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El Papa pidió perdón a Chile por los abusos

Jorge Mario Bergoglio abraza a una niña durante uno de los actos de su visita oficial, de 3 días, a Chile. El Santo Padre visitó Santiago, Temuco e Iquique.
Jorge Mario Bergoglio abraza a una niña durante uno de los actos de su visita oficial, de 3 días, a Chile. El Santo Padre visitó Santiago, Temuco e Iquique.
Fotos: AFP
21 de enero de 2018 - 00:00 - Redacción política y EFE

La visita del Papa a Chile conmovió a muchos e inmutó a otros tantos. Francisco, el pontífice argentino, estuvo tres días en la patria de Bernardo O’Higgins.

En ese tiempo mantuvo un intenso programa que le llevó por Santiago, Temuco (sur) e Iquique (norte), para después proseguir del 18 al 21 de enero su gira por Perú.

El heredero de san Pedro  dio misas masivas y sostuvo encuentros con autoridades y representantes de la Iglesia católica y de la sociedad civil.

Pero, quizá, no encontró todo el fervor de otras naciones latinoamericanas que ha visitado como Ecuador, Bolivia y Paraguay (2015).

Incluso una semana antes de su visita oficial nueve iglesias católicas han sido blanco de ataques incendiarios o explosivos, que no han producido víctimas, pero sí daños materiales.

Hubo marchas de rechazo a su presencia en Chile y una veintena de detenidos. También dos muertos  por causas naturales mientras esperaban a su Santidad.

En Chile la Iglesia católica tiene una dura batalla que afrontar por dos temas: el primero es el de 80 sacerdotes, diáconos y una monja acusados de abusar sexualmente de menores desde 2000, dice una base de datos difundida en la ciudad de Santiago por la organización no gubernamental estadounidense, Bishop Accountability.

El segundo problema es el de la fe porque ese país austral tiene el menor número de católicos de la región.

Según la encuesta de Latinobarómetro, en Chile la confianza en la Iglesia católica llega al 36%, esta cifra está muy por debajo de la media de la región, que es del 65%.

Ambos problemas han sido reconocidos por el cardenal chileno, Ricardo Ezzati. Él dijo que la Iglesia chilena vive horas difíciles de turbulencias y desafíos.

Abusos sexuales
En la base de datos de la ONG estadounidense figuran casos emblemáticos como el del sacerdote Fernando Karadima, denunciado en 2010 por varias de sus víctimas en Chile y condenado por el Vaticano por abuso sexual de menores.

La justicia chilena consideró ese año que el caso había prescrito, pero la Santa Sede declaró culpable al poderoso sacerdote y lo condenó al retiro “a una vida de oración y penitencia”.

Esos casos están en la memoria colectiva del país austral y desde diferentes sectores se había solicitado un gesto explícito del Pontífice con las víctimas de los abusos y acciones concretas contra los pederastas religiosos.

El Papa tuvo dos gestos que esperaban: pidió perdón en varias ocasiones y se reunió con un grupo de las víctimas de abusos sexuales.

Jorge Bergoglio  aprovechó su primer discurso ante las autoridades en el Palacio de la Moneda, sede del Ejecutivo, para referirse a este problema.

“Me quiero unir a mis hermanos en el Episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir”, dijo.

El Santo Padre también habló sobre el tema durante el encuentro que mantuvo con los religiosos del país en la catedral de Santiago.

“Siento dolor y vergüenza” por “el daño irreparable causado a niños por ministros de la Iglesia”, señaló. Conozco, dijo, el dolor que han significado los casos de abusos ocurridos a menores de edad y sigo con atención cuanto hacen para superar ese grave y doloroso mal.

Y agregó: “Dolor por el daño y sufrimiento de las víctimas y sus familias, que han visto traicionada la confianza que habían puesto en los ministros de la Iglesia y dolor por el sufrimiento de las comunidades eclesiales”.

El Pontífice lamentó que debido a estos casos de abusos, otros religiosos han tenido que vivir “el daño que provoca la sospecha y el cuestionamiento, que en algunos o muchos pudo haber introducido la duda, el miedo y la desconfianza”.

El Papa subrayó que “a veces han sufrido insultos en el metro o caminando por la calle”. Pero pidan a Dios “la lucidez de llamar a la realidad por su nombre, la valentía de pedir perdón y la capacidad de aprender a escuchar lo que Él nos está diciendo”.

A los religiosos chilenos les hizo notar que ese país está cambiando y que “están naciendo nuevas y diversas formas culturales que no se ajustan a los márgenes conocidos” y que a veces el clero no sabe cómo insertarse en estas nuevas circunstancias.
“Podemos caer en la tentación de recluirnos y aislarnos para defender nuestros planteamientos”, les advirtió.

Hizo un llamado a que no se conviertan en  superhéroes que, desde la altura, bajan a encontrarse con los ‘mortales’. “Más bien somos enviados con la conciencia de ser hombres y mujeres perdonados”, recalcó.

El Pontífice, además, se encontró en la nunciatura de Santiago, en un momento de pausa de su visita con víctimas de abusos sexuales por parte del clero chileno, informó el portavoz del vaticano, Greg Burke.

El encuentro fue privado con un pequeño grupo de víctimas, después del almuerzo y no había nadie presente. “Solo el Papa y ellos, y de este modo han podido contar sus sufrimientos, que les ha escuchado y orado con ellos”, explicó el portavoz, que agregó que estuvieron más de media hora reunidos.

El perdón del Papa generó una oleada de reacciones, en su mayoría positivas, como las del presidente electo Sebastián Piñera, quien calificó de “valientes” las declaraciones del Pontífice.

“Durante mucho tiempo se cometieron demasiados abusos y la Iglesia no reaccionó con la fuerza que debía”, recordó Piñera.

Católicos a la baja
Chile es hoy el país de América Latina que peor evalúa al Pontífice, el que cuenta con menos católicos y el que menos confía en la Iglesia católica.

Según la directora de Latinobarómetro, Marta Lagos, esto se debe a dos fenómenos, “la pérdida de confianza de los católicos en la Iglesia y el aumento de quienes se reconocen como agnósticos, ateos o sin religión”, además del “fuerte avance de la religión evangélica”.

En Chile, el porcentaje de católicos ha bajado de 74% en 1995 a 45% en 2017.

Los chilenos no olvidan la visita del primer Papa a su país. Juan Pablo II estuvo en la nación de Pablo Neruda en 1987. Hace 30 años, la llegada del Obispo de Roma “fue vista por la dictadura militar de Augusto Pinochet como una oportunidad para legitimarse ante el mundo, después de que Naciones Unidas condenara al Gobierno por la violación sistemática de los derechos humanos.

Mapuches
Otro de los problemas que debe enfrentar la Iglesia católica son las protestas de los sectores radicales del movimiento mapuche, que exigen al Pontífice pedir perdón por “la colaboración de la Iglesia con el genocidio y la confiscación de los territorios” durante la conquista de la Araucanía, tierra de origen de esa comunidad étnica.

El papa Francisco no pidió perdón por ello, pero sí compartió el almuerzo con 11 personas entre mapuches y otros habitantes. La comida fue en la Casa Madre de Santa Cruz a pocos kilómetros del aeródromo Maquehue, donde Francisco celebró una misa y defendió las reivindicaciones de los mapuches, pero condenó cualquier forma de violencia.

El Papa quiso celebrar misa en esta región, cuna de este pueblo originario, pero también la más pobre y conflictiva de Chile.

Durante la homilía destacó que “la defensa de la cultura del reconocimiento mutuo no puede construirse con base en la violencia y destrucción que terminan cobrándose vidas humanas”. “No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro”, fue el mensaje que lanzó.

Francisco habló en mapudungun, la lengua de este pueblo originario: “Mari, Mari” (Buenos días) y continuó “Küme tünngün ta niemün” (La paz esté con ustedes).

Utilizó un verso de la canción de Violeta Parra: “Arauco tiene una pena que no la puedo callar, son injusticias de siglos que todos ven aplicar”. También recordó que en este aeródromo “hubo graves violaciones de derechos humanos en la dictadura de Pinochet”. (I)

Datos
Seguridad
Más de 4.000 funcionarios de Carabineros, Policía de Investigaciones (PDI), Aduanas y el Servicio Agrícola Ganadero se movilizaron a Temuco e Iquique. Se alquilaron vehículos para los equipos de seguridad y logística.

18 millones de dólares costó el viaje del Papa a Chile. 6,5 millones se usaron en las misas masivas..

Costó como la Copa América
La Iglesia y los organizadores  defendieron el presupuesto  y sostienen que las cifras son adecuadas para un evento masivo,  como  una Copa América de fútbol, por ejemplo.


Bolivia miró expectante la visita de Francisco
El Gobierno boliviano siguió expectante la visita del Papa Francisco a Chile, pendiente de que aflore cualquier comentario acerca de la demanda que mantiene Bolivia ante el país vecino sobre una salida al mar.

“Saludamos al hermano Francisco, papa de los pobres, que visita al vecino hermano de Chile. Recordamos como si fuera ayer su visita a nuestro país, en julio de 2015, y renovamos nuestro profundo agradecimiento a su acompañamiento a los anhelos y deseos de nuestra querida Bolivia”, escribió en Twitter el presidente boliviano, Evo Morales, sin citar expresamente la reclamación que mantiene su país.

El santo padre apeló al diálogo entre Chile y Bolivia sobre este contencioso durante su visita al país de Morales aquel año. En este contexto, el presidente de la Cámara de Senadores de Bolivia, José Alberto Gonzales, subrayó que la palabra del papa Francisco para ellos es muy importante Él esperaba que las reuniones del santo padre con las autoridades chilenas hayan sido para encontrar “una vía de solución, una vía de diálogo con Chile”, dijo.

El objetivo es que esa vía “nos permita ir adelante con nuestra aspiración”, agregó el oficialista.

“La palabra de un personaje tan significativo, tan fuerte como es el Papa, evidentemente puede coadyuvar a que ese encuentro se pueda realizar, ojalá lo antes posible”, sentenció al recordar la apelación del pontífice al diálogo en su visita de 2015.

El canciller boliviano, Fernando Huanacuni, manifestó que el Gobierno boliviano observa “muy respetuosamente” la visita papal, en un marco por un lado de “espiritualidad” pero sin descartar “una decisión respetuosa con el derecho a la soberanía de cada país”. Pero los bolivianos se quedaron sin saber si Francisco habló con las autoridades chilenas sobre ese tema.

El Gobierno de Evo Morales presentó en 2013 una demanda en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para que obligue al Gobierno chileno a negociar un acceso soberano al mar, perdido en una guerra en 1879 con el país vecino. (I)

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