Desde las 9:30, residentes cubanos, funcionarios del gobierno y simpatizantes ecuatorianos llegaron a la Embajada de Cuba en Quito para expresar su solidaridad por el fallecimiento de Fidel Castro, quien fue el líder de la Revolución Cubana. “Esta es una pérdida irreparable para el pueblo cubano, para todas aquellas personas que en el mundo aman la libertad, la independencia, y que han seguido a la revolución desde 1959, y después. Fidel hizo el bien a mucha gente; muchas personas han abierto sus ojos a las letras gracias al comandante en jefe, otros han abierto los ojos a la vida”, dijo Rafael Dausá, embajador de Cuba en Ecuador, quien recordó que en su país se decretaron 9 días de duelo nacional, y que el 28 y29 de noviembre habrá homenajes a Castro en la Plaza de la Revolución.

Las cenizas de Fidel Castro serán enterradas en el Cementerio de Santa Ifigenia, de Santiago de Cuba, el 4 de diciembre, según Dausá. “Pese al dolor, hay mucha satisfacción de observar la reacción tan linda del pueblo ecuatoriano ante la muerte de Fidel; hemos recibido llamadas de solidaridad, de tristeza, desde la mañana. Han llamado compañeros de los más disimiles sectores sociales: campesinos, movimientos indígenas, compañeros del gobierno, compañeros de la Solidaridad Cubana, residentes, y diplomáticos”, dijo el embajador, quien abrió un libro de condolencias para que la gente manifieste su solidaridad.

Entre los ecuatorianos que llegaron a la embajada estaba José Lenin Chuquizala, un médico que se formó por 12 años en cirugía general en Cuba. “Me formé en un país que me brindó lo que no tenía acá, educación. Cuba también me ayudó a formarme como ser humano, a comprender la situación económica y social de América Latina, por eso siento la pérdida de Fidel”, manifestó Chuquizala, quien ahora es director del Hospital Básico de Antonio Ante, en Imbabura.

También llegó a la embajada Alfredo Vera, exministro del Interior, quien anunció que el próximo sábado 3 de diciembre, a las 12:00, en la Capilla del Hombre, se hará un homenaje a Fidel Castro, pues “él fue quien inauguró ese espacio y prendió la llama eterna junto con Hugo Chávez. Los dos vinieron a la inauguración de la Capilla y ese es el sitio ideal para rendirle homenaje”.

La quiteña Úrsula Dután, de 60 años, cargando permanentemente una bandera de Cuba, se solidarizó con la muerte de Fidel Castro, pues “gracias a él mis tres hijos pudieron estudiar medicina y ahora son profesionales médicos”.

En la embajada también estuvieron la asambleísta María José Carrión y el historiador Juan Paz y Miño. (I)