Los inmigrantes latinoamericanos, cuyo  principal destino es España y Estados Unidos, han sufrido el impacto de  la crisis de forma más "severa", según un informe publicado hoy por la  Organización de Estados Americanos (OEA).
 El Sistema Continuo  de Reportes sobre Migración Internacional en las Américas (SICREMI)  publicó el primer Informe de Migración Internacional en las Américas,  elaborado junto a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo  Económico (OCDE) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe  (CEPAL).
 Según el informe, presentado por el secretario  general de la OEA, José Miguel Insulza, alrededor del 80 por ciento de  los emigrantes de las Américas viven en España y Estados Unidos, dos  países que han padecido los efectos de la crisis de forma  "especialmente" dura, lo que ha tenido fuertes repercusiones para este  colectivo.
 La cifra de trabajadores migrantes afectados por el  desempleo entre 2008 y 2009 en Europa y Estados Unidos fue del 13,8 por  ciento frente al 9,1 por ciento para los nacidos en el país, según  indica el informe, que asegura que durante los periodos de recesión los  extranjeros se ven "más severamente afectados" que los nacionales.
 Insulza explicó que esto se debe, en gran medida, a que los  inmigrantes trabajan en sectores "más dependientes a la variación  cíclica, como la construcción, el alojamiento y la alimentación" y la  renovación de sus contratos depende de las perspectivas económicas.
 Eso también ha tenido un impacto en el envío de remesas. Después de  varias décadas de crecimiento casi continuo, los flujos hacia los países  de América Latina y Caribe cayeron un 12 por ciento entre 2008 y 2009, y  no se recuperaron completamente durante 2010.
 Las remesas  desde Estados Unidos hacia México y El Salvador -las dos comunidades  latinoamericanas más numerosas en el país- disminuyeron un 18,6 por  ciento y un 4,2 por ciento, respectivamente.
 En el caso de  España, las remesas hacia Ecuador cayeron un 27 por ciento, desde los  1.280 millones enviados en 2007 a los 944 millones en 2010.
 El  informe señala que "sin duda costará un gran esfuerzo de recuperación  reabsorber todos los excedentes actuales de oferta de mano de obra".
 No obstante, a pesar de la "complicada" situación económica que  "persiste" en Estados Unidos y España, la tendencia a emigrar también  "persiste" y no se han registrado movimientos "significativos" de  retorno a los países de origen.
 En el acto de presentación del informe también  participaron el ministro de Gobernación, Policía y Seguridad Pública de  Costa Rica, Mario Zamora; el observador permanente adjunto de España  ante la OEA, José María de la Torre -país que promovió el informe-; y la  directora de la oficina de la CEPAL en Washington, Inés Bustillo, entre  otros.
 Zamora destacó el valor de este informe, que a partir  de ahora será anual, para evitar los "mitos, prejuicios y estereotipos"  con los que se ha tratado la inmigración y ayudar a enfocar "mejor" las  políticas públicas para adaptar los servicios a las necesidades sociales  de los migrantes.
 Por su parte, el representante español  destacó el importante papel de la inmigración en España y la "facilidad  de integración" de la comunidad latinoamericana con la que durante cinco  siglos "hemos compartido lengua, religión y un espíritu común".
 "No concebiríamos España sin inmigración", dijo y recordó que España,  con 42 millones de habitantes, tiene 7 millones de inmigrantes, que  suponen el 16 por ciento de la población.
 De la Torre aseguró  que en un futuro cercano Latinoamérica volverá a ser receptora de  inmigrantes "debido al importante desarrollo económico que está  experimentando en los últimos años". EFE