Fujimori y Kuczynski intercambian acusaciones
No se guardaron nada. Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski, candidatos a la Presidencia de Perú, intercambiaron ideas y acusaciones en el primer debate previo a las elecciones programadas para el próximo 5 de junio.
Realizado la noche del pasado domingo en la ciudad de Piura, el debate tuvo 5 ejes específicos: visión del país, descentralización y reordenamiento territorial, potencialidades y competitividad regional, recursos naturales y conflictos sociales, e infraestructura, alrededor de los que cada candidato desarrolló su visión particular a poner en práctica en caso de alcanzar el poder ejecutivo en este país.
Kuczynski, quien inició la ronda de intervenciones, se mostró como un convencido del trabajo por Perú, y lo ligó a una vocación aprendida de sus padres. Apuntó -además- que, en síntesis, su visión del país implica guardar lo bueno y desechar lo malo: “Lo bueno que tenemos es nuestra naturaleza, nuestras poblaciones originarias y nuestra geografía maravillosa. Y lo que tenemos que desechar es el narcotráfico, falta de servicios básicos, el pésimo nivel de educación”.
El candidato resaltó durante la intervención su propuesta de bajar en tres puntos el Impuesto General a las Ventas (IGV) y crear federaciones de agroexportadores para fortalecer el papel del Estado en el apoyo a este sector.
Keiko arremete contra gobierno de Ollanta Humala
La intervención de Keiko Fujimori, en cambio, incluyó una dura crítica a los resultados que deja el gobierno de Ollanta Humala en temas de seguridad y justificó la propuesta de aplicar “mano dura” para enfrentar a la delincuencia.
“Miro hacia el futuro con fe y con esperanza porque estoy segura de que conseguiremos un Perú libre de violencia política”, manifestó la candidata.
Fujimori defendió su modelo de reordenamiento territorial que otorga mayor presupuesto a los gobiernos locales, y elimina una serie de instancias burocráticas para el reparto equitativo de los ingresos nacionales.
La mecánica del debate permitió que detrás de cada intervención de los candidatos, un comentario o repregunta fuera emitido por su contrincante. Eso activó más de una polémica observación y, en los momentos más críticos del enfrentamiento, hasta acusaciones que incluyeron al entorno político de cada uno. El recuerdo de los casos de corrupción en el Estado es porque la institucionalidad se vino abajo a partir del golpe de 1992.
Para Keiko Fujimori, la “pesada mochila” que dijo cargar al inicio de la campaña electoral no ha perdido ni uno solo de sus gramos. El recuerdo de lo actuado por su padre la ha seguido como una sombra que asfixia. Kuczynski se encargó de recordarle, en ese sentido, que la centralización actual que vive el país es un legado de los gobiernos fujimoristas, que si existe tal riesgo de penetración del narcotráfico en el Estado es porque la institucionalidad se vino abajo a partir del autogolpe de 1992, sentenciando -además- que Keiko no ha dejado de ser el espejo de todos estos eventos.
Los contragolpes de la candidata fujimorista tuvieron como tema principal su juventud y amplio conocimiento del país. Culpó directamente a Kuczynski de estar rodeado de estafadores de tierras y acusados de corrupción, y recalcó que al debate había asistido ella y no su padre.
Sin embargo, las acusaciones más graves atendieron al tema del narcotráfico y lavado de activos. Bajo esa perspectiva, Fujimori, cuyo secretario general, Joaquín Ramírez, fue recientemente vinculado a una investigación en curso de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), recalcó que se encargaría de investigar hasta las últimas consecuencias a sus seguidores y que no utilizará la justicia, en caso de llegar a la presidencia, para beneficiar a ninguna persona de su familia o entorno cercano.
De acuerdo con Ipsos-Perú, los candidatos llegaron al debate con una diferencia que ya empieza a marcarse, apenas a dos semanas de las elecciones. Keiko Fujimori obtuvo, en el último sondeo, 46% de la preferencia popular, mientras que Pedro Pablo Kuczynski alcanzó el 41%, dejando por fuera la opción al empate técnico que se mantuvo hasta hace una semana.
“Agradezco los resultados de esta encuesta, pero los tomo con mucha prudencia”, dijo Fujimori el domingo. (I)
