El Papa trata como familia a pareja gay que bautizó a sus hijos en Brasil

El papa Francisco hizo historia, en forma indirecta, pero, al final de cuentas, reconociendo como “familia” a una pareja homosexual brasileña que hizo bautizar a sus tres hijos en la Catedral de Curitiba, capital del estado de Paraná.

El hecho que fue celebrado como una “evolución” y reconocimiento del pontífice a los nuevos perfiles de familia por parte de grupos de defensa de los derechos civiles puede marcar un hito, sobre todo porque quedó registrado en una carta enviada por el Vaticano a la pareja homosexual.

Toni Reis, histórico líder y fundador de las asociaciones Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (LGBT) de Brasil, está en unión civil con el inglés David Harrad desde 2012, cuando el Supremo Tribunal de Brasil reconoció la institucionalidad entre personas del mismo sexo, con iguales derechos al matrimonio. Luego, adoptaron tres niños de una favela de Río de Janeiro que fueron bautizados por decisión de la Diócesis de Curitiba, que abrió un precedente para acoger en la Iglesia católica a las familias llamadas de no tradicionales.

La carta fue enviada por el asesor Paolo Borgia, obispo de la Secretaría de Estado vaticana a Toni Reis.  Dice la carta enviada por Borgia acompañada de una foto autografiada de Jorge Bergoglio: “El papa Francisco les desea felicidades, invocando para su familia la abundancia de las gracias divinas, a fin de vivir constantemente y fielmente en la condición de cristianos”.

Según comentó Reis a EL TELÉGRAFO, la carta del Vaticano fue en respuesta a una que él le envió contando lo sucedido.

“El Vaticano nos envió la carta con el mensaje de Francisco en respuesta a una que escribimos nosotros, que le aclaramos en la primera línea que éramos una pareja homoafectiva”, dijo Reis, máximo dirigente de la comunidad LGBT de Brasil y practicante católico.

Ante la repercusión, sectores conservadores de la Iglesia brasileña pidieron al Vaticano aclarar el asunto. Llegó la respuesta de la oficina de prensa de la Santa Sede, manifestando que la respuesta fue estándar, es decir, que no tuvo un reconocimiento a las parejas homosexuales.

Reis y Harrad viven juntos desde hace 27 años en Curitiba, sur de Paraná. Allí, la Diócesis la dirige el obispo José Peruzzo, quien es un innovador que abrió las puertas de la iglesia para bautizar a hijos de parejas LGBT.

“La Iglesia, en razón de su origen en Cristo, no puede hacer excepciones entre personas. De ese modo las personas homoafectivas tienen el derecho de bautizar a sus hijos adoptivos en la Iglesia, para que se comprometan a educarlos en la fe y en la moral cristiana, con la ayuda de padrinos cristianos en conformidad con las normas de la Iglesia. Por este motivo se permitió el bautismo de los hijos adoptivos de la referida pareja homosexual”, explicó el obispo de Curitiba.

Tanto para Reis como para el obispo, las redes sociales fueron esta semana un verdadero calvario, con amenazas, insultos y deseos infernales para ambos por parte de ultraconservadores que creen que Francisco está abriendo las puertas a los homosexuales.

Es que la principal cuestión, en este caso, es que Reis es católico pese a su opción sexual, por una cuestión familiar arraigada desde niño. La familia va cada quince días a la misa dominical. “Somos parte de una comunidad. Lo mejor de la carta enviada por el asesor del Papa es que ahora nos responden con un escrito, tratándonos como familia, cuando en la Edad Media nos quemaban. Es una evolución”, dijo Reis.

Según el activista, haber tomado la decisión de bautizar a sus tres hijos en la Iglesia católica no sería posible sin Francisco al frente de esta. “Los tiempos han cambiado con la llegada del papa argentino. La verdad que no hubiera hecho esto con el papa Benedicto XVI. Respeto la opinión de los conservadores, pero admiro las posiciones pastorales y políticas de Francisco”.

Reis y David expresan en la carta al Papa que son partidarios de la adopción “tardía”, es decir, de los niños y adolescentes que son los menos solicitados por las parejas que buscan adoptar. Sus nombres son Alyson, de 16 años; Jessica, de 15; y Felipe, de 11, todos adoptados en 2012, tras la legalización de la unión civil. (I)