minas Gerais, el segundo estado del país, contrasta con el de Rousseff, una exguerrillera que combatió a la dictadura, que la mantuvo presa política por cerca de tres años.
Sus primeros 22 días de detención fueron de torturas. Al igual que Neves, es de Minas Gerais pero luego de la cárcel se afincó en Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul. Su militancia en grupos armados fue abandonada con el regreso de la democracia. Recibida de economista, fue secretaria de Energía de Rio Grande do Sul y luego ministra de Minas y Energía de Lula da Silva. Cuando el ministro coordinador José Dirceu, hoy preso por corrupción, renunció en 2005, Lula la eligió para el cargo más fuerte del gabinete y luego la designó como sucesora para 2010, por sobre Marina Silva que, despechada, abandonó el PT.
Con la segunda vuelta, las posiciones se han radicalizado: Neves apuesta por su eventual ministro de Economía, Arminio Fraga, quien defiende el fin de la fortaleza de los bancos públicos como inductores de la economía y reguladores y un ajuste en las áreas del Estado para lograr una inflación del 4,5, con lo cual debería recortar el gasto o aumentar la tasa de interés. La inflación de 2013 fue de 5,7%
Fraga, que preside un fondo de inversión internacional, fue presidente del Banco Central en la era Cardoso. "Fraga tiene muchos admiradores en Estados Unidos, donde hay cierto favoritismo para Aecio", dijo a EL TELÉGRAFO Peter Hakim, presidente del centro de estudios norteamericano Inter-American Dialogue, en su paso por Sao Paulo.
Para ver el tamaño de la chance real de la oposición retornar al poder político, basta repasar los respaldos a Neves: la revista británica The Economist lo apoyó directamente, así como la Bolsa de Valores de Sao Paulo, los industriales, el agro y los grandes medios de comunicación.
La revista opositora Veja, que se ha dedicado a publicar filtraciones de declaraciones judiciales de corruptos y corruptores arrepentidos de Petrobras, publicó el jueves su tapa del fin de semana con Rousseff y Lula da Silva en la tapa y con la frase Ellos sabían. Es la bala de plata que la oposición mediática siempre busca antes del día de elección, tal como ocurrió en la reelección de Lula da Silva en 2006 y en la de Rousseff en 2010.
"A él lo apoyan los banqueros, a nosotros el pueblo", bramó Lula da Silva en uno de los actos multitudinarios en los que participó para buscar el voto de Rousseff. Un portavoz de un banco privado brasileño dijo a EL TELÉGRAFO que los mercados han jugado para Neves en la elección. Y pronosticó un salto del dólar el próximo lunes, en caso de que Rousseff conquiste la reelección.
Pero sin dudas el gran combate ideológico se ve más claramente en la política exterior, donde el "canciller" de Neves, Rubens Barbosa, propone flexibilizar el Mercosur para firmar acuerdos bilaterales hasta hoy prohibidos con potencias como Estados Unidos y la Unión Europea (UE). "Hay que quitarle ideología a las relaciones internacionales", afirmó Barbosa, exembajador en Washington.
Rousseff canceló un viaje a Washington en 2013 a raíz de que fue víctima de espionaje de Estados Unidos, tal la revelación de Edward Snowden. "Debemos superar los problemas y volver a formar parte de las cadenas productivas del mundo", afirmó Barbosa, que rechaza la diplomacia Sur-Sur por considerarla "un invento ideológico".
En diálogo con EL TELÉGRAFO, Marco Aurelio García, el académico y negociador que es asesor de Rousseff para Asuntos Exteriores, dijo que la apuesta de Brasil es por el Mercosur para convertirlo en unión aduanera "con chances de expansión por el deseo de ingreso de Bolivia y Ecuador".
China, que desplazó a Estados Unidos como principal socio del gigante sudamericano, pasó a ser uno de los actores políticos socios de Brasil en el grupo Brics, con Rusia, India, China y Sudáfrica. "La gestión de Rousseff estuvo marcada por la crisis en los países desarrollados. En 2010 los Brics eran apenas una idea y ahora son una realidad concreta, con un banco conformado y un acuerdo de reservas internacionales", afirmó García.