El mandatario argentino veta la ley de protección al empleo
En su paso por la alcaldía de la ciudad de Buenos Aires a Mauricio Macri lo bautizaron ‘Capitán Veto’, en un divertido juego de palabras que aludía a un personaje mítico creado por el fallecido rockero Luis Alberto Spinetta en su celebrada canción ‘El anillo del Capitán Beto’. El mote tenía sus fundamentos: a pocos meses de dejar la jefatura de gobierno porteño, Macri había vetado 130 leyes en 8 años de gestión. Más del doble de las 271 vetadas en toda la historia comunal.
Ahora, ya como presidente, este ‘vetador serial’ -como suelen llamarlo sus detractores- se prepara para reeditar esta práctica desde su oficina de la Casa Rosada, sede de gobierno. Su debut echa abajo una ley promovida por los sindicatos e impulsada por el ‘kirchnerismo’ en el Congreso: la llamada ley anti-despidos que buscaba ‘congelar’ las cesantías laborales durante 180 días.
“En uso de esta facultad constitucional que tengo, voy a vetar la ley que para mí es antiempleo, es una ley contra los argentinos, una ley que demuestra que no confiamos en nuestro futuro”, dijo ayer Macri en un acto en la localidad de Monte Grande, periferia oeste del Gran Buenos Aires.
La ley tenía un claro objetivo: poner freno a la oleada de despidos en la administración pública y el sector privado desatada desde la asunción de Macri el 10 de diciembre pasado. Según informes sindicales, en estos últimos cinco meses se perdieron unos 148.000 empleos.
Sin embargo, el mandatario considera contraproducente ponerle un candado a la posibilidad de despedir trabajadores en un contexto de crisis e incipiente recesión con caída del consumo, elevada inflación que llega al 40% anual y un desempleo creciente.
“Nos proponen leyes que congelan el empleo, cepos al trabajo, sin importarles aquellos que trabajan en negro o no tienen trabajo, sin importar que esa ley va a traerles más pobreza”, dijo Macri y agregó: “Voy a vetar la ley que para mí es antiempleo”.
La ley en concreto ponía un freno a las cesantías por 6 meses para evitar que siga la sangría del empleo que preocupa a las clases trabajadores y cada vez más a la influyente clase media, que se alineó con la idea del ‘cambio’ impulsado por Macri en las últimas elecciones y posibilitó su ascenso al poder. En caso de una quiebra, o si los empresarios no podían evitar la pérdida de fuentes de trabajo, la norma preveía una doble indemnización.
La ley fue aprobada el miércoles en el Congreso después de semanas de idas y vueltas. Primero recibió el visto bueno del Senado el 27 de abril pasado. Macri venía adelantando su veto a la ley mucho antes de ponerse en discusión el proyecto e hizo todo lo posible para hacer naufragar la norma cuyo debate se fue diluyendo en diputados por la división de las distintas facciones peronistas que planteaban proyectos con diferencias sustanciales.
Macri siempre estuvo dispuesto a vetar la ley, pero cada día que pasaba entre debates y acusaciones cruzadas era un punto negativo para su imagen que, según la consultora Ricardo Rouvier y Asociados, perdió 16 puntos desde diciembre hasta situarse en 49,1% contra 48,1% de rechazo. Por ello instruyó a sus legisladores en diputados a favorecer la votación del proyecto y abstenerse al considerar inevitable su aprobación legislativa. “Mientras más tiempo pasaba era peor. El veto estaba decidido y tarde o temprano lo iban a aprobar”, dijo una fuente legislativa ‘macrista’.
Ahora, Macri deberá pagar el costo político de vetar una ley que favorece a los trabajadores, cuando los sindicatos le endilgan favorecer a los sectores poderosos -como el campo y las minerías, a los que les quitó las retenciones- y olvidarse de la clase obrera.
Desde el ‘kirchnerismo’, el jefe de la bancada de diputados del Frente para la Victoria, Héctor Recalde, dijo: “El presidente Mauricio Macri, al igual que lo había hecho en la ciudad de Buenos Aires vetando más de 100 leyes aprobadas por la Legislatura, volvió a apelar a la prerrogativa del veto para hacer caso omiso de la voluntad popular expresada en el Parlamento Nacional, negándoles a los trabajadores en actividad el beneficio de la estabilidad laboral”.
El gremialismo fue aún más duro: “Si veta (la ley) va a cometer un error histórico y si es así no descartamos un paro general”, manifestó Pablo Moyano, secretario adjunto del sindicato de camioneros e hijo del titular de una de las tres ramas de la Confederación General del Trabajo, la llamada Azopardo -por la calle en que se encuentra su sede-, Hugo Moyano.
“El movimiento obrero va a seguir luchando contra los despidos y habrá movilizaciones”. (I)
La gestión de Macri es evaluada negativamente
La percepción negativa de la gestión del presidente Mauricio Macri en Argentina, a tan solo 5 meses de gobierno, superó a la positiva.
En la actualidad, 50,8% de los argentinos tiene una opinión mala o muy mala del empresario ahora presidente, mientras que solo 46,6% tiene una imagen positiva o algo positiva, según una encuesta realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP).
Por otra parte, el 53,3% evalúa negativamente la gestión de Macri y solo 44,2% la considera positiva.
Las causas de la caída de la popularidad del mandatario responden a la inflación y el desempleo que golpea a la nación desde su gestión. Al respecto, 51,2% de los consultados aseguraron tener un amigo o familiar que perdió su empleo en los últimos meses.
Asimismo, el 82,1% está insatisfecho con las acciones ejecutadas por el mandatario respecto a la inflación. (I)
