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La tasa de abstención fue un 30,4%, una cifra que colaboró para la victoria de los oficialistas

El PP gana con holgura las elecciones en España, pero no tiene mayoría absoluta

Los seguidores del PP celebraron la victoria alcanzada ayer en los comicios generales en Madrid. Ahora Mariano Rajoy debe buscar los votos para su investidura.
Los seguidores del PP celebraron la victoria alcanzada ayer en los comicios generales en Madrid. Ahora Mariano Rajoy debe buscar los votos para su investidura.
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El cambio propuesto por la coalición izquierdista Unidos Podemos para España deberá esperar una mejor ocasión. Los resultados de las elecciones generales celebradas ayer rompieron todos los pronósticos y dejó al partido de Pablo Iglesias a los pies de los caballos. Ni siquiera lograron superar al PSOE que, con 85 escaños, quedó a 5 diputados de obtener los mismos representantes que en los comicios celebrados en diciembre.

Pero el gran triunfador de ayer fue el gobernante Partido Popular de Mariano Rajoy. La derecha superó todas las expectativas al lograr 137 diputados, 14 más que en las últimas elecciones, 8 de los cuales vuelven a recuperarlos de la sesión realizada en diciembre al emergente Ciudadanos de Albert Rivera, cuyos pésimos resultados, 32 representantes en el Congreso frente a los 40 de diciembre, dejan su futuro político al borde del precipicio.

Además, la jornada electoral ratificó que el bipartidismo no está agotado y que la baja participación registrada, el 30,4% de la ciudadanía se abstuvo, volvió a beneficiar al PP cuya militancia demostró una fidelidad a sus colores a prueba de bombas.

Rajoy fue ayer el indiscutible vencedor de los comicios y aunque no logra ni de lejos acercarse a los 176 escaños que marcan la frontera de la mayoría absoluta, su proyecto sale reforzado sin ningún tipo de discusión. La alegría en la sede central de los populares en Madrid, un complejo que se encuentra intervenido judicialmente por irregularidades contables de primera magnitud, fue inmensa. Nada ha detenido su impetuosa marea. Ni los incontables casos de corrupción descubiertos, ni las conversaciones secretas del ministro del Interior conspirando contra sus rivales políticos. Por supuesto, tampoco ha servido el discurso de descabalgar a Rajoy del poder que el resto de fuerzas repiten, con matices, como un mantra desde diciembre pasado.

Para la derecha comienza ahora otra difícil tarea, como es convencer a sus acérrimos rivales que apoyen la investidura de Rajoy como presidente del Gobierno español para los próximos cuatro años.

El PP mira al PSOE, cuyos resultaron fueron felices para Pedro Sánchez por dos motivos. El más importante es no ser sometido por el arrollador empuje que a priori todos auguraban a Unidos Podemos. La otra satisfacción para Sánchez llegó de Andalucía, donde su enconada rival dentro de la dirección del partido, Susana Díaz, sufrió su primera derrota a manos del Partido Popular.

Este dato neutraliza cualquier posibilidad de cambio de líder en los socialistas y refuerza la imagen de Sánchez como principal figura opositora en el futuro Parlamento. Su sorprendente capacidad para aguantar el empuje de Unidos Podemos, no solo incapacitado para superar los números logrados por el PSOE en España, sino que ni siquiera llegó a intimidar a los socialistas durante la noche, cancela por el momento las ambiciosas aspiraciones de la formación de Pablo Iglesias, que ahora se apresta a reflexionar la viabilidad de su unión con Izquierda Unida.

Las caras que se veían en el teatro Goya, centro de operaciones de Unidos Podemos en Madrid, eran de enorme decepción. El propio Iglesias reconoció el fracaso con un rotundo “los cambios son lentos y el que proponemos deberá esperar”. Sin embargo, la formación morada logró simbólicos triunfos en Euskadi, Navarra y Cataluña, 3 territorios clave para quien gobernará y dirigirá la articulación política de esta nueva España. No así en Galicia, donde En Marea se diluyó en el oleaje del océano Atlántico.

Nadie puede asegurar cuáles serán los planes de negociación que en las próximas semanas asumirá Mariano Rajoy. Lo más probable es que el líder derechista, reforzado por su resultado electoral, tocará a la puerta de Ciudadanos aunque todavía le faltará, al menos, 5 votos más para superar la frontera de los 176 que marcan la mayoría absoluta. No resultará difícil conseguirlo para el PP. Quizá el representante canario y la abstención consignada de algún diputado díscolo de los socialistas en segunda votación, la que permite ser presidente por mayoría simple, será más que suficiente.

España amanece con la seguridad de que el bipartidismo regresó y de que el ‘PPXit’, la salida de Rajoy del poder que muchos daban por seguro, esperará otros 4 años. Pero tampoco para la derecha será sencillo porque una nueva era comienza. (I)

Ciudadanos no recibieron las papeletas para ejercer su derecho al voto

Españoles radicados en Guayaquil se quejaron en exteriores del consulado

René Rodríguez llegó desde Durán al centro de Guayaquil para participar de los comicios electorales españoles. Él está empadronado, sin embargo no pudo sufragar. “La semana pasada me llegó un correo electrónico diciendo que podía acercarme a votar pero nunca me llegó el sobre -los empadronados recibieron un sobre con las papeletas electorales en su casa, esto tras el ‘voto rogado’-, ahora tengo más de una hora esperando y nadie nos da solución”.

Son casi las 11 de la mañana y Jessenia Daul, también se queja por no poder ejercer su voto. Ella llegó desde Machala y le acaban de informar que debe acercarse a una agencia de viajes que le efectúe este trámite. Hasta el sábado los 32.455 españoles empadronados en los consulados de Quito y Guayaquil, no recibían sus papeletas.

Antes de 2011 los emigrantes recibían automáticamente en sus domicilios en el extranjero toda la documentación electoral, pero tras la reforma legal, los que quieran votar tienen que solicitarlo a través del consulado enviando un formulario a la junta electoral que les corresponde vía correo, fax o internet. Este proceso se conoce como ‘ruego del voto’.

En la capital, ayer también se reunió un grupo de ciudadanos españoles residentes en Quito, seguidores de la coalición Unidos Podemos, quienes observaron el desarrollo de las elecciones de su país y se resignaron ante los resultados. (I)

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