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James Holmes compareció ante un tribunal por matanza en cine
El joven acusado de la masacre durante el estreno de la última película de Batman en Aurora, Colorado (EE.UU.), compareció este lunes por primera vez ante una corte.
Con aspecto decaído, la mirada ausente, a ratos somnoliento y el pelo anaranjado, Holmes, de 24 años, se mostró ajeno a lo que sucedía en la sala del tribunal de Centennial (Colorado), sentado al lado de su defensora asignada de oficio.
El juez William Sylvester leyó las condiciones de detención del procesado, quien permanece en aislamiento como sospechoso de asesinato en primer grado.
Pertrechado con máscara de gas y protección antibalas, James Holmes irrumpió la madrugada del viernes en un cine y abrió fuego contra la audiencia, a la que también agredió con bombas de gas lacrimógeno.
El sospechoso, que vestía un uniforme color vino, podría afrontar la pena de muerte por la matanza, a lo que se sumaría como agravante la compleja trampa explosiva que tendió en su apartamento, y que tomó más de 24 horas desactivar a los artificieros y varios equipos federales y estatales.
Los cargos formales en contra de Holmes se presentarán el próximo 30 de julio.
Algunos familiares de las víctimas estuvieron presentes en la audiencia y pudieron ver al detenido, mientras que varios guardias controlaban las entradas del tribunal visiblemente tensos.
Según el jefe de policía de Aurora, Dan Oates, el joven no está cooperando en un primer momento con las autoridades.
La fiscal Carol Chambers dijo hoy que podría pasar al menos un año antes de que comience el juicio.
Obama visitó a víctimas y familiares sin criticar ley de armas
Los llamados para un debate sobre la tenencia de armas en Estados Unidos resurgieron tras la masacre, al conocerse que Holmes compró su arsenal legalmente.
El presidente Barack Obama visitó ayer a las víctimas del tiroteo y ofreció apoyo a las familias, aunque evitó cuestionar las leyes que permitieron al tirador adquirir todo un arsenal.
El mandatario charló y reconfortó a las familias acompañado por el gobernador de Colorado, John Hickenlooper, y tuvo tiempo para visitar a pacientes en la unidad de cuidados intensivos del universitario de Colorado.
"He tenido la oportunidad de dar algunos abrazos, de derramar lágrimas y también de compartir risas", indicó el presidente, quien recordó que "incluso en los días más oscuros la vida continúa" y el país piensa en ellos.
El domingo en la noche, cientos de vecinos de Aurora se reunieron cerca de ayuntamiento para homenajear a las víctimas con cantos de gospel y altares improvisados a la memoria de los fallecidos.
Obama dijo que en los próximos días y meses buscarán "arreglo para que esta violencia sin sentido no vuelva a ocurrir", pero evitó polemizar sobre las leyes de armas que permitieron que el presunto pistolero adquiriera un equipo propio de un miembro de las fuerzas especiales.
La Segunda Enmienda de la Constitución consagra el derecho de los estadounidenses a la tenencia de armas y el Tribunal Supremo siempre ha fallado en su favor frente a los intentos de algunos estados y ciudades por limitarlo.
Obama ha mantenido un notable silencio sobre la posesión de armas durante su mandato, mientras que su rival republicano en las elecciones, Mitt Romney, ha abogado por proteger el derechos a llevar armas ante la poderosa e influyente Asociación Nacional del Rifle.