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Caracas convocó a su embajador en madrid

González reaparece y defiende su oposición ante Venezuela

Felipe González, expresidente de España, reapareció en un acto electoral del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Foto:  eldesconcierto.cl
Felipe González, expresidente de España, reapareció en un acto electoral del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Foto: eldesconcierto.cl
16 de abril de 2015 - 00:00 - Gorka Castillo. Corresponsal en Madrid

El ex presidente de España, Felipe González, ha roto dos tabúes esta semana. El primero, por aparecer en un multitudinario acto electoral del PSOE pese al creciente clamor de las bases del partido que pide su retiro definitivo. El segundo, por revelar públicamente que no votó por Pedro Sánchez, el actual líder socialista, en las elecciones internas celebradas el pasado año.

Para una formación que anda a la búsqueda de recuperar el voto de la izquierda perdido a favor de Podemos, las controvertidas revelaciones del ex presidente español son todo un síntoma de que las cosas no discurren por el camino ideal. A Pedro Sánchez no le gustó escuchar que Felipe prefiera a su rival Eduardo Madina como líder del PSOE, y a las bases disgustó tener que tolerar un mensaje demasiado anclado en posiciones ideológicas que todos creían superadas tras la debacle electoral del pasado año.

El tema que más escuece es la posición de González sobre Venezuela. El ex presidente acaba de sumarse al de otros ex mandatarios internacionales, entre ellos José María Aznar y Álvaro Uribe, que han redactado un documento exigiendo “libertad para los presos políticos y renovación de los poderes públicos”.

Felipe no tuvo reparos en explicar al auditorio su decisión de ser el abogado de políticos como Leopoldo López y Antonio Ledezma. “Porque soy demócrata”, justificó para, a continuación, acusar al Gobierno venezolano de haber “despilfarrado” millones de euros de los recursos que tiene el país mientras que ahora los ciudadanos tienen que usar “cartillas de racionamiento”. Lo que no citó fue su íntima relación con una de las mayores multinacionales energéticas de España, como es Gas Natural, con importantes intereses en Latinoamérica. Tampoco habló de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, para quien trabaja como asesor desde hace años. Estos pequeños detalles no pasaron desapercibidos para aquellos militantes históricos del PSOE que hoy ven a Felipe González como un “jarrón chino” que, más que ayudar, perjudica cualquier síntoma de recuperación que muestra el partido.

Pedro Sánchez recibió el mensaje con frialdad aunque le echó un tibio capote a su antiguo jefe al decir, con toda claridad y por dos veces, que se sentía “muy orgulloso de que defienda la libertad de los presos políticos en Venezuela. Estoy muy orgulloso como socialista y como español”.

Algunos representantes del PSOE aguantaron el tipo como pudieron ante la diatriba de Felipe contra el Gobierno de Caracas. Políticos como Pedro Zerolo, que a punto estuvo de ser candidato a la presidencia de la comunidad de Madrid, no se conformaron con evasivas sobre esta cuestión y al menos cuestionaron en privado el papel de Felipe defendiendo a los opositores. La secretaria general del PSOE negó que esté sopesando forzar al ex presidente a que reconsidere su decisión de meterse de lleno en el proceso venezolano. “Absolutamente”, fue la manera que tuvo el portavoz socialista sobre América Latina, Francisco Cabaña, de responder a la pregunta de los periodistas sobre si el PSOE considera que el encarcelamiento de López y Ledezma vulnera los principios de la democracia. “Es un atropello a las libertades impropio de un Estado democrático”, zanjó en el miércoles en el Congreso de los diputados.

Pero Venezuela no fue el único incendio provocado por Felipe González. También la formación Podemos que lidera Pablo Iglesias recibió su andana de críticas, como viene siendo habitual en los últimos meses. Siempre que puede, el ex mandatario del PSOE muestra su temor ante la “catástrofe” que, en su opinión, supondría el triunfo de “alternativas bolivarianas influidas por algunas utopías regresivas” en España. Sin embargo, esta vez fue más lejos al comparar a Iglesias con José María Aznar, aliado de George W. Bush en la invasión de Irak en 2003. “Se parecen mucho, por su lenguaje corporal y por cómo dicen las cosas”, sentenció.

La respuesta del líder de Podemos, cuya tendencia al alza de votos parece haberse estancado en las últimas semanas, no se hizo esperar. Visiblemente molesto, Iglesias ha replicado con una comparativa profesional de los dos ex presidentes españoles donde refleja la trayectoria que ambos han seguido al frente de poderosas empresas multinacionales. “Los dos son favorables a los consejos de administración y ambos son partidarios de una manera de hacer política contraria a los intereses de la gente”, aseguró. Mientras tanto, Felipe González ha regresado otra vez a las sombras, algo que agradece el líder socialista Pedro González y buena parte de su militancia, ansiosos por borrar el perfil liberal que sus antecesores mostraron en la antesala de su derrota electoral. Ahí estará hasta que alguien pida su opinión. (I)

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