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Entrevista / José María Rangel / Presidente de la Federación única de Petroleros (FUT)

“El objetivo de muchos es privatizar Petrobras”

Foto: Cortesía
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24 de febrero de 2015 - 00:00 - Pablo Giuliano. Corresponsal desde Sao Paulo, Brasil

El escándalo de corrupción en la empresa estatal brasileña Petrobras no solo ha reducido en 4 meses el 58% de su valor de mercado, sino que también golpea al movimiento sindical petrolero y a los trabajadores del sector, donde, según estimaciones, se prevé un cese de actividades de 20.000 empleados de los sectores de construcción de refinerías, extracción y astilleros.

La empresa suspendió el ritmo de las inversiones y los sindicatos están en pie de alerta. Creen que detrás de los ataques al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff por la investigación por sobornos que pueden llegar a $ 890 millones está la mano de los que pugnan por la privatización o, al menos, la modificación de la ley petrolera.

En ese marco, la Federación Única de Petroleros (FUT) y su presidente, José María Rangel, creen que detrás del escándalo de Petrobras se encuentra “el intento de privatización” de la empresa de capital abierto y también el apetito del sector privado y las extranjeras por cambiar la ley petrolera del régimen de división de lucros aplicada por Rousseff sobre la explotación de crudo en los megayacimientos submarinos ubicados en la capa geológica pre-sal. Petrobras tiene dominio de esa explotación y las regalías, por ley, van al presupuesto educativo. La FUP representa al 70% de los trabajadores de Petrobras (unos 80.000 de plantilla y otros 150.000  tercerizados.

¿Cómo el movimiento sindical enfrenta esta crisis de corrupción, la más grande en la historia de Petrobras?

Siempre busco hacer una separación. Hay un bombardeo de malas noticias hecho a propósito, sin tener en cuenta que fuimos la primera empresa de capital abierto en producción, superando a Exxon. Primero está el caso de estos desvíos que están siendo cometidos, algo que debe ser investigado. Si un político o un exdirector cometió un ilícito debe ser sancionado de forma rigurosa y ejemplar. Petrobras tiene más de 80.000 empleados y no es posible aceptar que los medios dominantes quieren desmoralizar a la compañía. Petrobras es más que un puñado de exdirectivos corruptos.

La expresidenta de Petrobras, Graca Foster, en febrero renunció al cargo y una decisión tomada fue detener las obras sospechadas de haber ingresado en el pago de sobornos de constructoras para ganar licitaciones.

No podemos aceptar que por cuenta de la investigación judicial la sociedad brasileña sea sancionada. Estamos viendo en el país una tentativa de paralización de Petrobras y paralizar hoy en un 2015 que será difícil para la economía será peor. Petrobras representa el 13% del PIB de Brasil y no se deben cortar las inversiones.

Empresas investigadas por pagar sobornos a funcionarios de Petrobras están abandonando obras. Hay estimaciones del sector privado que calculan 20.000 puestos de empleo en riesgo.

Estamos preocupados por la reducción de inversiones, la paralización del Complejo Petroquímico de Río de Janeiro, los astilleros, la fábrica de fertilizantes de Petrobras. Esto generará desempleo. Por eso el gobierno debe ser ofensivo. No se combate la dificultad sin invertir, hay que estimular el consumo interno. Y esto no es novedad. Lo hizo el gobierno de Lula en 2008 cuando inició la crisis mundial. Dilma debe espejarse en Lula.

Por primera vez las grandes constructoras del país tienen a ejecutivos presos por pagar sobornos en Petrobras. El poder político en su conjunto cómo reaccionará.

Nos preocupan varias cosas. El punto central de esta corrupción es el financiamiento privado de las campañas políticas. Las constructoras financian a todos los políticos para sacar rédito pero se investiga solo a Petrobras. Vemos que se quiere fragilizar a la mayor empresa del país y de América Latina.

¿Cuál sería el objetivo de fragilizar a Petrobras?

El interés está en el pre-sal, el petróleo submarino. Hay sectores de la sociedad que no aceptaron la nueva ley de división de lucros y ahora aprovechan y quieren volver al régimen de regalías, donde el Estado tenía menos participación. Estamos hablando de una empresa que hasta 2020 doblará su producción y en 2035 proyecta ser la tercera compañía de energía del mundo.

La oposición se ha puesto a liderar o coquetear con movimientos ultraderechistas y militaristas que quieren el juicio político para destituir a Rousseff, sobre todo por su responsabilidad en una compra investigada de una refinería en Texas cuando ella presidía el Consejo de Administración de la empresa.

Ellos quieren hacer del impeachment una tercera vuelta electoral. No hubo mala fe de Dilma en la compra de una refinería que ahora está dando ganancias. De todos modos, está claro que el gran tema político de Brasil es Petrobras.

Cuando Lula triunfó en 2002, ganó el proyecto que revitalizó la empresa y reinsertó la producción nacional de petróleo en la agenda. Los que hablan de cambiar la ley petrolera dicen eso porque les da vergüenza ante la sociedad decir lo que verdaderamente piensan, que es querer privatizar la empresa.

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