Este año, el mundo celebra medio siglo de la revolución de los jóvenes
En este 2018 se cumplen 50 años de mayo del 68 y de otros hechos históricos en el mundo. Estados Unidos acumuló fracasos en Vietnam, la juventud se echó a la calle en Berlín, París y México y Checoslovaquia desafió a Moscú. Fue un año de revueltas y esperanza que más de una vez acabó en desilusión.
Vietnam
Desde 1961, y sobre todo en 1964, Estados Unidos movilizó una gran cantidad de fuerzas para ayudar al régimen en el poder en Vietnam del Sur. Ese fue un escenario de la guerrilla del Vietcong, apoyada por el comunista Vietnam del Norte. A finales de enero, coincidiendo con el Año Nuevo lunar, Vietcong y Vietnam del Norte atacaron cientos de localidades del Sur, entre ellas Hué y Saigón.
Jóvenes rodean los tanques soviéticos durante la llamada Primavera de Praga, en la antigua Checoslovaquia. Foto: AFP
Esta ofensiva demostró la fortaleza de la guerrilla frente a los colosales medios de guerra de Estados Unidos, lo que restó credibilidad al gobierno del presidente Lyndon Johnson.
A finales de marzo, Johnson anunció un cese parcial de los bombardeos estadounidenses contra el Norte. En mayo, se abrieron negociaciones en París. Fue el comienzo del largo proceso que desembocó en 1976 en la reunificación de Vietnam bajo un gobierno comunista.
La rebelión de los jóvenes
A mediados de los años 1960, los campus universitarios de Estados Unidos y de Europa eran el catalizador de las denuncias contra la guerra de Vietnam bajo el eslogan “US go home!”.
En 1968, el movimiento se amplió a una puesta en entredicho global de la sociedad. A las críticas al capitalismo (a menudo acompañadas por una fascinación por la China comunista) se añadieron nuevas reivindicaciones: libertad sexual, feminismo, ecología. Los eslogan de esa época, que se pintaron en las paredes, resumen todo el sentimiento de los jóvenes: “Es prohibido prohibir”. O “Dios: sospecho que eres un intelectual de izquierdas”. Ambos
Los jóvenes rebeldes arremetieron contra la sociedad de consumo.
En Alemania, un intento de asesinato el 11 de abril del líder estudiantil Rudi Dutschke, herido de bala, desató una revuelta en Berlín que se acabó extendiendo a decenas de ciudades alemanas.
En Francia, la universidad de Nanterre, cerca de París, fue la punta de lanza de la agitación. La cerraron en abril, pero en la noche del 10 de mayo, los disturbios se convirtieron en insurrección en la capital.
Dos días más tarde, los obreros se sumaron a la revuelta y una huelga general paralizó el país durante varias semanas.
El general De Gaulle, presidente de Francia, disolvió la Asamblea Nacional, el 30 de mayo. Sus partidarios celebraron una manifestación multitudinaria ese mismo día y ganaron las elecciones legislativas de junio.
El movimiento se propagó y llegó a Italia, Turquía y Japón y varios países latinoamericanos.
En México, las fuerzas de seguridad mataron el 2 de octubre a numerosos estudiantes (33, según las cifras oficiales, y entre 200 y 300, según testigos extranjeros).
Fue poco antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos, en los que dos deportistas negros estadounidenses subieron al podio con el puño en alto en protesta contra el trato a su comunidad en Estados Unidos.
Derechos cívicos
1968 fue un año trágico para los militantes contra la segregación racial en Estados Unidos. El pastor negro Martin Luther King, premio Nobel de la Paz en 1964, fue asesinado el 4 de abril por un segregacionista blanco en Memphis (Tennessee). Pero quedó en la memoria colectiva su discurso al pie del Capitolio, en Washington: “Tengo un sueño (...)Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: “Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales”, dijo el reverendo.
Los disturbios llegaron a grandes ciudades como Washington. Poco después, el presidente Johnson firmó una de las últimas leyes sobre los derechos cívicos reclamada por Luther King, la de la segregación en el acceso a la vivienda.
Otro asesinato estremeció Estados Unidos el 5 de junio en Los Ángeles, el del senador Bob Kennedy la noche de su victoria en las primarias demócratas de California. Recibió varios disparos a bocajarro efectuados por el palestino Sirhan Sirhan. Era hermano de John F. Kennedy, asesinado en 1963.
La Primavera de Praga
También son 50 años de la Primavera de Praga, que fue impulsada por escritores y movimientos sociales. Milan Kundera y el futuro presidente checo Vaclav Havel pidieron al Partido Comunista (PC) garantizar la libertad de expresión en ese país, que es uno de los tesoros artísticos de la ex Europa del Este. Así abrieron camino hacia la libertad
Los vientos de revuelta no soplaron solo en Occidente. En Checoslovaquia, Alexander Dubcek, nombrado a la cabeza del partido comunista en enero, probó un “socialismo de rostro humano” y liberalizó el régimen.
Pero Moscú no aceptó esta Primavera de Praga y el 21 de agosto envió los tanques del Pacto de Varsovia para invadir el país. Hubo que esperar 20 años para ver resurgir la esperanza.
El martirio de Biafra
En el verano de ese año, las imágenes de niños muriendo de hambre en la provincia secesionista nigeriana de Biafra estremecieron al mundo.
El conflicto y sobre todo el bloqueo impuesto por la administración central causaron más de un millón de muertos, principalmente de hambre y de enfermedad, entre 1967 y 1969.
La intervención de algunos médicos franceses marcó el comienzo de un nuevo tipo de cooperación humanitaria con la creación en 1971 de Médicos Sin Fronteras. (I)
Un ecuatoriano llegó a París 2 años después de las protestas
Francisco Aguirre hizo sus maletas y se fue a estudiar a París. Era 1970, es decir, dos años después de Mayo del 68, que fue el movimiento social más importante de obreros y estudiantes en Francia. Ellos lograron paralizar ese país, pues hubo 9 millones de personas que dejaron de trabajar en los servicios públicos (telefonía, transporte) y fábricas. Ellos pedían menos horas de trabajo e incremento de sueldos. Este movimiento se extendió a Alemania, Italia, Checoslovaquia, en Europa; y a Brasil y México en Latinoamérica. Para él no se trató únicamente de un movimiento universitario como dicen. Fue mucho más allá de eso, fue una ruptura en el corazón de la sociedad.
Aguirre tenía a su hermano mayor, quien era su referente en la capital francesa. Él explica por qué nació Mayo del 68.
Las causas están en el plano social, económico y cultural. Por ejemplo, los estudiantes condenaban el imperialismo americano frente a la atrocidad de la guerra de Vietnam. Se oponían a la degradación de las condiciones materiales de las universidades: edificios e infraestructura. Denunciaban la rigidez del poder y reivindicaban mayor libertad individual. Además, cuestionaban la miseria de los suburbios y la sociedad de consumo, explica. También demandaban que cese el autoritarismo de los jefes y derogar los decretos presidenciales sobre la seguridad social, agrega. Él explica que los obreros arrastraban una mala calidad de vida desde los años treinta, la época de la depresión económica hasta después de la II Guerra Mundial, donde se deteriora la situación, baja el salario y aumenta el desempleo.
Aguirre estudió francés y a los seis meses ya lo dominaba. Eligió las carreras de Sociología y Demografía. También hizo radiodifusión en Radio France International (RFI).
Él constató que la situación de los obreros había mejorado porque el salario aumentó el 30% a raíz de las manifestaciones. Ellos, además, consiguieron una cuarta semana de vacaciones pagadas. la vida de los estudiantes había cambiado. Tenían libertad para expresarse, sentarse donde quiera, comer o salir de las aulas. Antes de Mayo del 68, los universitarios de la Sorbona se dirigían a sus docentes en tercera persona.
Aguirre miraba esos cambios pero no podía meterse en política porque era extranjero y tenía prohibido. Además porque tenía una “carte de sejour” (permiso de permanencia), de 15 años.
Él tiene sus conclusiones sobre Mayo del 68: marcó la historia de Francia, fue una apertura importante en la cultura y en el diálogo mediático y social, señala. Allí, según él, se tomó conciencia de la sociedad moderna pero, sobre todo, fue un cuestionamiento a la sociedad de consumo, concluye. (I)
