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El Telégrafo
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Desde 2012, cuando se fue el joven, solo ha podido enviar $ 100 a sus padres

Geovanny verá a sus padres en 2 semanas (Galería)

Los padres de Luis, Luz María Gonzales (i) y Manuel Perugachi,(c) cuidan una propiedad en Otavalo, Imbabura. Foto: Santiago Aguirre/ El Telégrafo
Los padres de Luis, Luz María Gonzales (i) y Manuel Perugachi,(c) cuidan una propiedad en Otavalo, Imbabura. Foto: Santiago Aguirre/ El Telégrafo
23 de agosto de 2014 - 00:00 - Andrea Rodríguez/Alejandro Tapia

Otavalo/Santiago.-

Desde que Luis P. se despidió de su familia en la parroquia de Peguche, del cantón Otavalo, para ir a trabajar a Santiago de Chile, han transcurrido 24 meses. Hoy tiene 16 años y en 2 semanas, según lo previsto, volverá al país para reencontrarse con sus padres y 5 hermanos.  

Este joven proviene de una familia humilde que, desde hace 6 años, vive en el sector Quinchuquí, en Peguche. Llegó a Chile el 5 de agosto de 2012 y  fue llevado por una pareja de ecuatorianos, Luis Alberto Maldonado Santacruz y María Rosa Córdova Farinango, con la promesa de un trabajo que le reportaría $ 50 mensuales, lo que serviría para ayudar a sus padres, pero el menor nunca recibió ni un centavo. Fue esclavizado durante 2 años, maltratado y obligado a trabajar como vendedor ambulante.  

Desde que viajó solamente su hermana Jéssica, de 19 años, ha podido comunicarse con él, a través de la red social Facebook. Hace menos de un año la joven consiguió abrir una cuenta en esta plataforma para estar en contacto con él. “Aquí cerquita hay un cyber donde puedo hablar con él por Facebook”, comentó a EL TELÉGRAFO.

Jéssica cuenta que su hermano viajó a Chile cuando tenía 14 años,  en compañía de Luis Alberto Maldonado, propietario de una casa en el sector Quinchuquí, en la parroquia Peguche. Su propósito era trabajar y enviar dinero para ayudar a sus padres, quienes tienen discapacidad auditiva, lo que les impide hablar. Maldonado convenció a su familia de que el adolescente tendría mejores oportunidades en Chile y pidió la autorización de ellos para llevarlo a dicho país. “Una prima trabajaba cuidando la casa de este señor y por eso lo conocimos”, menciona.

Maldonado llevó a los padres de Luis -Luz María Gonzales Quishpe y Manuel Perugachi- a Ibarra para que dieran su autorización en una notaría. Una vez cumplidos todos los trámites para que pudiera salir del país, Luis guardó sus pocas pertenencias en una pequeña mochila y partió hacia destino incierto.

Desde que Luis está en Chile su familia solo ha recibido $ 100. Jéssica cuenta que un familiar cercano les hizo el favor de traerles el dinero que su hermano envió, a través de una transferencia bancaria.  

Hace un par de días Jéssica habló con él y este le contó que “lo estaban maltratando mucho”. Intentó preguntarle cómo estaba, pero él se limitó a decir que pronto llegaría para hablar con ella y sus hermanos. “Al principio me llamó al teléfono y yo no tenía batería. Y después me fui al Facebook”. Luis tenía planeado permanecer 4 años en Chile porque su sueño era reunir dinero suficiente para comprar un terreno en Peguche y “construir una casita para toda la familia”. Según Jéssica, Maldonado se dedica a la comercialización de collares, pulseras y ropa en Santiago de Chile, un negocio en el que también están involucradas sus hijas. Hace un año, recuerda esta joven, su hermano le comentó que estaba “bien enseñado en Chile”.                   

Óscar Perugachi, funcionario de la Junta Cantonal de Protección de los Derechos de la Niñez y Adolescencia de Otavalo, indica que el alcalde y sus autoridades están atentos al retorno de Luis. Afirmó que desde que se conoció del caso de este joven, a través de los medios de comunicación, han realizado un seguimiento pormenorizado, en coordinación con el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).       

Perugachi explica, además, que está previsto aplicar la “custodia de emergencia” que contempla atención especializada para garantizar la estabilidad física y emocional del adolescente. “Realizaremos un acompañamiento a Luis siempre en coordinación con el MIES”, acotó. Mientras tanto, sus padres están a la espera de la llegada de su hijo.  Jéssica se comunica con ellos por medio de señas y ellos saben que Luis vendrá en dos semanas. “Quiero que mis padres reciban el bono por incapacidad. Hasta ahora no les han dado nada. Cuando venga mi hermano haremos los trámites”, dijo Jéssica, quien trabaja planchando bufandas y telares en la zona de Peguche.

Demanda por trata de personas  

Según se desprende de la querella presentada esta semana por el Instituto Nacional de Derechos Humanos en Chile (INDH), a la que obtuvo acceso EL TELÉGRAFO, Luis ingresó a Santiago en calidad de turista. Luis Maldonado y María Córdova fueron quienes lo trasladaron e internaron dolosamente. Los imputados, que actualmente cumplen arresto domiciliario, entraron a territorio chileno a través del paso fronterizo de Chacalluta, en el extremo norte del país, en la frontera con Perú.    

Durante los últimos 2 años, Luis permaneció retenido. El hecho salió a la luz cuando un comerciante de la comuna Estación Central observó a Luis sucio y maltratado y denunció el caso, entonces (el mes pasado) la pareja fue arrestada. Ambos fueron imputados por la justicia chilena por el delito de “trata de personas con fines de explotación laboral”, un delito que en Chile puede ser sancionado con prisión de entre 10 y 15 años.

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