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El filósofo opina que a LatinoAmérica le urge una mayor unidad
“El mundo de hoy requiere de un combatiente sin armas... del Papa”
El filósofo italiano Gianni Vattimo está convencido de que el papa Francisco, que hoy cumplirá dos años de pontificado, tiene todos los atributos para convertirse en el nuevo guerrillero del siglo XX, una especie de moderno héroe popular sin armas, pero en lucha constante contra el ‘superpoder’ financiero internacional.
“Una revolución cultural” -sostiene- necesita hoy de la “cooperación del cristianismo” en la figura del Papa.
Vattimo, considerado uno de los principales autores del posmodernismo, se deshace en elogios hacia el Papa argentino en coincidencia con el segundo aniversario de su asunción en el trono de Pedro. Sin prejuicios religiosos ni políticos, cree que este ‘nuevo guerrillero’ que reclama la izquierda está lejos del modelo de la década del 70: el mundo de hoy -dice- requiere de un combatiente sin armas, pero en lucha política activa individual y colectiva constante para enfrentar a los ‘superpoderosos’ del planeta.
¿Y el Papa podría ser ese nuevo guerrillero del siglo XXI?, le pregunta EL TELÉGRAFO.
Vattimo, que acababa de dialogar con un grupo de periodistas en una sala del hotel Panamericano de Buenos Aires durante casi dos horas, acepta la invitación para un breve ‘mano a mano’. “Tendría que serlo. Tiene las bases para serlo”, asiente.
¿Y qué debería hacer para lograrlo?
Entonces se toma un segundo, hace una mueca y dice con una enorme sonrisa: “Tendría que santificar al ‘Che’ Guevara y fundar una internacional comunista”.
En su extenso diálogo previo con periodistas, Vattimo volvió una y otra vez sobre Jorge Bergoglio y afirmó que incluso “debería estar acá”, a su lado y junto a otros destacados pensadores, líderes sociales y dirigentes de la izquierda latinoamericana y mundial que participarán hasta el sábado en el foro ‘Emancipación e igualdad’ que debatirá alternativas al modelo neoliberal.
El encuentro, convertido en una virtual cumbre de la izquierda regional y que se celebra en el teatro Cervantes de la capital argentina con entrada libre y gratuita, busca “poner en el centro del debate la dignidad del hombre y de los pueblos, destacando a la política como una herramienta de emancipación democrática”.
El foro, organizado por la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional de Argentina, tiene entre sus expositores a Noam Chomsky (EE.UU.), Cuauhtémoc Cárdenas (México), Piedad Córdoba (Colombia), Camila Vallejo (Chile), Álvaro García Linera (Bolivia), Leonardo Boff (Brasil) y René Ramírez (Ecuador), entre muchos otros.
Vattimo, el filósofo de El pensamiento débil, elogió “al país del Papa” por organizar este encuentro en un contexto regional donde muchas naciones son víctimas “de la disciplina del sistema financiero” que “pretende dominarnos completamente”.
En su extensa exposición matizada por preguntas, Vattimo se definió como un marxista convencido. “Yo me llamo comunista. Como ya no existe más Stalin y su represión, uno puede llamarse comunista. Pero soy un marxista ignorante”.
El autor de Comunismo hermenéutico dijo: “Actualmente no estamos en una situación que se pueda mirar con mucho optimismo. Sin embargo, vamos en la dirección de poner límites a esta autodestrucción del planeta. En muchos países de Latinoamérica se desarrollan movimientos que buscan contrarrestar el avance del capitalismo y el neoliberalismo”.
Para Vattimo, la lucha que se avecina no repetirá los esquemas de la década del 70. “No hay que pensar en tomar las armas para destruir al capitalismo estadounidense. El compromiso político es también un medicamento, una terapia. Se necesita un compromiso individual y de grupos”.
Y agregó: “Podríamos llamarlas guerrillas locales. Son límites puestos al superpoder de los poderosos que destruye la salud de los pueblos. Debemos multiplicar este tipo de guerrillas de revolución permanente, endémica. Me parece una buena perspectiva”.
“Hay que intentar promover un movimiento de ‘disturbo’ (en italiano, molestia). Como dice el Papa: ‘Hacer lío’”, prosiguió.
Sin que nadie lo mencione, Vattimo vuelve sobre la figura de Jorge Bergoglio. Incluso para asegurar que “el Gramsci actual es el Papa”. “No hay en el mundo un poder ideal teórico espiritual tan fuerte como el del Papa para observar a los poderes políticos, económicos y financieros que destruyen al mundo”.
“Francisco es una buena realización del gramscismo”, expresó Vattimo en relación al teórico marxista y político italiano Antonio Gramsci.
Y siguió: “Necesitamos una transformación cultural básica, el Papa es el agente que puede hacerlo más que cualquier otro. Hoy se necesita un espíritu religioso para llevar adelante una revolución cultural y se necesita de la cooperación del cristianismo”.
“Lo que era el opio de los pueblos puede devenir en el vino, el licor, el guaraná (fruto comestible amazónico, base de la bebida homónima de origen brasileño) de los pueblos”, enfatizó.
Sobre el presente y futuro de América Latina, Vattimo afirmó que mira todo “con temor y temblor”. “¿Se puede construir una sociedad socialista que sea económicamente tolerable? Los experimentos de Cuba, Venezuela, y ahora de Ecuador, son ejemplares. Se trata de ver hasta qué punto la presión del poder militar hostil de Estados Unidos puede poner freno a estos procesos. “Hay que ver si se puede organizar una sociedad donde los recursos estén a favor del pueblo y sostenerse en el tiempo”, apuntó.
“Yo siento admiración por estos países. Me parecen sistemas sociales vivibles, pero que son amenazados desde el exterior. Se debe ayudar a estos gobiernos que intentan hacer políticas para el pueblo. Veo la cosa muy difícil. Se necesitaría una mayor unidad, como el Mercosur o algo de este tipo, una unidad latinoamericana fuerte para imponerse en política internacional”, concluyó.