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El Papa elude pedir perdón a las víctimas del franquismo
Más de 500 religiosos, en su mayoría muertos durante la Guerra Civil Española (1936-1939), fueron beatificados ayer en Tarragona, en el este de España, en una ceremonia que contó con un mensaje del papa Francisco, quien eludió pedir perdón a las víctimas del franquismo por el apoyo de la Iglesia a la dictadura.
“Me uno de corazón a todos los participantes en la celebración”, declaró el papa Francisco en un mensaje de video de tres minutos de duración y grabado previamente, que la multitud acogió con un mar de aplausos en Tarragona, donde asistieron unas 25.000 personas.
En su mensaje, Francisco llamó a ser “cristianos con obras y no de palabras” y elogió la vida de los mártires por ser “discípulos” que han aprendido “bien el sentido de amar hasta el extremo que llevó a Jesús a la cruz”.
En la ceremonia, titulada “Los mártires del siglo XX en España, firmes y valientes testigos de la fe”, fueron beatificados 522 religiosos, la mayor parte de ellos muertos durante la Guerra Civil que desgarró a España entre 1936 y 1939. La prensa española la presentó como “la mayor beatificación de la historia de la Iglesia”.
De los nuevos beatos, 515 son españoles y 7 son extranjeros: tres franceses, un cubano, un colombiano, un filipino y un portugués.
Las asociaciones de víctimas de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975) le solicitaron al pontífice que utilice la ocasión para pedir perdón por el respaldo de la Iglesia al golpe militar de 1936 contra la República Española y el posterior apoyo al gobierno liderado por Franco. Pero el Santo Padre no hizo ninguna alusión en su mensaje a la relación entre la Iglesia y el franquismo.
La plataforma para una Comisión de la Verdad sobre los crímenes del franquismo, consideró esta ceremonia como “un acto político de afirmación franquista”, en una carta dirigida al Papa y hecha pública el viernes.
“Usted debe saber que la Iglesia católica apoyó la sublevación militar de Franco contra la República Española en 1936, consideró la Guerra Civil como una cruzada apoyando a los generales sublevados, legitimó su dictadura fascista y la feroz represión que ésta ejerció sobre los españoles”, añadió la organización en esta carta, en la que pedía al Papa anular la ceremonia.
Entre los sectores más progresistas de la Iglesia, minoritarios en España, también se elevaban algunas voces en contra de esta beatificación masiva, al estimar que la ceremonia suponía “abrir las heridas” del franquismo.
Al acto, organizado por la Conferencia Episcopal Española (CEE) y el Arzobispado de Tarragona, asistieron unos 104 obispos, 2.720 religiosos y unos 4.000 familiares y amigos de los beatificados.