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La apertura cubana atrae a 490 nuevos inversionistas
La ubicación geográfica, la disponibilidad de importantes recursos naturales, los numerosos acuerdos bilaterales y multilaterales de comercio suscritos por Cuba y terceros países son un estímulo que la convierten en una nación con grandes oportunidades de negocio, que se expanden por las facilidades que ofrece actualmente la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM).
Este puerto adaptado para buques de gran calado, localizado a 45 kilómetros de La Habana, fue creado en el 2013 y la operatividad de su sistema ofrece importantes ventajas fiscales y corporativas para los consorcios que decidan invertir en el país.
Según el gobierno, tras el acercamiento con Estados Unidos más de 400 compañías están interesadas en invertir. La causa principal es que La Habana puede convertirse en punto fundamental para el comercio entre Asia, Europa, Centro y Sudamérica, el Caribe y Norteamérica, sobre todo por su cercanía con el canal de Panamá y el canal de Nicaragua, que se construye.
El analista Jorge Rodríguez indicó que el inversionista busca rentabilidad (más baratos y mejor calidad).
Guido Macas, catedrático de economía de la Universidad Tecnológica Ecotec, analizó que también influye el crecimiento económico de 4,2% en 2015. “Este año se prevé una tasa de crecimiento de 2%. Esto es una tasa moderada pero si se da el desbloqueo económico de EE.UU., su economía podría dinamizarse hasta llegar a 3% o 4% anual en los próximos 3 años”.
Respecto a este punto el presidente de Cuba, Raúl Castro, informó en su discurso general del 8 de julio que el primer semestre el Producto Interno Bruto (PIB) creció el 1%. “Este resultado está condicionado por la agudización de restricciones financieras externas”, por la caída de los precios del petróleo, y señaló que no renunciará al propósito de continuar restableciendo la credibilidad internacional de la economía cubana.
El miércoles pasado el Gobierno cubano anunció que el vicepresidente Ricardo Cabrisas ocupará la cartera de Economía en lugar de Marino Murillo, para que este último se concentre en avanzar las reformas económicas impulsadas por Castro desde 2006. Días atrás Murillo presentó los ajustes en la economía destacando que se respalda el programa de desarrollo del turismo y el de las fuentes renovables de energía del sector.
En 2015, el Departamento de Comercio emitió 490 autorizaciones a inversionistas de 46 países, y la mayoría de Europa, para hacer negocios por un volumen de $ 4.300 millones, aunque la mayoría de estos proyectos está por concretarse.
Un análisis, preparado por el bufete español Lupicinio, que lleva en La Habana desde 1996, indica que “la Ley cubana no distingue entre los cubanos residentes en el extranjero respecto a un inversionista de cualquier otra nacionalidad”. Además existen todas las garantías de seguridad necesarias.
La Habana suscribió los 62 acuerdos bilaterales para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (APPRI) y múltiples convenios de doble imposición y evasión fiscal. También tiene una trayectoria jurídica impecable en el cumplimiento de laudos arbitrales internacionales.
Sin embargo, la Ley de la Inversión Extranjera no permite negociar en servicios de salud y educación a la población, así como en las instituciones armadas. Por otra parte, la Cámara de Comercio señaló que no se promueve la inversión extranjera en el sector de las telecomunicaciones, ni en la banca, ni en las aseguradoras.
El analista Guido Macas señaló que a pesar del embargo comercial de EE.UU. más de 50 años. Cuba ha crecido durante tres décadas por el turismo. “Muchos latinos han apostado por el sector turístico a través de agencias de viajes. El gran problema aún es su infraestructura, esperamos mejoras en el sector hotelero y en las carreteras”.
En enero de 2016, las compañías de naviero alemanas Fast Reliable Seaways (FRS) y Clipper manifestaron su interés de incrementar sus tratos con Cuba y propiciar algunos proyectos que benefician el sector. El grupo también puede posibilitar financiamientos desde Alemania, España y Canadá, que favorecerían los negocios en Cuba.
Dudley Althaus, periodista The Wall Street Journal, explicó que aunque bajo el embargo comercial de EE.UU. sigue siendo ilegal para los estadounidenses hacer turismo en Cuba, con la promoción de los llamados “viajes con propósito”, el gobierno de Barack Obama estableció 12 excepciones, desde misiones médicas y religiosas hasta visitas de intercambio cultural.
Según los informes oficiales de turismo, el resultado es positivo. Entre los 3,5 millones de turistas que visitaron la isla en 2015 hubo más de 450.000 ciudadanos o residentes estadounidenses. El número de visitantes aumentó el 17% frente a 2014.
José Luis Perelló, decano del programa de turismo de la Universidad de La Habana, al hacer un cálculo preliminar determinó que en el primer semestre de 2016 la cantidad de visitantes de EE.UU. creció el 26%, 304.000 personas, con respecto al mismo período de 2015, lo que convierte a los estadounidenses en el segundo mayor contingente turístico a la isla después de los canadienses. (I)