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La medida ha causado molestia entre los políticos que llevaron a petro a la alcaldía de bogotá

La alianza con Petro es una ‘jugada electoral’ de Santos

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, saluda al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, durante un encuentro que sostuvieron meses atrás en el Palacio de Gobierno. Foto: Archivo
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, saluda al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, durante un encuentro que sostuvieron meses atrás en el Palacio de Gobierno. Foto: Archivo
17 de mayo de 2014 - 00:00 - Por Gustavo Veloza Posada, corresponsal en Bogotá

La caída en las encuestas del presidente-candidato Juan Manuel Santos no solo tiene en vilo el ambiente preelectoral en Colombia, sino que además los analistas se preguntan si la alianza con el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, le ha servido al mandatario.

Este acuerdo entre el Presidente, el alcalde y el Partido Liberal liderado por el actual senador Horacio Serpa, sorprendió a los sectores políticos del país. Para unos, los de derecha y centro-derecha cercanos a Óscar Iván Zuluaga y Marta Lucía Ramírez (rivales de Santos y enemigos ideológicos de Petro), la alianza no fue sino un acuerdo por debajo de la mesa para pescar en río revuelto, como lo sostiene el politólogo Bernardo García.

“Otra vez más se demuestra con este gesto que la política colombiana es dinámica pero carece de una estructura ideológica. Santos y Petro pertenecen a 2 orillas distintas de la política y no se concibe que hoy estén aliados por culpa de unas elecciones. Aunque aparentemente el argumento de los diálogos de paz con la guerrilla es lo que mueve a Petro, la verdad es que se trata de una jugada del Presidente”, sostiene García.

Sin duda la campaña sufrió un remezón cuando se conoció que los petristas se deslizaron hacia la otra orilla.

Sobre todo después de que el Presidente en abril pasado destituyó a Petro de su cargo confirmando la sanción de la Procuraduría, que lo acusó de haber actuado con dolo cuando en 2012 reformó el sistema de recolección de basura de Bogotá y lo traspasó de manos privadas a públicas. Posteriormente el gobernante restituyó al alcalde por una orden judicial.

¿Qué tanto beneficia esta situación a Santos para sus aspiraciones reeleccionistas? nadie lo sabrá hasta el día de las elecciones del próximo 25 de mayo.

De todos modos este jueves se conoció una última encuesta en que el Presidente ya presenta una drástica caída en su favoritismo con apenas un 27,7% a su favor, mientras Zuluaga, el candidato del expresidente Álvaro Uribe, escalaba posiciones y obtenía un 23,9%. Esto da un empate técnico. Pero lo preocupante de la consulta es que por primera vez señala que Santos perdería en una posible segunda vuelta al obtener  33,6% de votos, un punto porcentual menos que Zuluaga, que alcanzaría 34,2%.

Para algunos, el acuerdo no va a beneficiar al presidente-candidato, ya que en Bogotá lo que se ve es un voto de opinión. Otros creen que sí, por lo que representa Petro en un voto clientelista de la administración. Una tercera línea no cree que sume o reste. 

El copresidente de la Alianza Verde, Antonio Sanguino, rechazó el acuerdo al considerar que Santos no es el único que puede alcanzar la paz en el país. Dijo que la búsqueda a la salida negociada al conflicto no es una marca registrada.

Sanguino tiene la certeza de que el acuerdo no le sirve al Presidente, ya que lo va a castigar en las urnas. Sostiene que “las personas que firmaron el acuerdo no representan mayor cosa (…) el petrismo no va a votar por Santos porque el voto en Bogotá es de opinión”.

Además considera que “esa alianza entre el agua y el aceite va a ser castigada por lo incoherente y lo oportunista”.

El politólogo y profesor universitario Fernando Giraldo consideró que el día de las elecciones ocurrirá una sustracción de votos en la campaña del candidato Enrique Peñalosa, los cuales serán endosados a Santos.

Según las cuentas del analista, en este último tema, los números podrán estar entre 150.000 y 170.000 votos que irían a Santos.

Sobre la alianza, en el liberalismo prefieren no hablar del tema y centrarse en el acuerdo. El parlamentario liberal Joaquín Camelo, gestor de esta alianza, no duda en que con Horacio Serpa y Gustavo Petro se buscó dar un golpe de opinión en el que la paz es el eje, pero también van a obtener un beneficio electoral para Santos. Según su concepto, la idea es convertir el acuerdo “en una ruta nacional para la paz”.

Por otra parte, la firma de un documento por la paz entre un sector del movimiento Progresista –que representa a Petro- y el liberalismo, fue causa de la molestia entre algunos de los miembros que llevaron a Petro a la Alcaldía de Bogotá.

El concejal Diego García aseguró que la firma del documento no es más que una alianza para trabajar por la reelección del presidente Santos. “No se puede creer que se vaya a realizar una alianza entre petristas y santistas después de todo lo que desde estas filas se ha dicho del presidente y menos pensando que ahí está Germán Vargas Lleras -candidato a vicepresidente de Santos- quien ha sido señalado como uno de los responsables del complot de las basuras”, aseguró.

García también dijo que este documento puede traer varias repercusiones dentro del movimiento, como un desligamiento definitivo del Partido Verde o una depuración dentro del progresismo.

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