Estibadores paralizan puertos contra las reformas en España
Los sindicatos de estibadores españoles lograron ayer paralizar la actividad en los 46 puertos mercantes del país en el primero de los 8 días de huelga que han convocado contra la liberalización del sector decretada por el gobierno hace dos semanas. El éxito de la jornada de protesta fue tal que la principal compañía de transporte marítimo del mundo, la danesa Maersk, comenzó ayer a desviar las rutas de infinidad de buques que tenían previsto su llegada a Algeciras, Valencia o Barcelona a puertos extranjeros alternativos como el marroquí de Tánger, el portugués de Sines e, incluso, Port Said, en Egipto. Para España, un país con 8.000 kilómetros de costa por donde se efectúa el 53% de su comercio exterior con la UE y el 96% con el resto del mundo, el 1,1% del PIB español, la huelga es como un torpedo en la línea de flotación de la economía nacional.
Los sindicatos, liderados por la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar (Cetm), aseguran que el conflicto tiene su origen en la falta de previsión de la patronal y del ejecutivo para acometer una reforma que pone en riesgo el empleo de 6.150 estibadores que hoy trabajan en las dársenas de los puertos españoles. “No se comprometen a garantizar el empleo, ni a subrogar al personal a otras empresas que lleguen tras la liberalización del sector ni en qué condiciones lo harán”, explicó ayer el responsable del sindicato socialista UGT Estiba, Israel Ruiz. Según fuentes sindicales, la jornada de protesta bloqueó por completo un puerto como el de Algeciras, que el pasado año bajo el monopolio de las sociedades anónimas de gestión de Estibadores Portuarios (Sagep) pulverizó un nuevo récord en el tráfico de mercancías nacional al llegar a manipular 102,8 millones de toneladas y 4,76 millones de contenedores de 20 pies (TEU), un 4,7% más que en 2015 y el doble de la alcanzada en 2001
El origen del conflicto se remonta a principios de año cuando el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, decidió poner fin al control de la Sagep, que hasta ahora obligaba a que las empresas operadoras se integrasen en sus dársenas y contratasen a los estibadores integrados en ella, según establece la Ley de Puertos. La nueva ley aprobada por el PP con el apoyo de todos los partidos liberales del Congreso contempla una reforma progresiva del sector para los tres próximos años con el objetivo de ir sustituyendo libremente primero a un 25% de la actual plantilla, después al 50% y finalmente al 75% de los estibadores.
La Cetm considera que esa fórmula acabará con sus derechos laborales y otorgará un motivo encubierto para despedir a la mayoría de los trabajadores actuales. La patronal ha acusado a los estibadores de tener las condiciones laborales más ventajosas de Europa, con salarios que en ningún caso son inferiores a los 60.000 euros anuales de media, según datos del ministerio español de Fomento.
Precisamente, un informe sobre la rentabilidad futura de la estiba en España encargado por el Gobierno a una consultora privada aconseja reducir los salarios en un 60% y aumentar la carga de trabajo un 21%, además de terminar con los obstáculos actuales que impone la Cetm en materia de contratación . Las 13 mayores operadoras agrupadas en la Plataforma de Inversores en Puertos Españoles (PIPE) ya trasladó al ejecutivo su propuesta de reforma hace un mes y uno de sus puntos principales era fijar los salarios en todo el sector de la estiba en 26.934 euros y aumentar en 300 horas anuales la jornada de trabajo individual.
La respuesta sindical fue la esperada: habrá un verano caliente en la costa española. Al paro nacional de ayer le seguirán otros el 7, 9, 19, 21 y 23 de junio mientras que el 14 y el 16 de están previstas huelgas ininterrumpidas de 48 horas.
