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El régimen de Birmania promete transferir el poder "pacíficamente"
El gobierno saliente en Birmania prometió el miércoles "transferir el poder pacíficamente" si se confirma la victoria de la opositora Aung San Suu Kyi en las históricas elecciones del domingo.
"Como gobierno, nos sometemos a la elección de los electores, y transferiremos el poder pacíficamente", anunció el ministro de Información, Ye Htut, en un comunicado oficial.
"La Liga Nacional para la Democracia (LND) ha ganado en varios lugares, felicitaciones por ello" añade el comunicado, en el que se precisa que se producirán "conversaciones" tras la publicación de los resultados definitivos, que aún pueden tardar varios días.
Aung San Suu Kyi pidió esas conversaciones para la próxima semana a los dirigentes del país, herederos de la junta que la confinó durante 15 años bajo arresto domiciliario.
"Los ciudadanos han expresado su voluntad en las elecciones", escribió Suu Kyi este miércoles en una carta al jefe del Ejército, Min Aung Hlaing, al presidente Thein Sein y al influyente presidente del Parlamento, Shwe Mann.
Sein, exgeneral de la Junta autodisuelta en 2011, respondió ofreciéndole una "reunión bilateral cuando termine el proceso electoral".
Los resultados de las elecciones caen con cuentagotas pero la LND ya es considerada como la gran vencedora.
La Liga ha conseguido 134 de los 323 escaños de la cámara baja del Parlamento (contra 8 la USDP, el partido en el poder), y 77 de los 168 de la cámara alta (cuatro la USDP), según los últimos resultados parciales divulgados este miércoles.
La premio Nobel de la Paz, un ícono en su propio país, ha conservado en su circunscripción electoral de Kawhmu el escaño de diputada que conquistó en las legislativas parciales de 2012, en las que la LND ya arrasó, y que supuso una primera prueba democrática para el régimen de transición.
Así, una alternancia está teóricamente en marcha, pero los seguidores de Suu Kyi están inquietos por la posible respuesta del ejército a una derrota anunciada en las urnas.
También hay sospechas en torno a la lentitud -posiblemente deliberada- de la comisión electoral, en un país donde la administración sigue copada ampliamente por funcionarios con un pasado militar.
En las últimas elecciones nacionales consideradas libres, en 1990, la junta dejó que la LND participara y ganara, pero los resultados no fueron reconocidos.
Después de décadas de poder militar y luego de dominación de los herederos de la junta después de las reformas lanzadas en 2011, la victoria de la LND va a suponer una revolución completa e inédita en la vida política birmana. (I)