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El levantamiento del cepo arriesga un fuerte impacto en precios y salarios

El peso argentino se devalúa alrededor de 40%

Un hombre camina cerca de una oficina de cambio que muestra la cotización de la moneda en Buenos Aires. Foto: AFP
Un hombre camina cerca de una oficina de cambio que muestra la cotización de la moneda en Buenos Aires. Foto: AFP
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La liberación total del control cambiario que comenzó a regir este jueves en Argentina provocó una  mega-devaluación del peso, en torno al 40%, y arriesga un fuerte impacto en precios y salarios, en una época del año en que suele aumentar la tensión por reclamos sociales.

El dólar abrió a 15 pesos para la venta con tendencia a la baja y cayó a las pocas horas a 13,95,  cerrando alrededor de 14 con pequeñas variaciones según cada banco. El miércoles, el dólar oficial cotizaba a 9,91 y en el mercado negro se vendía a 14,57 pesos. En la práctica, la devaluación osciló en torno al 40%. Sin embargo, los medios de comunicación tradicionales minimizaron esta fuerte depreciación de la moneda destacando el nuevo valor del dólar y el fin del llamado ‘cepo’ vigente desde 2011. En enero de 2014, una devaluación acumulada del 18% durante todo ese mes, decidida por la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ganó la portada de los diarios con el destaque de una fuerte depreciación de la moneda y su impacto en los precios.

“Esto tiene aroma a los 90”, sentenció Hugo Moyano, titular de la Confederación General del Trabajo (CGT) que respaldó en la campaña electoral al presidente Mauricio Macri, después de despegarse del kirchnerismo.

“Espero que no le haya sacado el cepo al dólar y se lo quieran poner a las paritarias”, las negociaciones colectivas de salarios entre gremios y patronales que impulsó el anterior gobierno después de casi 40 años de ausencia y que han sido esenciales para lograr aumentos de sueldos al ritmo de la inflación y que ahora Macri quiere vincular solo a la productividad.

“Los trabajadores no estamos dispuestos a perder el poder adquisitivo”, afirmó Moyano, quien reclama un aumento mínimo del 28%, un bono de fin de año y un incremento de emergencia para los jubilados y pensionados.

El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, dijo: “Nuestra obligación es poner a la Argentina de pie, volver a crecer, a generar empleo y, principalmente, el objetivo es bajar la pobreza, por lo cual no podíamos perder más tiempo”. Las empresas de cereales se comprometieron a ingresar $ 400 millones diarios en las próximas tres semanas y para engrosar las reservas se acordó con el Banco de China convertir a dólares parte de los yuanes que se le prestaron al Banco Central, unos $ 3.100 millones. En los próximos días se cerrará el préstamo por $ 8.000 millones con bancos internacionales.

Todas estas medidas se conocieron después de la remoción de las retenciones a las exportaciones de carnes y granos (a excepción de la soja, que tuvo una rebaja) y a productos industriales, en una virtual liberalización de la economía y de cualquier control del Estado.

Pero el kirchnerista Frente para la Victoria (FpV), a través del diputado nacional Edgardo Depetri, afirmó: “No se trata del fin del cepo, sino de una brutal devaluación que va a triplicar las ganancias de los exportadores mientras se licúan los salarios de los trabajadores”.

En las últimas semanas, tras la anunciada devaluación fijada por el nuevo gobierno, se produjeron aumentos de precios en productos de primera necesidad, como el pan que aumentó un 20%, y la carne con alzas que llegaron al 40%. Mientras tanto, se espera el fin de los subsidios al gas y a la electricidad que encarecerán las tarifas de esos servicios para el año próximo.

El también diputado y exministro de Economía de la anterior gestión, Axel Kicillof, manifestó: “Es una devaluación, no tiene otro nombre. Estamos analizando el programa económico que de alguna manera se había preanunciado, absolutamente ortodoxo y en consonancia con lo que planteó siempre el Fondo Monetario Internacional (FMI)”.

Para el legislador kirchnerista Héctor Recalde, abogado laboralista: “Esto no es sinceramiento. Es devaluación y ajuste. Acá no es levantar el cepo, esto es la devaluación, es la recesión que vendrá en el mediano y corto plazo, y lo que significa ya es una pérdida del poder adquisitivo del salario y pérdida del trabajo con la caída del nivel de actividad”.

Los argentinos no se volcaron a comprar dólares en forma masiva en bancos y casas de cambio. “No hay casi operaciones. Solo precios. Nadie se anima. Hasta que el Banco Central no anuncie las circulares, le venderán solo a los que están bancarizados”, dijo a EL TELÉGRAFO un operador de la ‘City’ porteña (zona bancaria). En el mercado negro se vendía el dólar en 14,40 pesos. (I)

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