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En Egipto, en medio de la crisis liberan a Mubarak
El Cairo.- Un tribunal egipcio ordenó ayer la libertad condicional del expresidente Hosni Mubarak, derrocado en 2011 por una rebelión popular, creando nuevos factores de tensión en un país sacudido por la caída de su sucesor islamista Mohamed Mursi y una ola represiva que la semana anterior dejó más de mil muertos.
Se ignora si el gobierno instalado por los militares cumplirá el dictamen judicial, pero incluso si lo hace, el hombre que gobernó Egipto con mano de hierro durante más de tres décadas tendrá que dar explicaciones a la justicia por denuncias de corrupción y de asesinato de manifestantes, con una primera comparecencia el próximo domingo.
Se ignora si el gobierno militar cumplirá el dictamen judicial a favor de Hosni Mubarak“El abogado de Mubarak, Farid al Dib, había apelado la sentencia y el lunes predijo la liberación de su cliente. Nadie le creyó. Todos pensaron que los jueces no iban a tomar una decisión tan delicada en tan poco tiempo. Pero ayer fue una comisión de jueces a la cárcel de Tora, donde se encuentra detenido Mubarak, revisaron el proceso y decretaron su liberación a pesar de que hay otros juicios pendientes. El diario gubernamental Al Ahram informó en su página web que el dictador permanecerá detrás de las rejas por otras 48 horas a la espera de que la Fiscalía tenga tiempo de recurrir la decisión. Pero ahora ya todos están convencidos de que antes del primer rezo del viernes Mubarak será un hombre libre”, reportó desde El Cairo el corresponsal del diario argentino El Clarín, Gustavo Sierra.
El grupo juvenil Tamarrud (Rebelión), instigador de las protestas previas al golpe de estado que el 3 de julio depuso al presidente Mursi, rechazó que Mubarak saliera de la cárcel. En un comunicado, el movimiento exigió al presidente, Adli Mansur, y al primer ministro, Hazem al Beblaui, que no lo excarcelen porque su liberación supone un “peligro para la seguridad egipcia”.
Continúa la represión
En tanto, el nuevo régimen militar asestó ayer nuevos golpes a los partidarios de Mursi con las detenciones de Safwat Hegazy, un influyente predicador, y Murad Ali, portavoz del Partido de la Libertad y la Justicia (PLJ), vitrina política de los Hermanos Musulmanes, la cofradía del mandatario depuesto. Pero se vio sometido a presiones externas por la decisión de la Unión Europea (UE) de suspender la venta de armas y de material de seguridad a Egipto, debido a la represión.
Los 28 países de la UE decidieron “suspender las licencias de exportación de todos los equipos que puedan ser utilizados en la represión interna”, según el documento de conclusiones de la reunión de cancilleres del bloque en Bruselas.
Desde el golpe que derrocó a Mursi, las fuerzas de seguridad decretaron el estado de emergencia y detuvieron a miles de simpatizantes de los Hermanos Musulmanes, incluyendo a su Guía Supremo, Mohamed Badie, capturado el martes. Y el 14 de agosto dispersaron brutalmente dos campamentos islamistas instalados en plazas de El Cairo desde hacía más de un mes. La intervención, duramente resistida, dejó un saldo de más de 600 muertos en el día más sangriento de la historia reciente de Egipto.
El balance aumentó en los días siguientes a más de 1.000 muertos, incluyendo a 37 islamistas que se hallaban detenidos y que según las autoridades intentaron fugar.
Por su lado, las fuerzas de seguridad, el lunes, perdieron 25 efectivos en un atentado con cohetes en la península del Sinaí. En total 45 uniformados murieron en los últimos días en esa región, limítrofe con la franja de Gaza.
En el plano diplomático, Arabia Saudí reafirmó su apoyo a Egipto y pidió, poco antes del inicio de la reunión de cancilleres de la UE, que la comunidad internacional respalde a las nuevas autoridades egipcias. “Esperamos que la comunidad internacional apoye los esfuerzos del gobierno egipcio para restablecer la seguridad, la estabilidad y la prosperidad y se abstenga de cualquier medida que impida esos esfuerzos”, declaró el príncipe Saud al Faysal.
Asimismo, las nuevas autoridades egipcias trataron de no dar tanta importancia a las amenazas de sanciones financieras de Estados Unidos ($1.500 millones anuales, en gran parte destinados a las Fuerzas Armadas). Suspender esa ayuda “sería una mala señal y afectaría gravemente a las fuerzas militares por algún tiempo”, admitió el primer ministro interino, Hazem Beblawi, al canal de televisión ABC News. Pero “no olvidemos que Egipto acudió a las fuerzas militares rusas y sobrevivimos. Así que no es el fin del mundo”, agregó.